Australia

La acusada de envenenar a varios familiares con setas comenzó a recolectarlas con el Covid-19

Erin Patterson admite en el juicio que el plato que sirvió a sus suegros y otros familiares contenía hongos mortales del tipo “death cap”

Erin Patterson, the woman accused of serving her ex-husband's family poisonous mushrooms, is photographed in Melbourne, Australia, on April 15, 2025. (James Ross/AAP Image via AP)
Australia Mushroom Murder TrialASSOCIATED PRESSAgencia AP

Erin Patterson, una australiana de 50 años acusada del asesinato de tres de sus familiares tras servirles un almuerzo con hongos venenosos, declaró este martes en su juicio que comenzó a recolectar hongos silvestres durante los confinamientos por la COVID-19 en 2020.

Patterson, quien se enfrenta a cargos por el fallecimiento de sus suegros, Don y Gail Patterson, y la hermana de esta última, Heather Wilkinson, tras un almuerzo en julio de 2023, también está acusada del intento de homicidio de Ian Wilkinson, el único sobreviviente del evento.

En el tribunal de Morwell, Patterson explicó que su interés por las setas comenzó mientras paseaba con sus hijos en los Jardines Botánicos de Korumburra durante las restricciones pandémicas. Relató que inicialmente los recogió tras notar que su perro los comía, con el objetivo de identificar si eran seguros. Con el tiempo, afirmó haber adquirido confianza en la identificación de especies como los hongos miel y los slippery jack, los cuales secaba en un deshidratador para su consumo, tras probarlos ella misma sin enfermarse.

La acusada admitió que el plato de ternera Wellington servido en el almuerzo fatal contenía hongos mortales del tipo “death cap”. Explicó que compró los ingredientes en un supermercado local y algunos en una tienda asiática en Melbourne, aunque no recordó con precisión la fecha de esta adquisición, situándola en las vacaciones escolares de abril de 2023.

Durante su testimonio, se emocionó al expresar arrepentimiento por mensajes despectivos enviados an amigos sobre sus suegros, en medio de disputas financieras con su exesposo, Simon Patterson, de quien se separó formalmente en 2015. Aseguró que, pese a la separación, mantuvo una relación afectiva con Don y Gail, quienes la seguían tratando como su nuera.

Sin embargo, en 2022, surgieron tensiones por asuntos económicos, incluyendo pagos de honorarios médicos y manutención de sus hijos, lo que la llevó a escribir mensajes de los que ahora se avergüenza.

Patterson también relató haber perdido la confianza en el sistema de salud tras experiencias negativas, como el rechazo de sus preocupaciones sobre la salud de su hija recién nacida y sus propios síntomas, que incluían dolores de cabeza, fatiga y aumento de peso.

Aunque en el juicio se mencionó que invitó a sus suegros al almuerzo por un supuesto diagnóstico de cáncer, la imputada aclaró que nunca tuvo cáncer ovárico, pero que sus búsquedas en internet sobre sus síntomas la llevaron a temer enfermedades graves.

También habló sobre sus problemas de autoestima y trastornos alimenticios desde la adolescencia, continuará su testimonio este miércoles. Todo un culebrón australiano.