Congreso

Desolación entre las bases “tories”: “Hemos perdido las próximas elecciones”

Los bandazos en política fiscal minan la credibilidad del Gobierno y de la “premier” Truss entre los militantes que la eligieron hace un mes

Militantes conservadores echan una cabezada durante la intervención del ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, en Birmingham
Militantes conservadores echan una cabezada durante la intervención del ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, en BirminghamTOLGA AKMENAgencia EFE

La decisión del Gobierno británico de anular una parte clave de su controvertido plan fiscal tras días de caos en los mercados financieros centra este lunes las conversaciones en el congreso anual del Partido Conservador, donde los militantes expresan un temor colectivo: “Hemos perdido las próximas elecciones”.

“Embarazoso”, “humillante” o “patético” son algunos de los adjetivos con los que califican el giro que se ha visto obligado a efectuar el ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, que hoy anuló la rebaja anunciada del 45 al 40% de la banda más elevada del impuesto sobre la renta por las críticas recibidas de sus propios diputados.

Muchos afiliados consideran “extrema” toda la estrategia “de crecimiento” presentada por Kwarteng el 23 de septiembre, que incluyó reducciones impositivas sobre todo para las empresas y las rentas altas con la eliminación del tope a los bonos de los banqueros, en un momento de crisis por el incremento del coste de la vida.

La ausencia de detalles sobre cómo prevé expandir la economía y mejorar la productividad así como de una hoja de ruta para reducir la deuda neta causó la depreciación puntual de la libra y disparó la prima de riesgo de la deuda soberana.

Del “shock” a la resignación

“Me temo que esto nos va a costar las próximas elecciones”, declara a Efe Catherina Fitzpatrick, empresaria de 40 años, mientras se toma un café en el centro de convenciones de la ciudad inglesa de Birmingham. “Solo espero que la gente reconozca la humildad demostrada por Kwarteng al echar marcha atrás” en la bajada de los impuestos a los ricos, señala.

Como otros colegas, Fitzpatrick cree que hay aspectos positivos en el plan gubernamental para espolear la economía, pero considera que el Gobierno lo presentó “de forma precipitada” y “sin pensar en las consecuencias” dentro y fuera de Reino Unido. “Estamos todos en ‘shock’”, reconoce.

Owen Thomas, estudiante de 17 años, cree que el Ejecutivo de la primera ministra, Liz Truss, “no está a la altura” y le reprocha que ha actuado movido “por una ideología extrema” y no según los valores conservadores de “cautela y sentido común”. “Es imposible que ganemos los comicios de 2024″, manifiesta, al reconocer que el mal comienzo del equipo de Truss ha dado alas a los laboristas de Keir Starmer, que ahora lideran las encuestas.

A su amiga Isabella Morgan le gustaría “dar más tiempo” a la dirigente conservadora, por quien votó en las elecciones internas para sustituir a Boris Johnson, pero reconoce que su pobre actuación desde que asumió el cargo el 6 de septiembre les costará el poder.

Un futuro incierto

Cynthia Musgrave, jubilada de 72 años, se confiesa simpatizante “acérrima” de la primera ministra y lamenta que haya cambiado sus intenciones “solo por las presiones de la prensa”, especialmente, según ella, de “los izquierdistas de la cadena pública BBC”.

“Eliminar la banda impositiva del 45% es necesario para atraer la inversión”, afirma, en línea con la ideología del Gobierno de favorecer a empresas y rentas altas con la idea de que se genere un crecimiento que acabe beneficiando a toda la sociedad.

Musgrave considera que sería “un gran error” que los diputados conservadores forzaran ahora un cambio de líder en el partido y piensa que Truss, de quien alaba su “determinación”, resistirá hasta las próximas elecciones. “Deseo desesperadamente que podamos derrotar a los laboristas y haré todo lo posible por conseguirlo”, manifiesta.

Con todo, algunos parlamentarios conservadores han escrito ya cartas de no confianza en la primera ministra al llamado Comité 1922 -que se encarga de organizar las elecciones primarias-, aunque se necesitarían al menos 54 (un 15% del grupo parlamentario) para forzar una moción de censura.

“También podría ser que, dentro de un tiempo, los diputados consensuaran un candidato para sustituirla y la desbancaran sin necesidad de celebrar otras elecciones” internas, dice a Efe el conocido comentarista político británico Andrew Marr.

Marr, antiguo periodista de la BBC, cree que, aunque el Gobierno de Liz Truss “pueda durar algún tiempo”, sobre todo si convencen las medidas para el crecimiento que planean presentar, la suerte está ya echada. “Han perdido las próximas elecciones”, coincide.