ECR
Abascal y Meloni refuerzan su alianza para las elecciones europeas
La primera ministra italiana celebra la fiesta anual del posfascista Movimiento Social Italiano (MSI) en Roma con invitados como el líder de Vox, el «premier»británico Rishi Sunak o el magnate Elon Musk
Castel Sant'Angelo, a las puertas de la Ciudad del Vaticano, fue el lugar elegido por Hermanos de Italia, el partido de la primera ministra Giorgia Meloni, para celebrar el pasado fin de semana en Roma su fiesta anual. «Atreju», bautizada así en honor de un personaje de «La historia interminable» de Michael Ende, una de las referencias culturales del partido heredero del posfascista Movimiento Social Italiano (MSI), reunió durante tres días a personalidades nacionales e internacionales para reflexionar sobre el futuro de la Unión Europea a las puertas de las próximas elecciones, la caída de la natalidad o la crisis migratoria en el Mediterráneo.
La líder de Hermanos de Italia estuvo arropada por algunos de sus aliados políticos, como el primer ministro británico Rishi Sunak, que evocó el «radicalismo de Tatcher» contra la inmigración irregular; el primer ministro de Albania, Edi Rama; o Santiago Abascal, cuya presencia causó un gran malestar en el país transalpino tras sus declaraciones al diario argentino Clarín, en las que aseguró que «habrá un momento» en el que el pueblo «querrá colgar de los pies» al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Unas palabras que en Italia evocan la muerte del dictador fascista Benito Mussolini y su exposición pública en la plaza de Loreto de Milán en 1945, y que llevaron a la secretaria del progresista Partido Democrático, Elly Schlein, a rechazar la invitación para participar en «Atreju». «No comparto el palco con nostálgicos del fascismo y del franquismo», defendió la líder de la oposición.
En la capital italiana, el líder de Vox dio un paso atrás y aseguró que no desea «a nadie, ni siquiera a un corrupto y un traidor, que le cuelguen por los pies». «Es algo que me produce repugnancia siempre que ha ocurrido en la historia», añadió. Y acusó a «la izquierda mediática y política» de «manipular» sus palabras.
Meloni presentó a Abascal, socio de Hermanos de Italia en el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, como un aliado indispensable. «Con Vox continuaremos trabajando codo con codo para fortalecer nuestra familia política y hacerla cada vez más protagonista en la Europa que viene», lanzó. Unas palabras a las que «Santi», como le llama la primera ministra italiana, respondió elogiando el trabajo de Meloni al frente del Gobierno italiano. «Hoy todas las esperanzas de un cambio de rumbo en Europa miran hacia Roma».
El día anterior, Abascal mantuvo un breve encuentro con Elon Musk, fundador de Tesla y propietario de la red social X (anteriormente conocida como Twitter), con quien conversó sobre «la importancia de X para la libertad de expresión» y para «combatir la cancelación ideológica» de la «cultura woke», según un comunicado de su partido.
El magnate fue uno de los invitados de honor y llegó a Castel Sant'Angelo como una auténtica estrella para hablar sobre el invierno demográfico con uno de sus hijos en brazos. «La inmigración no puede resolver el problema de la natalidad», dijo Musk, que es padre por gestación subrogada de al menos uno de sus 11 vástagos; un método de reproducción asistida que el Gobierno italiano quiere convertir en «delito universal».
Abascal intervino el domingo justo antes de que Meloni cerrara el evento con un discurso populista en el que cargó contra los medios de comunicación, la izquierda, los sindicatos, el feminismo, la inmigración irregular... e incluso contra la influencerChiara Ferragni, recuperando el tono y las formas de su etapa más dura al frente de los bancos de la oposición.
Meloni jugaba en casa y lo sabía; por eso, entre crítica y crítica, enumeró los presuntos logros de su primer año como jefa del Ejecutivo y reivindicó el acuerdo con el primer ministro de Albania, Edi Rama, para construir un CIE en territorio albanés gestionado por Italia, que esta misma semana fue rechazado por el Tribunal Constitucional del país balcánico.
La primera ministra italiana también lanzó un guiño de cara a las próximas elecciones europeas: «Quien vota Hermanos de Italia, vota a favor de Europa». Un mensaje nada velado a su socio en la coalición de Gobierno y rival en la UE, Matteo Salvini, quien hace dos semanas reunió en Florencia a gran parte de la extrema derecha antieuropeísta del Viejo Continente.
Un año después de convertirse en la primera mujer en encabezar un Ejecutivo en Italia, Meloni continúa manteniendo un amplio consenso entre los italianos y ha logrado menguar la influencia del líder de la Liga, a pesar de los tropiezos de más de un miembro de su polémico Ejecutivo, incluido su cuñado y ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida.
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