Acuerdo bipartidista

El Senado de EE UU aprueba el primer proyecto de ley de control de armas en décadas

En plena oleada de tiroteos, los dos grandes partidos se ponen de acuerdo para votar a favor de mayores controles a las armas

Quizá no lo supiera, pero cuando la pequeña Miah Cerrillo, superviviente de 11 años de la matanza en una escuela primaria de Uvalde, Texas, contó en una audiencia en el Congreso de Estados Unidos cómo se hizo la muerta y se cubrió de sangre de una de las víctimas para que el tirador no reparara en ella, algo se movió en algunas conciencias poderosas de Washington.

Este jueves, pocos días después de escuchar a Miah y otros sobrecogedores testimonios, el Senado estadounidense aprobó la Ley de Comunidades Más seguras, que por primera vez en casi 30 años establece controles adicionales a la venta de armas para prevenir la “epidemia de violencia armada” que asuela Estados Unidos.

Con 65 votos a favor y 33 en contra, la ley salió adelante gracias a un inusual acuerdo entre los demócratas y una minoría de senadores republicanos que se desmarcó de la defensa a ultranza del derecho constitucional a portar armas que su partido ha convertido en una de sus banderas.

El presidente Joe Biden saludó un acuerdo que los más entusiastas califican de histórico y que los demócratas y grupos de víctimas llevaban años reclamando. “Esta noche, después 28 años de inacción, miembros del Congreso de los dos partidos se han unido para acatar el reclamo de familias en todo el país y aprobaron legislación para abordar la lacra de la violencia armada en nuestras comunidades”, dijo Biden en un comunicado.

El presidente no dudó en celebrar una ley que, según dijo, “ayudará a proteger a los americanos”.

El día antes Biden había mostrado su decepción por la decisión del Tribunal Supremo que tumbó la ley del Estado de Nueva York que prohibía portar armas en público. El acuerdo en el Senado fue un alivio esperado por el presidente.

La ley, arduamente negociada en las últimas semanas por el senador demócrata Chris Murphy y la minoría de republicanos “rebeldes” establece medidas de control que pueden resultar tibias desde la perspectiva europea, pero representan un cambio radical en Estados Unidos.

A partir de su entrada en vigor, los compradores de armas menores de 21 años serán sometidos a revisiones más exhaustivas de su historial, que incluirán ahora inspecciones centradas en detectar problemas de salud mental. Algunas de las peores matanzas en escuelas, como las de Uvalde, Parkland o Sandy Hook, fueron obra de muchachos que no pasaban de esa edad.

Ahora, el periodo de espera para la adquisición de un arma pasa de tres a diez días para dar tiempo a las autoridades a completar esos chequeos. Si consideran sospechoso al potencial comprador, podrán derivar la investigación al FBI. Es lo máximo que han aceptado los republicanos, que rechazaron de plano la propuesta demócrata de prohibir totalmente la venta de armas semiautomáticas a menores de 21 años.

También se establecen incentivos para que los estados adopten las llamadas “leyes de bandera roja”, que permiten a los jueces decomisar temporalmente las armas propiedad de sujetos considerados potencialmente peligrosos para sí mismos o los demás.

Y se destinarán fondos a mejorar los programas de salud mental y reforzar la seguridad en los centros escolares. A este último capítulo se destinarán 300 millones de dólares en los próximos cinco años. Los republicanos habían insistido en que las medidas no podían limitarse a la restricciones a la venta y exigían que la ley respetara los derechos de los “ciudadanos cumplidores de la ley” que deciden armarse para proteger sus familias o propiedades.

En 2022, más de 20.800 personas murieron a causa de la violencia con armas de fuego en Estados Unidos, tanto por homicidio como por suicidio, según el Gun Violence Archive, un grupo de investigación sin ánimo de lucro.