Golpe de Estado
Triunfa un golpe de Estado en Burkina Faso donde cientos de ciudadanos piden una intervención rusa
Desde las primeras horas de la mañana se han escuchado tiroteos próximos a la sede presidencial y cientos de ciudadanos han salido a las calles para exigir la entrada del Grupo Wagner en el país
Una serie de tiroteos rompieron la paz de esta madrugada en Uagadugú, la capital de Burkina Faso. Testigos presenciales confirmaron a Reuters haber escuchado disparos en las zonas circundantes a la sede presidencial y la sede de la junta militar que gobierna el país desde el golpe de Estado de este mes de enero. A las pocas horas, militares burkineses cubiertos con pasamontañas habían cortado las arterias principales de la ciudad, mientras que la televisión nacional cortó su retransmisión sin más avisos.
Las primeras informaciones fueron confusas, dando pie al murmullo que despierta cualquier tiroteo en una capital africana. ¿Sería otro golpe de Estado? El que a hierro mata, a hierro muere. ¿Sería un calculado ataque yihadista? Los terroristas atacaron este lunes a un convoy militar que se dirigía a la ciudad norteña de Djibo, dejando tras de sí un saldo de 11 militares asesinados y 50 civiles desaparecidos. Y nadie duda que el yihadismo crece en fuerza en Burkina Faso pese a las promesas de su dirigente, el teniente coronel Paul Henri Sandaogo Damibo, mientras los expertos señalan que es cuestión de tiempo hasta que los militantes de la Yihad ataquen Uagadugú de forma directa. Durante las primeras horas de la mañana corrió la noticia de que Damibo había sido hecho prisionero y que los tiroteos indicaban un golpe exitoso, aunque pocas horas después se negó dicho suceso. Un familiar cercano al teniente coronel indicó que “el Jefe de Estado se encuentra bien y se encuentra en Uagadugú”.
La población local pareció encogerse de hombros y prosiguió con sus asuntos diarios, incluso durante los momentos más tensos del mediodía, cuando los tiroteos se reanudaron durante unos minutos de enorme tensión y se escuchó una explosión procedente del distrito presidencial. Algunos burkineses usuarios de Twitter señalaban a Damibo como responsable de lo ocurrido, aseverándole que “hace falta un golpista para echar a otro”, al igual que numerosos ciudadanos de las vecinas Mali y Guinea Conakry celebraban el golpe al considerar a Damibo “un amigo de los franceses”.
Una posible injerencia rusa
No fue hasta pasado el mediodía que comenzaron a aclarase los hechos. Las informaciones más recientes indican que un amplio sector del ejército burkinés se encuentra en descontento por el retraso de sus pagas y por la encarcelación del teniente coronel Emmanuel Zougrana durante el pasado mes de enero. Zougrana es un conocido líder militar burkinés que aboga por finiquitar la asociación con Francia en materia de lucha antiterrorista para acudir en su lugar a Rusia y los mercenarios Wagner que ya combaten al terrorismo en la vecina Mali. Cuando centenares de civiles salieron a lo largo de la tarde a las calles de Uagadugú, enarbolando banderas rusas, exigiendo la retirada francesa y la liberación de Zougrana (y teniendo en cuenta que han sido reportados en Burkina Faso numerosos vuelos procedentes de Rusia en las últimas semanas), todo parece indicar que el motín de esta mañana pretendía el derrocamiento de Damibo y de su doctrina francesa para allanar el terreno a los planes de Vladimir Putin en el país africano.
Fue el pasado mes de enero cuando un representante militar ruso, Alexander Ivanov, ofreció el servicio del Grupo Wagner al presidente burkinés. En su propuesta aseguró que era posible “compartir la experiencia adquirida en República Centroafricana para elaborar un ejército listo para luchar y dominar la situación en poco tiempo”.
Tras horas de tensión, Damibo exhortó a los militares sublevados a “regresar a los barracones” para “hablar”, diciendo a su vez que “había escuchado sus inquietudes”. Las calles de la capital siguen tomadas por los militares y las embajadas occidentales han recomendado a sus ciudadanos residentes en Burkina Faso que extremen las precauciones frente a posibles eventualidades.
Pocos minutos después de las ocho de la tarde, la televisión pública devolvió la señal para mostrar en la pantalla al capitán Ibrahim Traoré rodeado de militares: en su discurso anunció el éxito del golpe y el fin del mandato de Damiba. Entre las nuevas medidas de Traoré entran la suspensión de la Constitución, la disolución de la asamblea legislativa y el cierre de fronteras a partir de medianoche. Damiba, por otro lado, ha aguantado tan solo 8 meses en el poder tras su propio golpe de Estado, siendo esta una etapa más dentro de la peligrosa inestabilidad que sufre la región a causa de la amenaza yihadista y de las pugnas de poderes entre potencias extranjeras.
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