Guerra energética

Rusia reduce el flujo de gas Alemania al 20 % de la potencia del Nord Stream

Moscú dice que el gasoducto Nord Stream 2 “puede satisfacer plenamente las necesidades de Europa, pero no permiten su funcionamiento por motivos políticos”

La central eléctrica de lignito Neurath, operada por el proveedor de energía alemán RWE, cerca de Grevenbroich. El parlamento alemán aprobó a principios de este mes una normativa para prolongar el funcionamiento de las centrales eléctricas de carbón con el fin de cubrir el vacío y compensar la reducción del suministro de gas de Rusia a través de los gasoductos. La región minera de lignito de Renania, en el oeste de Alemania, es el mayor emisor de CO2 de Europa.
La central eléctrica de lignito Neurath, operada por el proveedor de energía alemán RWE, cerca de Grevenbroich. El parlamento alemán aprobó a principios de este mes una normativa para prolongar el funcionamiento de las centrales eléctricas de carbón con el fin de cubrir el vacío y compensar la reducción del suministro de gas de Rusia a través de los gasoductos. La región minera de lignito de Renania, en el oeste de Alemania, es el mayor emisor de CO2 de Europa.SASCHA STEINBACHAgencia EFE

La gasística rusa Gazprom redujo hoy por “motivos técnicos” el bombeo de gas a Alemania a la quinta parte de la capacidad del gasoducto Nord Stream, según los datos publicados por el operador de la infraestructura en su página web. La reducción del flujo de combustible comenzó a partir de las 09.00 hora de Moscú (06.00 GMT), y según la gasística el volumen diario de suministros por el Nord Stream será de 33 millones de metros cúbicos.

Gazprom vinculó esta nueva disminución del bombeo al estado de una turbina tras cumplirse el plazo para una nueva reparación capital, según lo estipulado por las normas técnicas.

A mediados de junio, Gazprom redujo de 167 a 67 millones de metros cúbicos el volumen diario de bombeo de gas por el Nord Stream, que supone el 40 % de la capacidad de suministro del gasoducto, debido a la necesidad de reparar un turbina. En julio, la gasística rusa suspendió totalmente durante diez días el bombero de gas por el Nord Stream para “labores rutinarias de mantenimiento”.

El pasado 21 de julio, el gasoducto volvió a ponerse en funcionamiento al 40 % de capacidad máxima, que hoy quedó en el 20 %. Este martes, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró que el gasoducto Nord Stream 2 “puede satisfacer plenamente las necesidades de Europa, pero no permiten su funcionamiento por motivos políticos”, en alusión a sanciones europeas por la “operación militar especial” rusa en Ucrania.

El día anterior el Kremlin afirmó que Rusia “no está interesada” en el cese de los suministros de gas a Europa. “Rusia ha sido y sigue siendo un país que garantiza en gran parte la seguridad energética de Europa”, dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.

Advirtió, sin embargo, de que “si Europa continúa el camino de adopción de restricciones y sanciones sin sentido, que le afectan a ella misma, la situación será diferente”.

La respuesta de Alemania

El recorte consumado en los suministros de gas ruso a Europa a través del gasoducto Nord Stream responden a una “estrategia de guerra” por parte de Moscú, no a problemas técnicos, según la agencia federal de redes alemana (Bundesnetzagentur). Las explicaciones dadas por Moscú para rebajar a un 20 % de su capacidad esos envíos “no son realistas”, afirmó el jefe de la Bundesnetzagentur, Klaus Müller, en declaraciones a la radio pública Deutschlandfunk.

Desde su departamento, la autoridad competente en Alemania, se confirmó esta mañana que se había producido la reducción esperada al 20 % de la capacidad, lo que significa la mitad de lo que se estaba recibiendo en los últimos meses.

Tanto el canciller socialdemócrata, Olaf Scholz, como su ministro de Economía y Protección del Clima, el verde Robert Habeck, sostienen que no hay obstáculos técnicos para un flujo regular de gas ruso a través de Nord Stream. Habeck ha acusado repetidamente a Moscú de utilizar el gas como arma de guerra, mientras acelera la búsqueda de alternativas para reducir la dependencia energética de Alemania respecto a Rusia.

El pasado febrero, con el inicio de la invasión rusa a Ucrania, los suministros rusos suponían un 55 % del total de las importaciones de gas que recibía Alemania, porcentaje que a finales de junio se había rebajado al 26 %.

Habeck mantiene el propósito de tener los depósitos de gas en un 95 % de su capacidad para el 1 de noviembre, para garantizar con ello la seguridad energética en invierno. Actualmente se encuentran en el 64,4 % y, de acuerdo con el plan del ministro, deberían estar en el 75 % para septiembre.