Reunión

El jefe del Pentágono insta a su hómologo chino a que “se abstenga de más acciones desestabilizadoras” en Taiwán

Wei Fenghe le recuerda en su encuentro bilateral que la isla “es una línea roja infranqueable”

El secretario de Defensa, Lloyd Austin, y su homólogo chino, Wei Fenghe, se reunieron en Camboya
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, y su homólogo chino, Wei Fenghe, se reunieron en CamboyaLi XiaoweiAgencia AP

Los responsables de Defensa de EE UU y China, Lloyd Austin y Wei Fenghe, dieron este martes un paso más en la senda de la distensión entre los dos potencias con una reunión en Camboya en la que Pekín volvió a dejar clara “la línea roja” de Taiwán en sus relaciones.

El encuentro, el tercero entre altos cargos de ambas potencias en los últimos ocho días, se produjo en la ciudad camboyana de Siem Reap, en los márgenes de la cumbre de ministros de Defensa de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), a la que ambos están invitados.

Según el Pentágono, Austin insistió en la “necesidad de gestionar de manera responsable la rivalidad (entre las dos potencias) y mantener líneas de comunicación abiertas”, mientras que el Ministerio de Defensa de China indicó que Wei instó a Washington a que “mantenga sus promesas” y a que “adopte una política racional y pragmática hacia China”.

Aunque Wei insistió en que “la cuestión de Taiwán es una línea roja infranqueable”, el portavoz del Ministerio de Defensa chino, Tan Kefei, declaró que las conversaciones celebradas hoy tienen “una importancia significativa” para volver a situar la relación entre las dos potencias “en el camino de un desarrollo saludable y estable”.

Tan, citado en medios oficiales chinos, describió como “sincera y constructiva” la conversación que se celebró después de sendas reuniones del presidente de EE UU, Joe Biden, y su vicepresidenta, Kamala Harris, con el presidente chino, Xi Jinping en Bali y Bangkok la semana pasada.

En una línea parecida, Austin también recalcó la “importancia de un diálogo sustancioso para reducir el riesgo estratégico, mejorar la crisis de las comunicaciones y mejorar la seguridad operacional”.

A pesar del deshielo de las últimas semanas, la sombra de la crisis de Taiwán sigue planeando sobre las relaciones entre las dos máximas potencias mundiales, que volvieron a dejar claras sus posiciones.

Wei explicó a Austin que “la resolución de la cuestión es un asunto del pueblo chino” y advirtió de que “ninguna fuerza externa tiene derecho a interferir” en algo que Pekín considera parte de sus “intereses fundamentales”, mientras que Austin pidió a Pekín que “se abstenga de más acciones desestabilizadoras” y se opuso a cambios unilaterales en el statu quo.

El responsable del Pentágono también reafirmó el compromiso de EE UU con la política de una Sola China y recalcó la importancia de la “paz y la estabilidad” en el estrecho de Formosa, que separa Taiwán de la China continental.

La de hoy ha sido la primera reunión entre los responsables de Defensa de las dos potencias desde su encuentro en el Diálogo Shangri La en Singapur el pasado junio, antes de que las tensiones se dispararan en agosto a raíz de un viaje a Taiwán de la presidenta de la Cámara Baja de EE UU, la demócrata Nancy Pelosi.

Biden y Xi escenificaron la semana pasada en los márgenes de la cumbre del G-20 en la isla indonesia de Bali un acercamiento para evitar que sus tensiones desemboquen en un enfrentamiento bélico.

China reclama la soberanía de la isla autogobernada y considera a Taiwán una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949, tras perder la guerra civil contra los comunistas.