Política

Ataque yihadista en Francia

A favor de la libertad de expresión en Francia, mordaza en sus países

La Razón
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Ayer fue un día para la unidad, para cerrar filas en torno a las autoridades francesas y sus ciudadanos. Sin embargo, la presencia de un gran número de líderes mundiales que en sus países de origen no hubieran permitido portadas como las de «Charlie Hebdo» ensombreció el acto con un halo de hipocresía. Por un lado se agradeció el respaldo del primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, que es musulmán, pero su país tiene el triste récord de 2013 de mayor número de periodistas detenidos (60), y sólo en diciembre pasado detuvo en una gran redada a 23 reporteros contrarios al presidente Recep Tayyip Erdogan. En el informe anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF) que detalla la salud de la libertad de expresión en el mundo, de 180 países, Turquía se queda en el puesto 154º.

En la marcha republicana también participó el ministro de Exteriores egipcio, Sameh Choukri. En la lista, cuatro puestos por detrás de Turquía, se encuentra Egipto, «la mayor cárcel de periodistas» según RSF. En el último año, las autoridades egipcias detuvieron a 46 reporteros y 16 permanecen encarcelados. En este sentido, Chistophe Deloire, secretario general de RSF, señaló que «debemos demostrar nuestra solidaridad con ‘‘Charlie Hebdo” sin olvidarnos de todos los otros Charlies del mundo».

Si ayer el embajador de Arabia Saudí, Mohammed Ismail Al Sheikh, participaba en la marcha por la unidad, el viernes su reino castigaba con los primeros 50 –de 1.000– latigazos al bloguero Raif Badawi por insultar al islam. Durante las próximas 19 semanas y ante cientos de personas, Badawi será flagelado. También tendrá que permanecer en la cárcel una década.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, el ministro de Exteriores de Emiratos Árabes Unidos, Abdulá ben Zayed Al Nahyan, su homólogo argelino Ramtan Lamamra, el jeque qatarí Jalifa Al Thani o el rey Abdulá de Jordania son otros ejemplos de líderes presentes en la marcha, aunque sus países se encuentren en la cola de la libertad de Prensa mundial. Por ejemplo Bahréin, representado ayer por el titular de Exteriores, Jalid bin Ahmad Al Jalifa, es el segundo país (por población) que más periodistas detiene, sólo superado por Eritrea, según el Comité para la Protección a Periodistas.

No sólo mandatarios musulmanes llamaron a la indignación de los medios. Rusia (puesto 148º) envió a París a su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov. E incluso dentro de la propia UE: el primer ministro húngaro, Victor Orban. Su Gobierno impuso una dura tasa a los medios contrarios en junio.