Tensión

Escalada militar: Corea del Norte dispara otros dos misiles e inculpa a Seúl y Washington.

El lanzamiento sucede apenas dos días después de haber lanzado uno de rango intermedio que sobrevoló territorio nipón

Varias personas observan un reportaje de televisión en la estación de Seúl sobre el lanzamiento por parte de Corea del Norte de dos misiles balísticos de corto alcance en el Mar del Este
Varias personas observan un reportaje de televisión en la estación de Seúl sobre el lanzamiento por parte de Corea del Norte de dos misiles balísticos de corto alcance en el Mar del EsteYONHAPAgencia EFE

En el marco de la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre el lanzamiento de un misil balístico de alcance intermedio sobre Japón, Pyongyang disparó de nuevo este jueves dos misiles balísticos de corto alcance, lo que supone su sexto lanzamiento en menos de dos semanas, que se suma a un año récord de pruebas armamentísticas para contrarrestar las sanciones internacionales. Corea del Norte declaró que tales disparos eran “una justa represalia del pueblo coreano”.

El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur declaró que, aparentemente, los norcoreanos habían disparado dos misiles de corto alcance desde una zona cercana a Pyongyang a las 6.01 y 6.23 de la mañana. El primero alcanzó una altitud de unos 100 km y recorrió 350 km, mientras que el segundo alcanzó una altitud de 50 km y voló unos 800 km, describió el ministro de Defensa japonés, Yasukazu Hamada.

En la tarde del jueves los juegos de guerra continuaron, con ocho aviones de combate y cuatro bombarderos norcoreanos volando en formación, según precisó el Estado Mayor Conjunto (JCS) de Corea del Sur, aparentemente para realizar ejercicios de tiro aire-superficie. Los aviones de guerra de la RPDC violaron la “línea de vigilancia especial” de Corea del Sur, “cerca de la frontera y en un lugar no especificado”. Por su parte, el JCS desplazó una treintena de cazas surcoreanos, entre ellos F-15K, sin especificar dónde volaron ni lo cerca que estuvieron de la formación norcoreana.

Mientras el Consejo de 15 miembros se reunía en Nueva York, Corea del Norte justificó este nuevo despliegue por tratarse de “las justas medidas de reacción del Ejército Popular de Corea contra los simulacros conjuntos de Corea del Sur y Estados Unidos”.

Tras la reunión del miércoles, nueve miembros del Consejo de Seguridad -Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Albania, Brasil, India, Irlanda, Noruega y Emiratos Árabes Unidos- condenaron el lanzamiento de misiles del país en una declaración conjunta. Sin embargo, el embajador adjunto de China en la ONU, Geng Shuang, afirmó que el organismo debía desempeñar un papel constructivo para contribuir a la distensión “en lugar de basarse únicamente en la retórica o la presión”.

Los aliados en materia de seguridad, Washington y Seúl, han intensificado los ejercicios militares conjuntos en las últimas semanas, incluyendo maniobras navales a gran escala y ejercicios antisubmarinos. Este miércoles, los aliados militares dispararon una salva de cinco misiles balísticos -uno de los cuales se estrelló en un campo de golf surcoreano tras el lanzamiento- contra objetivos ficticios en el Mar de Japón. Y el día anterior, las fuerzas aéreas de ambos países habían realizado ejercicios de tiro en el Mar Amarillo.

Seúl también anunció el regreso a la región del portaaviones de propulsión nuclear estadounidense USS Ronald Reagan, que en septiembre llevó a cabo ejercicios con la armada surcoreana. Pyongyang denunció la decisión de desplegar este buque de nuevo, la segunda vez en menos de un mes, dado que bajo su perspectiva “representa una grave amenaza para la estabilidad de la situación en la Península y en sus inmediaciones”.

La amenaza del Hwasong-12

El que sobrevoló Japón el martes era un presunto misil balístico de alcance intermedio Hwasong-12 que recorrió unos 4.600 km, lo que representa el arma de mayor alcance disparada por el régimen norcoreano desde mayo. Hizo recordar al otoño de 2017, cuando el reino de Kim desató su mayor andanada de cohetes de largo alcance y detonó una bomba nuclear.

Eso provocó que el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazara con “destruir totalmente” a este país y llevó a Naciones Unidas a imponer algunas de sus sanciones más severas para castigar a su líder. El dirigente norcoreano ha ignorado los llamamientos de Biden para retomar las conversaciones de desarme y ha efectuado disparos de misiles balísticos desafiando así el veto de Naciones Unidas.

Puede que estas provocaciones refuercen la ansiedad internacional provocada por el ruido de sables nucleares, ya que el presidente ruso, Vladimir Putin, está aludiendo a su arsenal atómico al tiempo que intenta reforzar la invasión de Ucrania, actualmente en entredicho. La presión estadounidense para aislar a Rusia por la guerra -sumada a las crecientes tensiones entre Washington y Pekín- ha permitido a Kim