Deportaciones

Johnson, “orgulloso” de su polémico plan para mandar inmigrantes a Ruanda

El primer ministro británico acusa a los detractores del acuerdo de las deportaciones de tener “actitudes condescendientes”

El primer ministro, Boris Johnson, atiende a una clase durante su visita a Kigali, Ruanda
El primer ministro, Boris Johnson, atiende a una clase durante su visita a Kigali, RuandaDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Antes de meterse en el avión con destino a Ruanda para asistir ayer a la reunión de jefes de Gobierno de la Commonwealth, Boris Johnson tiró de ironía con los periodistas asegurando que era “consciente” de que llegaba al país africano “antes de que lo hiciera cualquier inmigrante que hubiera cruzado el Canal de la Mancha de manera ilegal”. Lo cierto es que la visita a Kigali del “premier” no podía estar cargada de más simbolismo porque precisamente Ruanda lleva ocupando los titulares británicos desde hace días por el polémico plan de Downing Street de mandar hasta allí a los solicitantes de asilo que han llegado por rutas ilegales hasta Reino Unido. Se trata de una de las medidas más controvertidas de la era post Brexit.

Johnson ha subrayado que el hecho de que Ruanda vaya acoger esta cumbre “es una oportunidad para que todos entiendan lo que este acuerdo tiene que ofrecer, lo que los ruandeses tienen que ofrecer, y ayudar a acabar con algunas de estas actitudes condescendientes hacia Ruanda”, según ha informado la cadena de televisión británica Sky News.

El pasado 14 de junio debía haber salido el primer avión con los primeros siete expulsados. Pero tan sólo 30 minutos antes del despegue se quedó sin pasajeros. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos aceptó la solicitud de dos de ellos para detener temporalmente su deportación hasta que los tribunales del Reino Unido se pronuncien -previsiblemente a finales de julio- sobre la legalidad de esta política.

Migración Reino Unido
Migración Reino UnidoTania Nieto

La corte de Estrasburgo recordó que la Convención de Derechos Humanos no rige en Ruanda por lo que no hay garantías de que puedan luego regresar a suelo británico si se decide que su deportación ha sido ilegal. La decisión llevó a que el Tribunal de Apelación de Londres confirmara rápidamente la solicitud del resto de afectados.

Tras su llegada a Kigali, Johnson se ha reunido con el presidente ruandés, Paul Kagame, al que ha felicitado por el “extraordinario” desarrollo económico y social “en sólo unas décadas”, según un comunicado publicado por Downing Street, en el que además se recoge que ambos han “ensalzado” su acuerdo a nivel migratorio para hacer frente a las “peligrosas bandas de contrabando de personas”.

En cualquier caso, Johnson se mostró “orgulloso” de su plan y especificó que, a día de hoy, ningún tribunal internacional había dictaminado que fuera ilegal. Pero eso no quita que esté cargado de controversia y que haya recibido todo tipo de críticas, entre ellas, las del propio heredero al trono.

Según informó la semana pasada “The Times”, el príncipe Carlos lo calificó en privado de “espantoso”. A día de hoy, el Palacio de Buckingham no lo ha llegado a desmentir. De ahí que hubiera tanta expectación cuando ambos tuvieron que reunirse en el marco de la cumbre.

Fuentes cercanas a la pareja restaron importancia a las expectativas de que la política migratoria se discutiera durante la reunión privada, pero tampoco se descartó. Cuando los periodistas le preguntaron al primer ministro si le diría al hijo de Isabel II que se equivocó al atacar la política, éste recalcó: “Creo que es una medida sensata y es un plan para lidiar con el grotesco abuso de personas inocentes que cruzan el Canal de la Mancha”.

El viaje del inquilino de Downing Street al país africano tenía lugar tan solo 24 horas después de que su Gobierno presentase en la Cámara de los Comunes un proyecto de ley que permitirá a los jueces de Reino Unido no implementar algunas decisiones y jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Medidas cautelares dictadas por el Tribunal de Estrasburgo, como las que bloquearon la semana pasada la deportación de demandantes de asilo a Ruanda, no serán vinculantes.

Ignorar al Tribunal de Estrasburgo

La nueva legislación no tiene intención de retirar a Reino Unido de la Convención Europea de Derechos Humanos, cuyo cumplimiento la corte internacional ajena a la Unión Europea fundada en 1959. En cualquier caso, sí permitirá a los jueces británicos ignorar decisiones del Tribunal de Estrasburgo tomadas a través de la llamada “Regla 39″, que el tribunal europeo define como “medidas urgentes que, de acuerdo con las prácticas establecidas por la Corte, se aplican solo cuando existe riesgo inminente de daño irreparable”.

La nueva ley facilitará asimismo la deportación de extranjeros convictos, al restringir las circunstancias en la que pueden alegar su derechos a la vida familiar para impedir su traslado a su país de origen. Rebajará también las barreras para incrementar el uso de centros de internamiento segregados para extremistas, al limitar las apelaciones basadas en su derecho a la socialización.

“Garantizará un mayor respeto por nuestras instituciones democráticas y protegerá mejor al público y restablecerá una saludable dosis de sentido común en el sistema de Justicia, que es esencial para ganar la confianza del público”, defendió el ministro británico de Justicia, Dominic Raab.

“En última instancia, nos hará más libres. Reforzaremos la separación de poderes en este país, afirmando la supremacía de la Corte Suprema, siendo explícitos que los tribunales de Reino Unido no tienen la obligación de seguir la jurisprudencia de Estrasburgo y, de hecho, son libres de apartarse de ella”, matizó.