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La última “provocación” de China despierta el instinto militar de Japón

La presencia de drones chinos en el Mar de China Meridional hizo que Tokio enviara cazas F-15 a la zona

El portaaviones chino Liaoning
El portaaviones chino LiaoningLa RazónLa Razón

Los días 1 y 2 de enero variosaviones no tripulados chinosfueron detectados por la Fuerza Armada de Japón sobre el Mar de China Oriental, pasando entre las islas japonesas de Okinawa y Miyakojima, según anunció el Ministerio de Defensa en un comunicado. Como consecuencia, varias unidades del caza F-15J de la fuerza aérea nipona fueron desplegadas.

Japón identificó el modelo de dron como unWZ-7, un aparato de vigilancia y reconocimiento de gran tamaño (23 metros). Este avión no tripulado es uno de los más avanzados de la flota china, con una velocidad de crucero de 750 kilómetros por hora, un alcance 7.000 kilómetros, y una carga útil máxima de 650 kilogramos, según informa Asia Military Review. Esta es la primera vez que las autoridades japonesas informan de intercepciones del WZ-7, según The Warzone.

Los vuelos de aeronaves chinas sobre esta zona, que Japón considera como una “provocación”, y el desarrollo tecnológico y numérico de la flota naval con nuevos portaaviones y destructores figuran como telón de fondo de lareciente y polémica Estrategia de Seguridad Nacionalde Japón en medio de un escenario que amenaza con acelerar la carrera armamentística de los países de la región, preocupados por el resurgir del poder militar del gigante asiático. India, la otra gran potencia de la zona, ha tomado nota. Japón, cuyos expertos en seguridad estiman que Pekín tiene 1.900 misiles de corto y mediano alcance que pueden llegar a su archipiélago, también.

Diversos analistas han especulado sobre los motivos que hay detrás del despliegue de drones chinos sobre el Mar de China Oriental, cerca de las islas japonesas y de Taiwán. Uno de los motivos es que podría servir de apoyo y reconocimiento para elportaaviones Liaoning, que ha estado navegando más de dos semanas por esta zona. Algunos medios como South China Morning Post aseguran que Pekín ha desarrollado drones con capacidad para despegar desde su segundo portaaviones, el Shandong, tras ser visto recientemente con drones de ala fija en su cubierta de vuelo durante una reparación de mantenimiento.

Otro motivo para desplegar sus drones en la zona puede relacionarse con el hecho de que Japón ha anunciado que quiere instalar una unidad de defensa antimisiles tierra-aire en la isla de Yonaguni, el territorio habitado más occidental de Japón. De esta manera, según publica Asian Times, Pekín querría detectar la ubicación de posibles baterías de misiles japoneses con capacidad para atacar buques de guerra chinos.

La aprobación del nuevo plan de seguridad de Japón a finales de diciembre es sin duda un motivo de preocupación para China, ya que por primera vez desde el final de la Segunda Guerra Mundial un gobierno japonés plantea la opción de desarrollar la “capacidad de contraataque” preventivo contra bases enemigas si percibe riesgo para su seguridad nacional.

El despliegue de drones chinos en el Mar de China Oriental y el rumbo de navegación de sus portaaviones Liaoning cerca de la zona se produjo cuando el gobierno de Fumio Kishida aprobó la Plan de Seguridad Nacional, que califica a China como “el mayor desafío estratégico desde la Segunda Guerra Mundial”. Para ello, Tokio ha optado por hacerse con proyectiles de mucho mayor rango, entre ellos misiles Tomahawk estadounidenses, capaces de alcanzar objetivos a más de 1.000 km.

Islas Ryukyu, una línea de contención contra China

En el pasado, imágenes tomadas por satélites sugirieron que China pudo haber estado ensayando ataques contra el avión reconocimiento japonés E-767 Airborne Warning and Control System (AWACS), que Japón utiliza para monitorear sus islas estratégicas Ryukyu, que según el medio Asian Times “forman una línea de contención contra los buques de guerra y submarinos chinos que buscan irrumpir en el Pacífico abierto en una maniobra de flanqueo contra Taiwán, o lanzar misiles balísticos submarinos para atacar una base militar estadounidense clave en Guam o incluso en el continente”.

Gabriel Honrada sostiene en Asian Times que el énfasis chino en apuntar a los aviones AWACS japoneses sugiere una guerra de sistemas en la que el objetivo no es la aniquilación de las fuerzas enemigas en el campo de batalla sino la destrucción, interrupción y parálisis de la capacidad de los sistemas operativos del oponente. “Si un avión AWACS se destruye o queda fuera de servicio, habría una brecha importante en las defensas aéreas de Japón hasta que pudiera ser reemplazado”, sostiene el citado experto.

50 años de relaciones diplomáticas

Precisamente este mes de septiembre se han cumplido 50 años del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países. En China permanecen abiertas las heridas por las atrocidades cometidas por las tropas imperiales japonesas durante la Segunda Guerra Mundial. En Japón se teme que una China expansionista acabe tomando el control político y militar de Taiwán, lo que supondría para Tokio una amenaza muy grave. Mientras tanto, las tensiones continúan por las reivindicaciones territoriales chinas sobre las islas Diaoyu, denominadas Senkaku por los japoneses.