Análisis

“Savate”, un deporte (político) francés en declive

Jean-Luc Mélenchon quiere ser primer ministro tras las elecciones legislativas en Francia, pero para ello necesitará una mayoría absoluta

Tras su buen resultados en la primera vuelta de las presidenciales, Jean Luc Mélenchon aspira a aglutinar a la izquierda francesa frente a Macron
Tras su buen resultados en la primera vuelta de las presidenciales, Jean Luc Mélenchon aspira a aglutinar a la izquierda francesa frente a MacronMichel SpinglerAgencia AP

Desde hace algunas semanas, un ring de boxeo –de ahí la savate, técnica francesa de este deporte- se ha instalado en las elecciones legislativas francesas, entre, por un lado, la reunión de las fuerzas presidenciales, y por otro, la coalición de varias formaciones de izquierda (Nupes), liderada porJean-Luc Mélenchon. Éste tiene el ojo puesto en “Matignon”, la sede de la presidencia del gobierno galo, pero para ello necesitará una mayoría absoluta. Ahora bien, los últimos sondeos de opinión pronostican un grupo bastante amplio para la izquierda que podría alcanzar hasta 230 diputados, mientras que Ensemble, la coalición “macroniana”, podría verse privada de la mayoría absoluta en unos diez días.

Alerta roja por tanto en “Macronie”. Mientras que Jean-Luc Mélenchon lleva el debate público a la víspera de la primera vuelta de las elecciones legislativas, Emmanuel Macron hace sonar la movilización general. Y envía a sus tropas sobre el terreno. Empezando por él mismo, que viaja para encontrarse con los votantes indecisos o poco motivados para votar (menos de 4 de cada 10 franceses siguen la campaña electoral). Tras él, todo el Gobierno se ha desplegado para intentar frenar la dinámica de la izquierda plural, cuyos moderados están en vías de extinción, siguiendo el ejemplo del partido socialista francés enterrado por el expresidente François Hollande y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo.

A pocos días de la primera vuelta de las elecciones, el resultado es aún muy incierto. En efecto, Nupesestá a la cabeza de las intenciones de voto (28%), justo por delante de Ensemble (27%). La extrema derecha de Marine Le Pen sigue ahí, pero muy por detrás, con sólo un 23%. En la segunda vuelta de las elecciones, las proyecciones muestran al bando presidencial en cabeza, pero sin una mayoría absoluta garantizada en la Asamblea Nacional.

Al igual que en las elecciones presidenciales, Francia está cansada de elegir entre “blanc bonnet y bonnet blanc” (en español, lo mismo da que da lo mismo). Lo que está en juego no parece interesar a los franceses, aunque un duelo, que conviene a ambos protagonistas, parece tomar forma en los últimos días: Macron contra Mélenchon. Y ambos esperan movilizar a sus votantes con esta batalla política y mediática.

Ahora bien, estas elecciones legislativas son importantes. En efecto, deben dar luz a una mayoría imprescindible para Emmanuel Macron, o bien una cohabitación entre un presidente liberal y un primer ministro de extrema izquierda. Sin embargo, casi 2 de cada 3 franceses no quieren que el presidente Macron tenga una mayoría, ni siquiera relativa. Esto llevaría a una parálisis de la acción presidencial y gubernamental. Un desastre para Francia y sus reformas nacionales, una bendición para Alemania, que asumiría el liderazgo real de la Unión Europea.

Un escenario intermedio, igual de perjudicial, consiste en que Macron sólo tuviera una mayoría relativa con su partido, La République En Marche. En este caso, necesitaría sistemáticamente a los demás partidos al adoptar leyes y políticas vitales para el país. Una realidad cada vez más insoportable en España - incluso en las filas de Pedro Sánchez -, una hipótesis inviable en el sistema de la V República, que está a sus limites.

Frédéric Mertens de Wilmars es profesor y Coordinador del Grado en Relaciones Internacionales en la Universidad Europea de Valencia