Aviación

Rusia empieza a fabricar en serie el Su-57, su caza furtivo rival del F-35 y el F-22 estadounidenses

Está empezando a producir su avión de quinta generación de manera regular. Este septiembre se habrían entregado dos aparatos y se espera que otros dos estén listos para finales de año

Uno de las factores más destacables de la invasión de Ucrania por parte de Rusia es su incapacidad para hacerse con el control del cielo a pesar de la apabullantes superioridad aérea de las fuerzas armadas de Putin. Desde el inicio del conflicto los aviones de combate del Kremlin apenas han hecho acto de presencia, ni siquiera para apoyar a las fuerzas terrestres a consolidar sus conquistas.

De hecho, ha llamado poderosamente la atención la ausencia de determinados aparatos rodeados de un halo de invencibilidad y de poderío que Rusia había vendido a bombo y platillo como el máximo exponente de su tecnología aérea. Así, mucho se había venido hablando en los últimos años del caza de quinta generación ruso, el “poderoso” SU-57 (Felón en la terminología OTAN), un avión de combate que incluso en la película “Top Gun Maverick”, estrenada el pasado verano, tanto miedo inspiraba en los pilotos norteamericanos.

Putin tenía una oportunidad única en la invasión de Ucrania para exhibir su “joya”, que apenas había podido verse hasta ahora y menos aún en misiones reales, más allá de algunas pruebas en Siria. Sin embargo, hasta ahora, poco o nada se sabe de él.

¿Qué pasa con el Su-57? Pues que existir existe, pero solo habría una decena operativos en toda la flota rusa, 15 a lo suma según algunas fuentes, y, ante tal panorama, prefieren no arriesgarlos.

Había planes para su producción en masa, pero a medio plazo, no de inmediata y, cuando la construcción se han querido acelerar, la falta de piezas y de suministros por culpa del embargo, habrían imposibilitado aumentar la velocidad de fabricación tal y como Moscú hubiera deseado.

Sin embargo, parece que, por fin, Rusia está empezando a producir sus Su-57 de manera regular. Este mes de septiembre se habrían entregado dos aparatos y se espera que otros dos estén listos para finales de año. Estos dos últimos estarían siendo probados en vuelo. En cualquier caso, aun con estos dos nuevos y los dos que se esperan, seguiríamos hablando de una cifra muy pequeña que en ningún caso alcanzaría las dos decenas. Aun así, Rusia quiere tener 22 unidades para finales de 2024 y luego un total de 76 en 2028. Queda por ver si pueden alcanzar esas cifras.

La producción en serie estaba previsto que arrancase en 2017, pero los retrasos se han ido acumulando y, además, uno de los aviones terminados se estrelló en 2019 durante las pruebas antes de ser enviado a la fuerza aérea. Aunque el piloto salvó la vida, la pérdida del aparato fue un golpe tan duro para el programa que Igar Ozar, el director general de Sukhoi, dimitió.

Y es que, aunque comparativamente el avión ruso podría llegar a superar a los F-35 estadounidenses, al menos según fuentes rusas, a la hora de la verdad la cadena de montaje se está encontrando con más problemas de los previstos. En primer lugar, se habría intentado que la versión más avanzada del Su-57 incorporara los motores Izdeliye-30 (previstos inicialmente para 2025), pero parece que las prisas han llevado a problemas con el ajuste y los diseñadores han vuelto a recurrir al antiguo Saturn AL-41F1.

Tampoco los ajustes previos fueron mucho mejor y es que el Su-57 ha tenido una historia accidentada: ha presentado fallos en el equipo, motores defectuosos, retrasos, sobrecostes, uno de los prototipos sufrió un incendio de motor en 2014... además del caso mencionado que se estrelló en 2019.

Sea como fuere, lo cierto es que el Su-57 ofrece unas cuentas innovaciones, como el sistema de escaneo electrónico situado en las “mejillas” del avión para que el piloto tenga un mejor conocimiento de la situación; un sistema de búsqueda y seguimiento por infrarrojos que ayuda a apuntar los misiles y lo hace menos vulnerable a las interferencias del enemigo; su capacidad para “cegar” los bogeys de los misiles disparados por el enemigo que buscan calor con un “rayo láser modulado”.

Con toda esta situación, es normal que Rusia los “guarde” como oro en paño y no los exponga a la artillería antiaérea ni a los misiles tierra-aire ucranianos, habida cuenta que cada vez son más y más sofisticadas las armas que les llegan desde Occidente. Un derribo de un Su-57 en suelo “enemigo” no solo sería un golpe terrible para la imagen de Rusia, sino que supondría también exponer su tecnología a Occidente y a sus empresas bélicas.

El caso es que, militarmente hablando, su ausencia está suponiendo una gran decepción después de que Rusia hubiese pregonado una y otra vez la avanzada tecnología de su caza el cual, aseguraban, podía superar (hasta ahora solo sobre el papel) a los F-22 y F-35 de Estados Unidos, estos sí probados en acción numerosas veces y, en el caso del segundo, en servicio también en otros países.

Características del Su-57

El avión ruso tiene entre sus principales virtudes, al menos sobre el papel, la autonomía de vuelo, la velocidad, la propulsión y la maniobrabilidad. Está capacitado además para realizar despegues y aterrizajes en pistas cortas.
Según la web Galaxia Militar, el 25% de la masa total del avión es de materiales compuestos porcentaje que alcanza el 70% en lo que se refiere a la superficie, lo cual, además de reducir su peso, lo hace casi invisible a los radares enemigos.
Está diseñado, según explica Sukhoi en su página web, para destruir todo tipo de objetivos aéreos en combate de corto y largo alcance, destruir objetivos de superficie, superar sistemas de defensa aérea enemigos, monitorear el espacio aéreo a grandes distancias o destruir el sistema de control de acciones del aviones enemigos. Asimismo, aseguran que cuenta con “el más moderno complejo de equipos radioelectrónicos a bordo”. “El PAK FA es el avión más avanzado en la línea de productos de la compañía Sukhoi”.
El caza ruso es capaz de llevar a cabo misiones ocultas debido a su bajo nivel de visibilidad a los rayos X, infrarrojos y rangos visibles. Además, el equipo a bordo permite el intercambio de datos en tiempo real con los sistemas de control en tierra y realizar tareas de forma autónoma.
Podrá transportar armas internas bajo la estructura central del avión, en una bahía de carga interna, instalada en medio de los motores gemelos, con capacidad de transportar 5 misiles “aire-aire” de corto alcance, montados en un lanzador rotatorio opcional detrás del asiento del piloto, entre las toberas de entrada de aire. Podría disponer además de pun de anclaje en cada ala para cuatro misiles “aire-aire” de largo alcance, para la interceptación de objetivos lejanos fuera del rango visual del piloto.
Además, fuentes militares rusas aseguran que una versión mejorada y modernizada del Su-57 va a comenzar a ser producida en serie a partir del 2025. La modernización se encuentra enmarcada dentro del programa de desarrollo de nombre Megalópolis. Según la agencia Tass, entre las principales mejoras se encuentra la incorporación del motor de segunda etapa, el Izdelie 30, y la renovación y actualización del cockpit, seguramente para unificar todo lo que se pueda la producción del Su-57 con la del S-75 Checkmate. En fechas recientes, medios de prensa rusos informaron que se estaba trabajando en tecnologías para que varias funciones puedan ser controladas mediante la voz y la vista. Al momento se desconoce si los aviones que se comiencen a entregar a partir del 2025 contarán con estas capacidades.