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Polémica

Boris Johnson, últimos días como primer ministro de vacaciones mientras Reino Unido colapsa

Con la inflación disparada por encima del 10% y la parálisis por las huelgas, el “premier” disfruta de su segundo descanso estival

El primer ministro visitó una fábrica de Airbus en gales el pasado 12 de agosto
El primer ministro visitó una fábrica de Airbus en gales el pasado 12 de agostoOli ScarffAgencia AP

Reino Unido afronta una inflación del 10,1%, el nivel más alto en más de 40 años. El país ha quedado prácticamente paralizado tras la nueva huelga del sector ferroviario. Las esperas para las ambulancias alcanzan su récord. Las inundaciones repentinas tras semanas de sequía por la ola de calor han bloqueado calles, casas y comercios. Y los resultados de acceso a universidad que acaban de recibir los estudiantes son los más perturbadores desde la II Guerra Mundial. PeroBoris Johnson disfruta de sus segundas vacaciones este verano.

El pasado mes de julio, cuando se vio obligado a presentar su dimisión como líder del Partido Conservador ante la rebelión de sus propias filas prometió continuar sirviendo a los intereses del pueblo británico mientras se elegía a su sucesor para el próximo 5 de septiembre. Sin embargo, la ambición rubia ha decidido pasar sus últimos días como primer ministro en funciones de la misma manera que llevó a cabo su legislatura: haciendo en cada momento lo que le viene en gana sin importarle las críticas.

Tan solo unos días después de unas vacaciones en un Spa en Eslovenia, el excéntrico político ha puesto ahora destino con su familia a Grecia alejándose así de todos los problemas que afronta Reino Unido, que no son pocos.

Ajeno a las acusaciones de estar al frente de un “gobierno zombi” (su ministro de Economía también se ha marchado pese a que la inflación registrada es la más pronunciada de todo el G7) no ha querido esperar a dejar oficialmente Downing Street para tomarse un descanso. Es más, ha dejado la orden de que sólo le contacten para asuntos “urgentes” porque no va a estar pendiente de la agenda del día a día.

Durante los últimos días, se ha visto a un gran camión de mudanzas frente a la famosa puerta negra. Johnson está decidido a llevarse los lujosos muebles que compró para la polémica reforma del piso que originariamente fue financiada por un donante del Partido Conservador.

Desde el Número 10 no quieren hacer comentarios, pero según “The Telegraph”, el plan es que cuando regrese de vacaciones pase las pocas semanas que le quedan como primer ministro en Chequers, la mansión que se pone a disposición de los jefes de Gobierno en la campiña inglesa.

Por lo tanto, se puede decir que, en uno de los momentos económicos más delicados para el país, no hay capitán de barco. Y eso quizá no sea lo peor. Lo preocupante es que, según los expertos, ni Liz Truss ni Rishi Sunak, los dos candidatos para sucederle tienen un plan creíble para solucionarlo.

Los aspirantes están realizando un tour por todo el país para reunirse con los afiliados del partido que son ahora, al fin y al cabo, los que tienen la última palabra. En la parada en Escocia, ambos se mostraron en contra del nuevo referéndum de independencia que la ministra principal escocesa, la nacionalista Nicola Sturgeon, quiere celebrar para el próximo año.

Por su parte, en Belfast, ambos prometieron cambiar el actual Protocolo de Irlanda, pieza clave del acuerdo del Brexit, que tantos problemas está ocasionando por los nuevos controles aduaneros.

Su discurso, en muchos sentidos, es el mismo. Pero tienen distintas perspectivas para afrontar la inflación. Mientras la titular de Exteriores quiere recortar los impuestos de manera inmediata, el que fuera responsable del Tesoro quiere hacerlo solo cuando el IPC esté controlado.

Las medidas de Sunak incluyen también reducir el IVA en las facturas de energía y la tasa básica del impuesto sobre la renta. Por su parte, Truss también ha prometido revertir el aumento de las contribuciones a la Seguridad Social y cancelar la subida del impuesto de sociedades -19% al 25%- prevista para el próximo año. Aunque la singularidad del plan de esta última es su insistencia paralela en que los recortes del gasto público no serán necesarios porque considera que el crecimiento económico llenará cualquier agujero negro financiero.

Esto es algo que los expertos no acaban de digerir. Carl Emmerson, subdirector del reputado Think Tank Instituto de Estudios Fiscales (IFS) asegura que “la realidad es que Reino Unido se ha vuelto más pobre durante el último año y eso hace que las decisiones sobre impuestos y gastos sean aún más difíciles”. “Es complicado cuadrar las promesas que ambos candidatos están haciendo para reducir los impuestos a corto o medio plazo con la ausencia de medidas específicas para reducir el gasto público y un presunto deseo de administrar las finanzas del país de manera responsable”, matiza.

La contienda «Tory»
La contienda «Tory»Antonio Cruzfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@546dec3d

El plan de Sunak -quien reconoce que el país se enfrenta a tiempos duros- es al menos más realista que la visión populista de Truss. Sin embargo, a pesar de todas las advertencias, parece que a los afiliados tories no les importan porque la titular de la diplomacia británica saca hasta 32 puntos de ventaja a su rival.

Ocho días de paros en el mayor puerto británico
La huelga de más de 45.000 trabajadores ferroviarios dejó el jueves y el sábado prácticamente paralizada la red de trenes del país, en protesta para exigir subidas salariales acordes con el incremento del coste de la vida. También el transporte público de Londres se vio afectado el viernes por un parón que dejó casi sin servicio a todas las líneas de Metro y algunos autobuses de la capital británica. Y el domingo, casi 2.000 trabajadores del puerto inglés de Felixstowe, la mayor instalación de comercio marítimo de Reino Unido y que canaliza casi la mitad del tráfico de contenedores del país, iniciaron una huelga de ocho días.