Corrupción

Eva Kaili admite su implicación en los sobornos de Qatar: “Sabía que había maletas de dinero en mi casa”

La ex vicepresidenta socialdemócrata de la Eurocámara reconoce a la Policía belga que entró en pánico al conocer la detención de su marido y pidió a su padre que se deshiciera del efectivo

La eurodiputada griega, Eva Kaili, no ha podido soportar la presión y ha acabado inculpándose en la trama del Qatargate. Así se deduce de la información publicada por el periódico belga le Soir y el italiano La Repubblica. Según estos dos rotativos, en su declaración ante la justicia tras ser arrestada, Kaili reconoció estar al tanto de la trama de sobornos y regalos para influir en las posiciones políticas de la Eurocámara respecto a Qatar y Marruecos. También admitió saber que en el domicilio compartido con su pareja, Francesco Giorgi, se había escondido dinero contante y sonante.

Esto es lo que propició que,tras conocer el arresto de su novio, intentara que su padre se deshiciera de este capital en metálico. Esta versión de Kaili contradice la defendida hasta ahora por sus abogados y también por su pareja. Según la prensa belga, en sus declaraciones ante la justicia Giorgi ha intentado en todo momento exculpar a su novia y ha pedido que ésta salga de prisión para que cuide de la hija de ambos, de tan sólo un año y medio de edad.

La reconstrucción de los hechos no deja lugar a dudas. La Policía belga procedió primero a la detención de Giorgi, ex asistente parlamentario del cerebro de la trama, el ex eurodiputado italiano Pier Antonio Panzeri.Tras enterarse de lo sucedido, todo indica que Kaili entró en pánico y cometió un gran error: pedir a su padre que se deshiciera del dinero que guardaba en su domicilio. Esto propició que la policía belga encontrara al progenitor de la eurodiputada en el hotel Sofitel de Bruselas con un maletín que guardaba 600.000 euros. Esta pista es la que desencadenó que los investigadores registraran el domicilio conyugal, situado muy cerca de la Eurocámara y se incautaran 150.000 euros. Hasta ese momento no habían podido entrar en el apartamento de la pareja, ya que como eurodiputada, Kailli goza de inmunidad y es necesario probar flagrante delito para dar este paso.

“Es cierto que conocía las actividades del señor Panzeri y sabía que había maletas de dinero en mi casa”, ha admitido Kailli quién también intentó advertir a otros dos eurodiputados de lo que se venía encima. Los investigadores creen que la eurodiputada griega también intentó alertar a Panzeri, quién tras haber perdido su escaño en 2019 había fundado una organización en defensa de los derechos humanos. Estos intentos de manipular pruebas hacen casi imposible que Kaili pueda declararse inocente. Se espera que comparezca ante la Cámara del Consejo de Bruselas este jueves y todo indica que la justicia belga dictará su permanencia en prisión, al igual que ha sucedido con Panzeri y Giorgi. Los dos arrestados han señalado también al eurodiputado socialista belga, Marc Tarabella. Esto hizo que la policía belga entrara en su domicilio un día después de haber encarcelado al resto de los protagonistas de la trama. Encontraron material informático, pero no dinero. Esta falta de pruebas concluyentes, al menos por el momento, ha hecho que Tarabella no haya sido metido en prisión ya que conserva su inmunidad parlamentaria.

Según transcurren los diferentes episodios del Qatargate, hay nuevos actores implicados. Aunque todo indica que la génesis del escándalo en las instituciones comunitarias es la Eurocámara, Panzeri intentó utilizar sus contactos para dar imagen de respetabilidad a la organización que fundó tras abandonar su escaño. Entre los miembros de honor se encontraban nombres tan sonoros como el de la máxima representante de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherin o el ex primer ministro francés Bernard Cazeneuve. Todo ellos dimitieron de sus cargos tras saltar el escándalo.

Entre estos nombres, ahora el que está bajo el ojo del huracán es el del ex comisario griego, Dimitrios Avramopoulos, ya que recibió 60.000 euros de esta organización. La Comisión Europea ha reconocido que dio su beneplacito a que el ex comisario de Inmigración trabajara en esta organización denominada Luchar por la Impunidad. Avramopoulos asegura que estas acusaciones vienen de una mano negra que quiere arruinar sus posibilidades de ser candidato a representante especial de la UE para los países del Golfo. El Ejecutivo comunitario se limita a señalar que el proceso para buscar representante continúa en marcha.

Entre los puntos también por aclarar se encuentra la participación de la ONG en reuniones de la Eurocámara, a pesar que no formaba parte del registro de transparencia que incluye a los lobbies y organizaciones que pueden acceder a la institución.