Sahel

El Gobierno de Malí suspende todas las rotaciones de la misión de la ONU

La noticia sigue a la detención de 49 soldados costamarfileños a su llegada a Bamako como contingente de apoyo para MINUSMA

Convoy logístico de la MINUSMA en Kidal
Convoy logístico de la MINUSMA en KidalHANDOUTREUTERS

El Gobierno maliense ha anunciado que suspende “a partir de hoy” todas las rotaciones previstas para el contingente de la ONU enmarcado dentro de la operación MINUSMA para el mantenimiento de la paz. En un comunicado emitido en la mañana del jueves por el Ministerio de Asuntos Exteriores, se asegura que esta decisión se atiende a “razones de seguridad”.

Una semana después de que la CEDEAO levantase las restricciones impuestas a la junta militar de Assimi Goita (que gobierna el país desde el golpe de Estado de 2021), el Gobierno maliense ha efectuado un drástico cambio de rumbo en su política de relaciones internacionales. En el comunicado se garantiza que “la parte maliense trabajará con diligencia en vista a reunir las condiciones propicias para levantar esta medida”. Una medida que desde Bamako consideran necesaria para “asegurar una correcta ejecución del mandato de MINUSMA”. La incredulidad que despierta esta nueva jugada de Goita es innegable. El coronel de las fuerzas especiales que llegó al poder en Malí gracias a un golpe de Estado, acusado de haber ordenado matanzas de civiles, percusor de la expulsión de las tropas francesas desplegadas en el país desde 2012, responsable de que Malí se encuentre actualmente en una situación de inseguridad sin precedentes desde hace un lustro, ahora ha tomado la decisión de detener las rotaciones de MINUSMA.

Nadie consigue dilucidar las intenciones de Goita. La ONU anunció el pasado 26 de junio que abriría una investigación para conocer los detalles relacionados con las masacres supuestamente perpetradas a manos de grupos yihadistas en Bandiagara y Gao, una investigación necesaria y que ahora corre el peligro de ser cancelada. Además, en los últimos meses ya habían ocurrido cruces de acusaciones entre la ONU y Bamako, cuando el Gobierno maliense cerró el espacio aéreo nacional a los aviones y helicópteros de Naciones Unidas, alegando que se trataba de una medida destinada “a la propia seguridad de los efectivos de MINUSMA”.

Desde la ONU han recordado a Goita que el sistema de rotaciones “es crucial para su efectividad”, alentando a que se hagan “todos los esfuerzos para hallar un arreglo”. De los 17.609 agentes que tiene la ONU en Malí, más de 15.000 corresponden a militares y policías.

Esta noticia viene acompañada de la detención de 49 soldados procedentes de Costa de Marfil que acudieron a Malí este martes, dentro del marco de rotaciones de MINUSMA. Lo que el Gobierno de Abiyán calificó de “efectivos de apoyo” ha sido categorizado por Goita como “contingente de mercenarios”. El portavoz de la misión de la ONU, Olivier Salgado, comunicó entonces que estos soldados “no forman parte de los contingentes de MINUSMA, pero han sido desplegados durante varios años en Malí como una forma de apoyo logístico”. También aseguró que la llegada de estos 47 soldados había sido comunicada con antelación a las autoridades nacionales. Costa de Marfil ha solicitado formalmente a Malí la liberación de sus soldados, aunque todavía no han obtenido una respuesta al respecto.

La operación Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (MINUSMA) comenzó en el año 2013 con la intención de estabilizar el país tras la revuelta tuareg acontecida en 2012, aunque su mandato se ha visto obligado a prolongarse debido a la incursión de grupos yihadistas en el país, que afectan a la estabilidad regional y que suponen una amenaza latente para el flanco sur de Europa. MINUSMA ha sido categorizada como una de las misiones más mortíferas de la ONU, con más de 227 fallecidos a sus espaldas. Las últimas bajas correspondieron a dos soldados egipcios que murieron el pasado 5 de julio, después de que el vehículo en el que viajaban pisara una mina al norte del país.