Polémica

Texas, Florida y Arizona aumentan el envío de inmigrantes hacia la Costa Este de EE UU

La llegada masiva de ilegales se está utilizando como moneda de cambio entre rivales políticos

Un inmigrante, de un grupo de 50, que fueron trasladados a Martha's Vineyard (Massachusetts) desde Florida
Un inmigrante, de un grupo de 50, que fueron trasladados a Martha's Vineyard (Massachusetts) desde FloridaCJ GUNTHERAgencia EFE

A falta de siete semanas exactas para las decisivas elecciones de mitad de mandato, en las que demócratas y republicanos se juegan el control de ambas Cámaras del Congreso, la llegada masiva de inmigrantes ilegales a Estados Unidos se está utilizando como moneda de cambio entre rivales políticos.

Los gobernadores de Florida, Texas y Arizona - Ron DeSantis, Greg Abbott y Doug Ducey - critican desde hace semanas con dureza las políticas implementadas desde la Casa Blanca por el presidente estadounidense en esa dirección, pero sus acciones están yendo mucho más allá de las palabras.

Miles de personas en situación irregular están siendo trasladadas en autobuses e incluso en vuelos fletados por autoridades estatales desde Florida, Texas y Arizona hacia la Costa Este de Estados Unidos. Las grandes ciudades y sedes del poder político y económico del país, Washington y Nueva York, así como Chicago están desbordadas con la reciente llegada de miles de inmigrantes desprotegidos procedentes de la zona fronteriza con México a través de Centroamérica y Sudamérica.

La residencia de la vicepresidenta Kamala Harris en Washington y Martha´s Vinyard, la acaudalada zona vacacional por excelencia entre la élite estadounidense situada en la isla de Massachusetts, se han convertido esta última semana en el centro de la última disputa partidista. Sólo en la primera parada, los autobuses trasladaron el jueves pasado a más de 100 personas de Colombia, Cuba, Guyana, Nicaragua, Panamá y Venezuela.

“En Florida nos tomamos muy en serio lo que está sucediendo en la frontera sur. No somos un estado santuario y con gusto facilitaremos el transporte de inmigrantes ilegales a las jurisdicciones santuario”, denunció el gobernador de Florida. Ron De Santis es uno de los mayores detractores de las políticas migratorias de Joe Biden y máximo impulsor de recientes medidas de provocación extendidas desde varios estados republicanos hacia los líderes de las llamadas ciudades “santuario”.

Lo cierto es que Florida recibió cerca de 12 millones de dólares para transportar a “extranjeros no autorizados” fuera del estado, mientras su gobernador asegura que los vuelos con migrantes a Martha´s Vineyard forman parte de una iniciativa para “transportar inmigrantes ilegales a destinos santuarios”.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre calificó el proceder de los gobernadores republicanos de “ardid político cruel y premeditado”, mientras que el gobernador de California, el también demócrata Gavin Newsom, añadió que la práctica de “transportar a familias, incluidos niños, hacia las fronteras estatales bajo falsos pretextos es moralmente reprobable, pero también podría ser ilegal”.

La exclusiva isla de Martha´s Vineyard

La exclusiva isla de Martha´s Vineyard es especialmente conocida por ser distinto elegido por numerosos presidentes estadounidenses, como la familia Kennedy, los Clinton o, más recientemente, los Obama, en cuya propiedad disfrutan desde hace años de sus vacaciones de verano.

Aunque el ambiente de la pequeña isla rodeada por el Atlántico ha cambiado mucho en recientes semanas. A poca distancia de lujosas mansiones y sofisticados restaurantes, cientos de personas enviadas desde los estados fronterizos del sur, llegan con lo puesto sin ni siquiera hablar el idioma. Tampoco saben a dónde van ni cómo han llegado hasta allí.

“Les prometieron que tendrían trabajo y casa”, explicó Elizabeth Folcarelli, directora de la organización sin ánimo de lucro Servicios Comunitarios Martha´s Vineyard. Cuando estaba a punto de terminar su jornada laboral, Folcarelli vio aparecer frente a ella un grupo de 40 venezolanos con equipaje, mochilas y unas carpetas rojas de su organización.

Cientos de migrantes, en su mayoría procedentes de Venezuela, han sido engañados desde sus países de origen, recorriendo a pie un sinfín de desafíos hasta terminar siendo atendidas en albergues ya desbordados, recibiendo alimentos, atención médica e información sobre dónde encontrar trabajo.

“Biden y el “zar de la frontera” Harris se niegan a reconocer las consecuencias de sus políticas de fronteras abiertas. Texas está trayendo la frontera a su patio trasero para aliviar a nuestras comunidades abrumadas. Ya es hora de arreglar esta crisis que crearon”, señaló Greg Abbott, el gobernador de Texas.

Blanco de la actual batalla partidista, las peores consecuencias de los desencuentros políticos entre la Administración Biden y los estados de la frontera del país gobernados por republicanos las están sufriendo directamente miles de inmigrantes indocumentados trasladados sin ninguna garantía de seguridad y a menudo en condiciones inhumanas.

Aunque, sin indicios de protestas, la población local de la pequeña isla del sur de Boston mostró su lado más solidario. Decenas de voluntarios se ofrecieron a brindar el mayor apoyo posible, mientras las donaciones para ayudarles no dejaron de aumentar. Los migrantes recibieron la visita de abogados que les ofrecieron asesoramiento legal gratuito, mientras recibieron a la vez otros servicios.