Guerra en Ucrania
La UE acuerda destinar los activos rusos congelados a financiar la recuperación y la defensa militar de Ucrania
La iniciativa puede desbloquear unos 3.300 millones de euros anuales, según las primeras estimaciones
Los países europeos han llegado a un acuerdo para utilizar los rendimientos de los activos congelados a Rusia en la reconstrucción de Ucrania y también en la compra de armamento. Tras una reunión de los embajadores de los Veintisiete, las capitales europeas han dado la ansiada luz verde. Según las primeras estimaciones, se podrán desbloquear unos 3.300 millones de euros y el dinero podrá llegar a mediados de este año. Según ha anunciado la presidencia belga que pilota las negociaciones durante este semestre, los fondos «servirán para apoyar la recuperación y la defensa militar de Ucrania en el contexto de la agresión rusa». Este tema llevaba debatiéndose durante meses la fumata blanca llega, de manera simbólica, justo antes del 9 de mayo, día en el que se celebra el día de Europa y se conmemora la declaración Schuman realizada en 1950 y que supuso el embrión del proyecto de integración europeo.
Si en un primer momento el objeto del debate residía en si era posible utilizar estos rendimientos en pagar la reconstrucción del país, las malas noticias en el campo de batalla y los retrasos de los países europeos en enviar munición, cuando la guerra se ha adentrado en su tercer año, han hecho que ahora las prioridades hayan cambiado. «Es hora de iniciar una conversación sobre el uso de los beneficios inesperados de los activos rusos congelados para comprar conjuntamente equipos militares para Ucrania», defendió la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un debate celebrado en el Parlamento Europeo en el mes de febrero para después apostillar que «no podría haber símbolo más fuerte ni mayor uso para ese dinero que hacer de Ucrania y de toda Europa un lugar más seguro para vivir». Finalmente, el acuerdo que ahora debe recibir la aprobación formal por parte de los ministros de Exteriores europeos, contempla el envío del 90% de los intereses a un fondo destinado para sufragar las armas de Ucrania, el denominado Fondo Europeo para la Paz y el 10% en ayuda financiera.
Las capitales europeas se han enfrentado a este debate durante los últimos mese con algunas reservas y muchas preguntas. Temían las acciones legales que pudiera emprender Moscú y que el euro pierda atractivo como divisa internacional en los mercados financieros, tal y como ha advertido repetidamente el Banco Central Europeo. Además, algunas capitales argumentaban que este paso podía suponer una escalada del conflicto. Hungría y Eslovaquia han sido los países europeos que han puesto más impedimentos a la fumata blanca por temor a enfadar a Vladimir Putin. Aunque Alemania también formaba parte de este grupo, fue poco a poco cambiando de opinión. Budapest pedía que el dinero fuera tan sólo utilizado para la reconstrucción del país y se oponía a que pudiera sufragar la compra de armas.
El sistema de sanciones europeo está pensado de manera temporal, de forma que la congelación los activos del Banco Central de Rusia e incluso los bienes inmovilizados a los oligarcas puedan ser restituidos en el futuro. Los yates y mansiones de los multimillonarios que sostienen el régimen de Putin solo pueden ser subastados si existe un vínculo directo con la comisión de un delito, por ejemplo, el blanqueo de capitales. Por eso, la propuesta del Ejecutivo comunitario no contempla utilizar los 210.000 millones de euros que se encuentran congelados en suelo europeo sino tan sólo los ingresos generados por la inmovilización de este dinero depositado de manera mayoritaria en Euroclear, el sistema de compensación de activos radicado en Bélgica. Se espera que estos beneficios asciendan a entre 2.500 y 3.000 millones de euros en 2024, si bien la cifra final dependerá, también en los años venideros, de la evolución de los tipos de interés.
Desde el 15 de febrero de este año, la entidades encargadas de depositar estos beneficios se han visto obligadas a separar esta cantidad y no distribuirla entre los inversores. El 97% de esta suma se utilizará para auxiliar Ucrania, aunque las entidades financieras podrán retener un 10% como salvaguarda ante posibles riesgos. En algunos países había creado malestar las ganancias de Bélgica en estas operaciones ya que este dinero después está sujeto a tributación en el país. Según explica el Ejecutivo belga, «para el año fiscal 2024 se espera un importe de 1.700 millones de euros de impuestos corporativos nacionales provenientes de activos rusos inmovilizados, de los cuales alrededor de 1.000 millones de euros ya se han destinado a ayuda militar a Ucrania» y la nueva normativa se aplicará a los beneficios restantes.
Este año, el 90% del dinero retenido se transferirá al Fondo Europeo de Apoyo a la Paz, la herramienta extracomunitaria con dinero común de los Veintisiete, mientras el 10% restante se dirigirá al presupuesto comunitario también en aras de mejorar la capacidad de que Ucrania construya sus propias armas. El propósito reside en que el dinero este listo para armar a Kiev a mediados de este año y que los pagos se realicen dos veces al año. A partir de 2025, parte del dinero podrá utilizarse para el Programa Europeo de Inversión en Defensa (EDIP) destinado a las compras conjuntas de armas entre los países europeos.
Rusia ya reaccionó de manera airada en el pasado al conocer esta propuesta y el Kremlin amenazó con «décadas» de demandas si se acaban utilizando los rendimientos de los activos rusos congelados , lo que para Moscú equivaldría a un «robo». «Los europeos deben ser conscientes del daño que tales decisiones pueden causar a su economía, su imagen, su reputación como garantes confiables de la inviolabilidad de la propiedad», amenazó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. A Bruselas tampoco le sorprendieron demasiado estas advertencias. El plan presentado por el Ejecutivo comunitario prevé que beneficios generados durante los años 2022 y 2023 se utilicen como colchón ante posibles demandas legales por parte de Moscú.
No se sabe hasta qué punto esto es solo el principio de un plan más ambicioso. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha planteado incluso transferir a Ucrania no sólo los rendimientos obtenidos sino el grueso de los activos inmovilizados, a pesar de las pronunciamientos en contra tanto del Banco Central Europeo como de la Reserva Federal.
✕
Accede a tu cuenta para comentar