Geopolítica

2024, el año en el que votaremos peligrosamente

Mientras Rusia continúa con su invasión de Ucrania y la paz en Oriente Medio no llega, los resultados de los procesos electorales marcarán los próximos 365 días

Varias personas pasan junto a un cartel de los candidatos que se presentan a las elecciones presidenciales de Taiwán en Taipéi
Incendio en la ciudad de Sebastopol tras un ataque ucranianoChiang Ying-yingAgencia AP

Con la llegada del nuevo año, el mundo se enfrentará a una serie de problemas geopolíticos que van desde los actuales conflictos en Ucrania y Oriente Medio hasta las próximas elecciones al Parlamento Europeo, Estados Unidos, Taiwán, India y México. La actual rivalidad entre Washington y Pekín, la creciente intervención de los gobiernos en la economía, el aumento de la deuda y los elevados tipos de interés no hacen sino amplificar estos retos.

La mitad de la población mundial acude a las urnas en 2024. Y esto contribuye a muchas esperanzas: la esperanza de una relajación duradera de la inflación y de las condiciones financieras, pero, sobre todo, la esperanza de una distensión geopolítica entre las dos grandes potencias mundiales, en Europa del Este y en Oriente Medio.

Más que nunca, los pueblos de Europa tendrán la oportunidad de expresar sus deseos y convicciones. Porque 2024 es ya un año histórico: la mitad de la población mundial será llamada a las urnas el año próximo, la primera vez que esto ocurre. Esperemos que, en este convulso período de retroceso democrático, la gente responda a la invitación a votar, y que no ceda al fatalismo del absentismo... Nada puede darse por sentado.

La combinación de perturbaciones observada en los tres últimos años también parece marcar el inicio de una nueva era de inseguridad energética mundial. Frente al cambio climático, esto demuestra que la incapacidad de pensar en el cambio de sistema, sobre todo en términos económicos y financieros, sigue teniendo un impacto duradero en la agenda internacional.

Veamos la situación…

EE UU

Aparte de la profunda división partidista que caracteriza el panorama político estadounidense, lo más inusual de estas elecciones es que las encuestas muestran que la mayoría de los estadounidenses no apoyan o tienen reservas sobre las posibles candidaturas del expresidente Donald Trump y del presidente Joe Biden.

Las elecciones presidenciales estadounidenses suelen decidirse por un estrecho margen, y al perdedor puede resultarle difícil aceptar el resultado. Esta vez, el riesgo se ve exacerbado por lo que algunos llaman la criminalización de las diferencias políticas, con partidarios de ambos partidos acusando al otro bando de corrupción mientras ignoran sus propias transgresiones.

Si un republicano ganara las elecciones presidenciales, algunas políticas ecológicas se desharían mediante órdenes ejecutivas y, más tarde, mediante legislación si el presidente obtuviera el control de ambas cámaras del Congreso. Ucrania también vería aumentar los incentivos para negociar con los rusos. A pesar de las grandes diferencias entre demócratas y republicanos, los dos bandos están unidos en ciertos aspectos. Por ejemplo, ni Biden ni Trump harían grandes recortes del gasto a menos que se vieran obligados a ello. También comparten opiniones proteccionistas sobre el comercio internacional, en particular con respecto a China.

Invasión rusa de Ucrania

Ucrania tendrá que librar cada vez más una doble batalla en 2024. Por un lado, seguirá intentando salir del estancamiento sobre el terreno y avanzar contra las profundamente atrincheradas defensas rusas. Por otro, intentará convencer a Occidente de que mantenga su apoyo financiero y militar. Estos retos se ven agravados por la incapacidad de Occidente para acelerar a corto plazo la producción de determinado armamento, en particular los proyectiles. Y la guerra entre Israel y Hamás ha reducido aún más el suministro de ciertas armas.

Aunque EE UU y la UE acabarán aprobando nuevas ayudas a Ucrania, Occidente presionará cada vez más a este país para que adopte una postura defensiva en la guerra y entable negociaciones con Rusia.

Es probable que cualquier acuerdo desemboque en un «conflicto congelado» en el que Rusia mantenga el control de los territorios ocupados. Las perspectivas de restablecer las relaciones entre Occidente y Rusia y levantar las sanciones serían prácticamente inexistentes. Europa seguiría reorientando sus cadenas de suministro, sobre todo en el sector energético, en detrimento de Rusia, mientras que Moscú seguiría reorientando sus flujos comerciales lejos de Europa, sobre todo mediante la construcción de infraestructuras para vender petróleo y gas a China y otros países asiáticos.

Guerra Israel-Hamás

El conflicto entre Israel y Hamás permanecerá confinado en la Franja de Gaza y no se extenderá a otros lugares. Sin embargo, existe un gran riesgo de que cuanto más dure el conflicto, más se de-sestabilice la región y se extienda a otros países, como Líbano.

Aunque es improbable que Irán se implique directamente en la guerra, la República Islámica podría avivar el fuego del conflicto a través de terceros. Esto podría traducirse en un aumento del intercambio de fuego de artillería con Hizbulá en Líbano y un incremento de las amenazas a la navegación. Los rebeldes hutíes de Yemen, apoyados por Irán, ya han lanzado varios ataques contra buques comerciales en el mar Rojo utilizando misiles balísticos y drones armados.

El riesgo de escalada del conflicto también queda ilustrado por los más de 85 ataques con misiles y aviones no tripulados contra bases estadounidenses en Irak y Siria desde el 7 de octubre, que al parecer causaron heridas leves a varias decenas de soldados estadounidenses. Una respuesta enérgica sería inevitable si futuros ataques provocaran víctimas estadounidenses. Esto podría desencadenar un ciclo de respuestas y contraataques cada vez más violentos.

Los retos de China

China se enfrenta a numerosos retos económicos en 2024. La actividad manufacturera se está contrayendo, el sector inmobiliario residencial (que representa alrededor de una quinta parte de la economía) sigue atravesando dificultades y la inversión extranjera ha pasado a ser negativa por primera vez desde 1998, cuando comenzaron a llevarse registros.

Aunque China cuenta con ventajas significativas en sectores clave como el de los vehículos eléctricos, también se enfrenta al reto de un importante exceso de capacidad en estos mismos sectores. China intentará sin duda exportar su exceso de capacidad. Sin embargo, es probable que esto aumente las tensiones comerciales con muchos países importantes y probablemente desencadene una nueva oleada de aranceles.

Tensiones entre Pekín y EE UU

En 2024, las tensiones entre China y Estados Unidos seguirán dependiendo de una combinación de factores, como la rivalidad entre grandes potencias, modelos económicos y de gobernanza radicalmente distintos y, sobre todo, la falta de confianza. Por tanto, es casi inevitable que las empresas estadounidenses y chinas que dependen en gran medida de los mercados de la otra parte en sectores considerados estratégicos acaben perdiendo cuota de mercado.

Por ejemplo, Estados Unidos seguirá utilizando los controles a la exportación para limitar el desarrollo chino de semiconductores avanzados e inteligencia artificial. Del mismo modo, es probable que China utilice los controles a la exportación de determinados minerales y tecnologías ecológicas con el mismo fin.

En resumen, Estados Unidos sospecha que la ambición de China es adquirir tecnología estadounidense y convertirse en la primera potencia mundial. A la inversa, Pekín cree que Washington no sólo pretende aumentar su acceso al mercado chino, sino también frenar el ascenso de China al poder. Como ambos tienen razón, al menos en parte, su rivalidad no está a punto de terminar.

Taiwán

Las elecciones presidenciales de Taiwán del 13 de enero serán una de las más vigiladas de 2024. El Partido Democrático Progresista (PDP), en el poder, y el Kuomintang (KMT), en la oposición, tienen estrategias muy diferentes para tratar con China. El DPP aboga por estrechar lazos con Estados Unidos y sus aliados, al tiempo que equipa al país con una fuerza disuasoria. El KMT, por su parte, promete centrarse en reducir las tensiones reabriendo el diálogo con China. El DPP lidera actualmente las encuestas. Si el DPP tiene éxito, creemos que, a menos que Taiwán declare la independencia, la estrategia china de aumentar la presión se limitará a realizar maniobras militares agresivas, apuntar a determinadas actividades operativas taiwanesas en China continental e imponer sanciones comerciales. La cuestión de Taiwán seguirá sin resolverse en un futuro previsible.

En Europa

En 2024, Europa seguirá padeciendo de los precios del gas y la electricidad más elevados del mundo, una economía débil y una regulación excesivamente onerosa. Esto sitúa a las empresas europeas en clara desventaja frente a sus competidoras extranjeras y aumenta la probabilidad de que cada vez más empresas deslocalicen sus operaciones. Como mayor economía de Europa, las dificultades de Alemania ensombrecen las perspectivas económicas de todo el Viejo Continente.

En el frente político, estas dificultades económicas supondrán una erosión continua del apoyo a los gobiernos europeos en funciones. Es probable que el Gobierno conservador de Reino Unido, que en las encuestas va por detrás de los laboristas en más de 20 puntos, pierda las próximas elecciones. Se espera que haya elecciones en otoño de 2024.

Al mismo tiempo, esperamos que el apoyo a los partidos de gobierno tradicionales en la Unión Europea siga disminuyendo en favor de los partidos de extrema izquierda o extrema derecha del espectro político.

En India

Los dos primeros mandatos del primer ministro indio, Narendra Modi, han estado marcados por importantes reformas económicas y mejoras de las infraestructuras que han impulsado el crecimiento del país. Durante este período, India pasó del décimo al quinto puesto entre las mayores economías del mundo.

Es muy probable que Modi sea reelegido y que su partido, el BJP, mantenga el control de ambas cámaras del Parlamento. Las próximas elecciones se celebrarán a lo largo de seis semanas, entre abril y mayo, para gestionar la logística de movilización del mayor electorado del mundo, con más de 900 millones de votantes.

El crecimiento económico de India, los pasos en falso de China en materia económica (por ejemplo, el creciente control gubernamental sobre las empresas del sector privado) y las tensiones geopolíticas son algunas de las fuerzas motrices que hacen de India una parte importante de los planes estadounidenses y occidentales para desvincular a China de las cadenas de suministro mundiales. Por último, dado su papel estratégico como contrapeso geopolítico de China y su mercado en rápida expansión en una economía mundial en contracción, India se ha convertido en un país demasiado importante como para enfadarse por ello. Esto significa, entre otras cosas, que puede permitirse violar las sanciones contra Rusia sin temor a repercusiones importantes.

México

México observará con interés las elecciones de junio de 2024. El presidente Andrés Manuel López Obrado y su partido han propuesto a Claudia Sheinbaum, exalcaldesa de Ciudad de México, para sucederle. Sheinbaum, que se espera que gane cómodamente, se ha comprometido a continuar las políticas del presidente Obrador. Queda por ver si esto se extenderá a algunas de sus posturas más controvertidas. Aunque Obrador ha abierto los brazos a la inversión extranjera en el sector industrial, ha obstaculizado las actividades de algunas empresas extranjeras en sectores como la energía y la minería. La seguridad es también una grave preocupación. Amplias zonas del territorio mexicano están controladas por los cárteles de la droga y no por el Gobierno.