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Cae el mafioso siciliano Matteo Messina Denaro, jefe de la Cosa Nostra y uno de los fugitivos más buscados del mundo

El capo de la mafia siciliana, detenido en una clínica, estaba siendo buscado por la Policía desde hacía casi veinte años. Fue el cerebro del asesinato del juez Falcone

Era el hombre más buscado de Italia, un fantasma en fuga de la Justicia desde hacía 30 años. España, Alemania, Europa del Este o América Latina eran algunos de los lugares donde las autoridades italianas sospecharon a lo largo de estos años que podía encontrarse el heredero de Totò Riina, el desaparecido ‘capo’ supremo de Cosa Nostra. Sin embargo, el último ‘padrino’ de la Mafia siciliana estaba mucho más cerca...

Matteo Messina Denaro, fue detenido este lunes en un hospital privado de Palermo donde acudía desde hacía un año con una falsa identidad para tratar un tumor. A sus 60 años no es ni la sombra de lo que fue. Con un gorro de lana y unas gafas oscuras que escondían su característico estrabismo, las imágenes de su detención durante una operación especial de las fuerzas del orden muestran a un hombre cansado y enfermo.

El criminal llegó al centro médico acompañado por Giovanni Luppino, un agricultor sin antecedentes penales, que también fue detenido acusado de complicidad. Nada hacía sospechar que en la estructura sanitaria le esperaban escondidos decenas de agentes especiales del cuerpo de los carabinieri, la policía militar italiana. Tratando de pasar inadvertido, el criminal se registró con el falso nombre de Andrea Bonafede, pero cuando un carabinieri se le acercó y le preguntó cómo se llamaba, entendió que su fuga había llegado al final. “Mi nombre es Matteo Messina Denaro”, contestó sin oponer resistencia.

“Hemos capturado al último asesino responsable de las masacres de 1992 y 1993″, celebró el fiscal de Palermo, Maurizio De Lucia. “Es una deuda que el país tenía con las víctimas”, pero “la mafia no ha sido derrotada aún”, advirtió.

El arresto de Totò Riina el 15 de enero de 1993 mientras conducía su propio coche por las calles de Palermo, después de más de 20 años en búsqueda y captura, supuso el ascenso de Messina Denaro en la cúpula de Cosa Nostra. Sin embargo, su bautismo criminal comenzó mucho tiempo antes, como primogénito del ‘capo’ de la mafia local de Castelvetrano, un pequeño pueblo de la provincia siciliana de Trapani. Pasar de controlar la mafia local a llegar a lo más alto de Cosa Nostra fue solo una cuestión de tiempo.

Lo hizo primero bajo las órdenes de Riina y más tarde de su mano derecha, Bernardo Provenzano, conocido como “el tractor” por la violencia con la que acababa con sus víctimas. Con este último se comunicaba a través de ‘pizzini’, pequeños trozos de papel donde el ‘capo’ dictaba sus órdenes, a menudo sustituyendo las letras escritas con una vieja Olivetti por números. Messina Denaro llegó a ser uno de los principales ‘picciotti’ –soldados-- del ejército de Provenzano, y, tras el arresto en 1996 de éste después de 38 años de fuga, el criminal logró hacerse con el total control de la organización.

Las autoridades italianas consideran a Messina Denaro uno de los principales impulsores de la estrategia del terror emprendida por Cosa Nostra en 1990, con la que la Mafia declaró la guerra al Estado italiano a través de secuestros, asesinatos y atentados, como los que en 1992 acabaron con la vida de los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.

Condenado a varias cadenas perpetuas por decenas de asesinatos, entre ellos el del pequeño Giuseppe Di Matteo, el hijo de 12 años de un ex mafioso arrepentido al que Cosa Nostra mantuvo en cautiverio durante dos años antes de estrangularlo y disolver su cadáver en ácido, la última vez que se les escapó a las autoridades italianas fue en el verano de 1993, mientras disfrutaba de unas vacaciones junto a otros dos mafiosos en una playa de la Toscana. A partir de ese momento, Messina Denaro se convirtió en un fantasma del que sólo se conocía un viejo retrato robot.

Desde la clandestinidad, ‘u Siccu’ –'el seco’, en siciliano--, como le llamaban sus secuaces, ordenó asesinatos y movió los hilos de la política y la economía siciliana. Así al menos lo demuestran los numerosos procesos judiciales abiertos en su contra en estas tres décadas en las que ha permanecido huido de la justicia. 30 años en los que ha logrado ampliar su red de testaferros y gestionar un patrimonio estimado en más de 4.000 millones de euros. En clandestinidad tuvo también dos hijos y se comunicaba con sus cómplices a través del viejo sistema de los ‘pizzini’. Pero cuando necesitaba que sus mensajes llegaran con rapidez, lo hacía a través de su hermana Patrizia, que fue detenida en 2013.

Durante casi tres décadas, las autoridades italianas siguieron sin éxito varias pistas que situaban al criminal en Barcelona, donde se habría operado para corregir su estrabismo, en Bulgaria, en Alemania... pero también en distintas partes de Italia. Finalmente, su arresto en Palermo exactamente un día después del 30 aniversario de la detención de Totò Riina, el histórico ‘capo dei capi’ de Cosa Nostra, pone punto y final a una de las páginas más negras de la historia italiana y abre un interrogante sobre el futuro de la Mafia.