Altas temperaturas

Un aeropuerto de Hungría suspende sus operaciones tras los daños causados por la ola de calor

Más de 2.500 pasajeros se han visto afectados por el cierre del aeródromo de Debrecen, cuya superficie de hormigón se ha dilatado como consecuencia de las altas temperaturas

Aeropuerto internacional de Debrecen
Aeropuerto internacional de DebrecenDebrecem.hu

Un aeropuerto del este de Hungría ha sido cerrado de forma temporal como consecuencia de los daños causados en la pista de aterrizaje por las abrasadoras temperaturas de la ola de calor que azota el país centroeuropeo. «Nunca antes en la historia del aeropuerto se había tenido que cerrar una pista durante tanto tiempo debido a este tipo de incidente en la pista», dijo la compañía.

Debido al «continuo estrés térmico», la superficie de hormigón de la pista de aterrizaje del aeropuerto internacional de la ciudad de Debrecen se ha dilatado, dañando dos losas de hormigón, informó el operador a través de un comunicado enviado a la Agencia France-Press. «Es probable que las juntas de dilatación entre las losas de hormigón de la pista hayan sido diseñadas hace décadas para temperaturas más bajas».

El defecto fue detectado el jueves a última hora de la tarde durante una inspección, y podría tardar «hasta una semana» en ser reparado, «dependiendo de las condiciones meteorológicas», según detalla el comunicado. A pesar de su clima típicamente templado, Hungría ha registrado en los últimos días máximas diarias superiores a 35 grados, y las temperaturas podrían alcanzar un récord durante el fin de semana.

Los vuelos han sido desviados al aeropuerto de Budapest al menos hasta el domingo, con una estimación de hasta 2.500 pasajeros afectados por el cierre.

Hungría se encuentra bajo el nivel más alto de alerta por calor desde el 7 de julio, que se prorrogó el viernes hasta el 18 de julio. El pasado mes de junio fue el más caluroso jamás registrado en todo el planeta, según informó el lunes el Servicio de Cambio Climático de la UE (Copernicus). Las olas de calor, cada vez más intensas y frecuentes, son un indicador del cambio climático provocado por el uso de combustibles fósiles por parte de la humanidad, según los científicos.