Campo de batalla
Rusia despliega en Ucrania el tanque T-14 Armata, ¿el último fiasco de su industria militar?
Los novedosos avances tecnológicos, los fallos y la escasa producción del nuevo y esperado blindado ruso generan dudas sobre su potencial
Varios vídeos y fotografías divulgadas en webs especializadas de temas militares muestran imágenes del tanque T-14 Armata operativo en el este de Ucrania. Se trata del primer despliegue del tanque de nueva generación ruso en la guerra iniciada por Vladimir Putin el 24 de febrero. En 2020, el Armata fue trasladado a laguerra de Siria, pero no entró en misiones de combate sino que se limitó a operaciones de campo. El T-14 Armata es la materialización de un viejo proyecto para poner en pie el primer diseño de tanque ruso desde la Segunda Guerra Mundial. El Armata plantea un diseño totalmente nuevo y diferenciado de la serie iniciada por el T-34 que llega hasta el presente con el moderno T-90.
Sin embargo, el T-14 Armata llega tarde al campo de batalla y en un cantidades limitadas, según expertos militares. Rusia anunció hace años que compraría 2.500 unidades para 2025, pero la realidad es que tras diez años de retraso la producción actual en Rusia, azotada por las sanciones internacionales (que afectan especialmente a los componentes electrónicos) y fallos en la cadena de suministros, apenas existen unos 135 tanques disponibles, algunos de los cuales habrían sido enviados a Ucrania. ¿Otro nuevo gran fiasco de la industria armamentística rusa? Varios analistas han comparado ya al T-14 con otras armas rusas “fracasadas” como el misil de crucero de propulsión nuclear Burevestnik y el caza Su-57.
A priori, el T-14 es una buena plataforma de combate, para algunos superior a losM1 Abrams, Challenger 2 y Leopard 2. Armado con un cañón 2A82-1M, un lanzagranadas de 57 milímetros y una ametralladora de 12,7 milímetros, tiene una torreta no tripulada. Su tripulación de tres hombres va sentada en una cápsula blindada interna que debería hacerlo menos vulnerable a los ataques del Ejército ucraniano. El chasis y la torreta del tanque están equipados con una armadura reactiva de doble explosión, según explica el medio 19fortyfive.
Desde el inicio de la guerra, drones y misiles anticarro ucranianos como el Javelin , NLAW y Stugna-P se han convertido en la pesadilla de los tanques rusos. En su lista de pérdidas de la guerra,Oryxspioenkop.com calcula que hasta la fecha el Kremlin ha sufrido la pérdida de 1.328 tanques, de los cuales 757 han sido destruidos; 51 han quedado dañados; 53 han sido abandonados y 468 han sido capturados.
Una de las novedades del Armata es el sistema de protección activa Afghanit, capaz de detectar, seguir y derribar con sus propias municiones los cohetes y misiles entrantes, por lo que podría frenar la letalidad de los Javelin estadounidenses enviados a los ucranianos. El T-14 puede conectarse fácilmente con otros tanques y vehículos blindados y es rápido y flexible gracias a un motor diésel ChTZ que proporciona entre 1.500 y 2.000 caballos de fuerza para alcanzar una velocidad de hasta 50 millas por hora (80 km/h) en carretera. Su alcance operativo es de más de 500 kilómetros.
El fabricante destaca su alto “potencial de robotización” y resalta la utilización de elementos de inteligencia artificial que ayudan a la tripulación a disparar. Está equipado también con sensores sofisticados, redes de datos y drones a bordo y presenta una potencia de fuego superior al tanque de última generación T-90.
Serguéi Chémezov, director de la mayor exportadora de armas de Rusia, la corporación estatal Rostec, presumía en 2021 de esta manera: “Este es, sin duda, el mejor tanque del mundo en la actualidad. En el futuro, este vehículo se convertirá en el principal tanque de batalla del Ejército ruso”.
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