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Guerra en Ucrania: Cinco meses desde el inicio del horror
La invasión rusa de Ucrania comenzó el 24 de febrero y no tiene visos de terminar en el corto plazo. “Las pérdidas ucranianas han disminuido de 100 a 200 por día en su apogeo, a unos 30 soldados”, explica Zelenski
Menos de 24 horas después de que se firmara en Estambul un acuerdo respaldado por la ONU sobre las exportaciones de grano ucraniano desde sus puertos bloqueados, Rusia puso serias dudas sobre su voluntad de seguirlo. Dos misiles rusos impactaron ayer en el puerto comercial de Odesa, el mayor puerto controlado por Ucrania en la costa, donde las autoridades ucranianas ya habían comenzado a prepararse para la salida del primer buque de carga desde el inicio de la invasión rusa hace hoy cinco meses.
En total, se lanzaron cuatro misiles «Kalibr», indica el Ejército ucraniano. La defensa aérea interceptó a dos de ellos, pero dos alcanzaron sus objetivos con explosiones que sacudieron los edificios en el cercano centro histórico de la ciudad. Según los militares, había grano cerca del lugar donde cayeron los misiles, pero el daño se limitó a la infraestructura del puerto.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó que el ataque «prueba solo una cosa: no importa lo que Rusia diga y prometa, encontrará formas de no implementarlo». El ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania ha comparado el ataque con «el escupitajo de Vladimir Putin en la cara del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan», quienes hicieron enormes esfuerzos para llegar a un acuerdo el viernes.
Guterres había calificado anteriormente el acuerdo como uno de sus mayores logros. El máximo responsable de la ONU evita pronunciamientos duros contra el presidente ruso. Visitó Moscú en abril para hablar con Vladimir Putin y estaba en Kyiv al día siguiente cuando un misil ruso golpeó un edificio residencial en el centro de la ciudad y mató a una persona. Ayer, la ONU condenó el ataque contra Odesa y el incumplimiento del acuerdo.
Por su parte, Turquía aseguró que estaba «preocupada» por el ataque. Su ministro de Defensa, Hulusi Akar, indicó que Ucrania le aseguró que no se produjeron daños significativos en la instalación de carga. Según Akar, los funcionarios rusos con los que habló negaron la responsabilidad del ataque.
Mientras tanto, el ministro de Infraestructura ucraniano, Olexander Kubrakov, indicó que su país continuará con los preparativos técnicos para el inicio de las exportaciones de cereales desde sus puertos. Avisó que Ucrania «no confía en Rusia pero sí en sus socios y aliados». Los oficiales ucranianos subrayaron que Rusia sería plenamente responsable de la intensificación de la crisis alimentaria mundial a menos que cumpla el acuerdo. El pacto firmado en Estambul, que debería durar los próximos 120 días, establece que «las partes no emprenderán ningún ataque contra buques mercantes y otros buques civiles e instalaciones portuarias involucradas en esta iniciativa».
Los últimos ataques con misiles rusos parecen demostrar que Rusia no está considerando seriamente ninguna solicitud de tregua negociada con Ucrania. Cinco meses desde el inicio de la invasión, las tropas de Putin aún intentan avanzar en Donbás y atrincherarse en el sur ocupado. Sin embargo, hay señales claras, concuerdan muchos analistas, de que Rusia está a punto de perder fuerza en su intento de derrotar militarmente a Ucrania.
Pocos avances por parte del Ejército ruso
Según expertos del Instituto para Estudio de la Guerra, es poco probable que las tropas rusas conquisten las ciudades de Kramatorsk y Sloviansk, sus principales objetivos en el este de Ucrania. El Ejército ruso todavía es superior en el número de equipo militar, pero las entregas y el hábil uso del equipo occidental en Ucrania ya han reducido la brecha entre los dos ejércitos. Según los últimos informes, los múltiples ataques ucranianos contra los depósitos de municiones rusos en Ucrania han hecho que las tropas rusas busquen depósitos más seguros más lejos de la línea del frente, lo que complica la logística y ha reducido a la mitad el número de proyectiles que la artillería rusa puede disparar cada día. Según el presidente Zelenski, las pérdidas ucranianas han disminuido de 100 a 200 por día en su apogeo, a unos 30 soldados.
El analista militar Mykola Bielieskov ve el consenso en Occidente sobre no dejar que Rusia derrote a Ucrania como una de las claves. Predice que Moscú intentará debilitar el consenso profundizando los desacuerdos internos en los países occidentales. El discurso de ayer del primer ministro húngaro, Viktor Orban, sobre la necesidad de cambiar el enfoque basado en las sanciones contra Rusia por su supuesta ineficacia puede ser una de las primeras señales de las tácticas rusas. Después de que su ministro de Exteriores se convirtiera en el primer político de la UE en viajar a Moscú sin acordar la visita con los aliados, Orban aseguró ayer que Ucrania no podía ganar la guerra militarmente y que eran las negociaciones las que deberían ponerle fin.
Mientras Rusia continúa aterrorizando a la población ucraniana al destruir infraestructura y ciudades, en realidad logra lo contrario con el desafío como el estado de ánimo predominante entre los ucranianos. La mayoría de ellos están seguros de que pueden ganar la guerra y sienten que Rusia simplemente no les deja otra opción, siendo el ataque a Odesa otra prueba de que no pueden confiar en su vecino.
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