Ampliación
Pistoletazo de salida a las negociaciones de adhesión a la UE de Macedonia del Norte y Albania
Tras años de bloqueo, arranca un largo camino de reformas y compromisos antes de que los Veintisiete decidan por unanimidad sobre su ingreso en el club comunitario
La Unión Europea ha dado este martes un paso histórico al comenzar las negociaciones de adhesión con Macedonia del Norte y Albania, dos países que llevaban esperando este paso desde 2005 y 2014 cuando recibieron el estatus de países candidatos respectivamente.
Esta decisión ha sido posible en parte debido a la guerra en Ucrania y al apoyo europeo concedido al país invadido por las tropas de Vladimir Putin. En la cumbre de los días 23 y 24 de junio los países europeos concedieron a Kyiv el estatus de país candidato en un plazo récord, lo que solivianto a los países de los Balcanes que llevaban años soportando promesas vacías y acusaron a los Veintisiete de agravio comparativo. Actualmente hay cuatro países de región de los Balcanes que esperan a formar parte del club: Macedonia del Norte, Montenegro, Serbia y Albania (aparte de Turquía que recibió el estatus de país candidato en 1999 y cuyo proceso de entrada en la Unión Europea se encuentra en punto muerto). Bosnia y Herzegovina y Kosovo ni siquiera han recibido el plácet como países candidatos.
Tras la entrada de los países del Este en 2004 y 2007 la Unión Europea ha experimentado en los últimos años la denominada en los pasillos comunitarios “fatiga de la Ampliación”, aunque el auge de China y Rusia en la región y el temor a que estas potencias ocupen el lugar europeo ha hecho que tanto la antigua Comisión Europea presidida por Jean-Claude Juncker como la actual de Ursula von der Leyen hayan intentado dar un nuevo impulso que no siempre ha contado con la unanimidad de las cancillerías europeas.
En estos 17 años, Macedonia del Norte ha tenido que superar muchos obstáculos de todo tipo ya que durante este largo periodo varios países han bloqueado el proceso. Primero, su disputa histórica con Grecia obligó al país a cambiar su nombre (de Antigua República Yugoslava de Macedonia a Macedonia del Norte); después Francia también exigió endurecer el proceso de adhesión como condición para levantar su veto y, como última piedra en el camino, Bulgaria también alegó motivos históricos, que han terminado solventándose con la promesa del país de hacer cambios en su Constitución, a cambio también de que el macedonio se convierta en una de las lenguas oficiales de la UE.
Tras la luz verde que tuvo lugar por parte de los embajadores del club comunitario este lunes, los mandatarios de Macedonia del Norte y Albania se han desplazado hasta Bruselas dónde han mantenido una rueda de prensa en un tono mucho más amigable que la de hace un mes, cuándo los Veintisiete dieron luz verde a Ucrania mientras ellos debían conformarse con seguir esperando.
“Han demostrado ustedes paciencia estratégica en abundancia”, ha alabado Von der Leyen este lunes mientras el primer ministro albanés, Edi Rama, parafraseando a Winston Churchill ha asegurado que: “Esto no es el principio del fin, sino el fin del principio”. Los dos países atraviesan una nueva etapa que también puede dilatarse años. Tras la última reforma impulsada por el presidente francés Emmanuel Macron, el proceso es reversible y esto significa que las negociaciones de todos los capítulos -tanto los de ámbito económico como aquellos que atañen los más delicados de respeto al Estado de Derecho- pueden reabrirse si las instituciones comunitarias consideran que se han producido retrocesos.
Por su parte, el primer ministro de Macedonia del Norte, Dimitar Kovavecevski, ha pedido una “adhesión rápida” ya que considera que el país está preparado tras diecisiete años de espera y ha expresado su “gran satisfacción” por el paso de este martes.
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