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Tregua en la pelea entre Airbus y Dassault por el diseño del caza que sucederá al Eurofighter y Rafale

Alemania, Francia y España firmarán un acuerdo para la próxima fase del Sistema de Combate Aéreo del Futuro (FCAS)

Un avión Rafale despega de un portaaviones francés
Un avión Rafale despega de un portaaviones francésChristophe EnaAgencia AP

La concepción del llamado Sistema de Combate Aéreo del Futuro (FCAS) que algunos presentan como sucesor de los cazas Eurofighter y Rafale va a marcar un nuevo hito en su laboriosa historia después de meses de disputas entre los franceses de Dassault Aviation y los alemanes de Airbus, con España como espectador.

En los próximos días debe formalizarse entre los tres países implicados en el FCAS (Francia, Alemania y España) la firma de los acuerdos para la próxima fase del programa, con vistas a la construcción de un demostrador (prototipo) que se espera que pueda volar en el horizonte de 2028, de forma que entre en servicio todo el sistema en la década de 2040.

Vicisitudes que han sido uno de los centros de atención de un seminario de prensa de dos días organizado hasta hoy en algunas de sus instalaciones españolas por Airbus, que insiste en felicitarse por el fin del pulso que ha mantenido con Dassault Aviation y que asegura que no se ha cerrado en falso.

“Es un verdadero paso adelante”, afirma el responsable ejecutivo del negocio de defensa y espacio del grupo europeo, Mike Schoellhorn. El jefe del programa FCAS para Airbus, Bruno Fichefeux, además de garantizar que quedan atrás las fricciones con Dassault, subraya que lo que cuenta es que hay un compromiso financiero de los tres países hasta el primer vuelo y que el proyecto va a tomar una nueva dimensión.

Un buen ejemplo es que el número de personas que su empresa dedica a este programa, que no solo pretende diseñar un caza de nueva generación, sino también drones de apoyo (imprescindibles, como se ve en la guerra de Ucrania) o instrumentos de conectividad (con los datos en la nube y transitando por satélites) va a pasar de 200 actualmente a 800 a finales de 2023.

Entre los motivos de disputa entre Airbus y Dassault estaban los derechos de propiedad intelectual que se generarán en el marco de la cooperación, pero en especial cómo se gestionará entre ambos el diseño y el reparto de tareas en el futuro avión de combate, cuyo liderazgo se sabía desde el principio que va a corresponder a la empresa francesa.

España, espectador expectante e interesado

Schoellhorn, no escatima elogios al papel de España por su implicación en igualdad de condiciones con Francia y Alemania en el FCAS (cada país se ha comprometido a poner 1.200 millones de euros en los cuatro próximos años) pese a que en términos globales no juega en la misma división en términos de presupuesto de defensa.

España ha sido sobre todo espectador en los tiras y aflojas entre Airbus y Dassault (entre Berlín y París) aunque en algunos momentos ha querido hacer de mediador, sabedor de que FCAS es el único proyecto que le permite no quedar descolgado y dar continuidad al desarrollo tecnológico, industrial y de empleo de alta cualificación que ya ha tenido gracias al Eurofighter.

Por no hablar de que la alternativa supondría ser totalmente dependiente para su defensa de alguno de los otros polos que se están creando para diseñar cazas para las próximas décadas. Es decir, Estados Unidos o la barroca alianza que están tratando de poner en pie Reino Unido con Italia y Japón.

España impuso a Indra como su campeón nacional en SCAF, al lado de Airbus por Alemania y Dassault por Francia. Eso se interpretó como un gesto de afirmación de su soberanía en favor de una empresa sobre la que ejerce un control mucho más directo, y que no gustó nada en el grupo europeo, que se consideraba el candidato natural.

Eurofighter seguirá modernizándose

Pero pasada esa rabieta, ahora uno de los mensajes clave de Airbus en su seminario en España es que tiene intención de proyectar su Eurofighter en el FCAS y que va a seguir invirtiendo en él para modernizarlo y que pueda seguir operando al menos hasta 2060.

“Eurofighter -destaca su jefe de los aviones de combate, Andreas Hammer- va a ser parte de FCAS” y eso significa que habrá “grandes inversiones” al menos en los 20 próximos años. Su argumento es que eso permitirá avanzar en la integración efectiva de sistemas (por ejemplo con drones) sin esperar a la nueva generación de cazas dentro de una veintena de años.