Sudán

Primer lanzamiento aéreo de ayuda en El Fasher en cinco meses

Según la Red de Médicos de Sudán, al menos 23 personas, entre ellas niños y embarazadas, murieron por desnutrición en septiembre. También denuncian que las Fuerzas de Apoyo Rápido impiden la llegada de ayuda

FILE - Sudanese displaced families take shelter in a school after being evacuated by the Sudanese army from areas once controlled by the paramilitary Rapid Support Forces (RSF) in Omdurman, Sudan, located across the Nile River from Khartoum, on Sunday, March 23, 2025. (AP Photo, file)
Sudan El Fasher MalnutritionASSOCIATED PRESSAgencia AP

El Fasher, la capital de Darfur Norte, rompió el lunes el aislamiento que la asfixia desde hace meses, apenas por unas horas, después de que el ejército sudanés ejecutara el primer lanzamiento aéreo de suministros en cinco meses. La operación fue confirmada por fuentes militares y testigos locales. Ha sido toda una hazaña, considerando que las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) mantienen la ciudad bajo asedio desde abril de 2024.

No está claro cuánta carga llegó intacta al destino ni cuánto de ese material podrá beneficiar a civiles más allá del perímetro militar. Medios de prensa próximos al ejército aseguran que el avión dejó caer paquetes con medicinas y alimentos, además de munición y efectivo para la guarnición. En cualquier caso, el hecho de ver los paracaídas recortándose en el cielo de El Fasher, tras meses de corrido en donde la ciudad solo ha recibido proyectiles y drones, puede interpretarse como una señal de que la línea aérea (bloqueada desde abril, cuando un caza fue derribado) podría volver a abrirse de forma esporádica.

El mando militar sudanés celebró la maniobra como un “punto de inflexión” y su mensaje amplificado por medios oficiales y agencias próximas al Gobierno. Analistas locales, sin embargo, advierten de que un solo lanzamiento difícilmente revertirá el cerco si no se habilitan corredores humanitarios sostenidos y seguros.

La pregunta clave es si estos lanzamientos pueden convertirse en un puente logístico capaz de sortear la estrategia de asedio de las RSF, que desde hace más de un año han cercado la ciudad con terraplenes y puestos de control, han cortado rutas de salida y entrada para personas y mercancías. El asedio de El Fasher se cuenta entre los más prolongados de la historia reciente, con barrios enteros sin acceso a alimentos básicos y con instalaciones sanitarias fuera de servicio por falta de combustible, medicinas o debido a impactos directos de los proyectiles. UNICEF ha advertido que, tras más de 500 días de cerco, la ciudad se ha convertido en un “epicentro del sufrimiento infantil”, con más de 10.000 niños tratados por desnutrición aguda severa este año.

Al menos 23 personas, entre ellas niños y cinco embarazadas, murieron por desnutrición en septiembre, según la Red de Médicos de Sudán. La organización denunció que la hambruna está siendo utilizada como arma de guerra al impedir la llegada de ayuda y al atacar las RSF infraestructuras críticas. La ciudad, con una población que ronda las 260.000 personas, apenas sobrevive con mercados vacíos.

La ONU lleva más de un año llamando, con escaso éxito, a detener la violencia en y alrededor de El Fasher. En junio de 2024, el Consejo de Seguridad aprobó por amplia mayoría la Resolución 2736, que exige a las RSF levantar el asedio, permitir el acceso humanitario y respetar el derecho internacional humanitario. El texto también llamaba a las partes a proteger a civiles y servicios de salud, a garantizar la libertad de movimiento y a reabrir pasos fronterizos para la ayuda. La realidad sobre el terreno, no obstante, muestra un cumplimiento nulo: los convoyes terrestres siguen bloqueados y las organizaciones humanitarias consideran que un puente aéreo estable sólo sería viable con garantías de seguridad verificables.

La operación del lunes ha reavivado un debate que se venía gestando: si, ante el colapso de los corredores terrestres, corresponde impulsar lanzamientos aéreos humanitarios y coordinados por agencias de la ONU o por una coalición internacional, con escolta y neutralidad garantizadas. Por ejemplo, un informe divulgado por la organización Fikra for Studies and Development, obra del exasesor gubernamental Amgad Fareid Eltayeb, califica de “imperativo moral” los lanzamientos aéreos de alimentos y medicinas para El Fasher y denuncia la “instrumentalización sistemática del hambre” por parte de las milicias que cercan la ciudad.

Relatos recogidos por reporteros en la zona hablan de familias que hierven hojas para engañar el estómago, clínicas que improvisan tratamientos sin antibióticos y patios escolares convertidos en refugios. Ese mosaico de la precariedad explica por qué nadie en El Fasher se hace ilusiones tras lo ocurrido el lunes. Sin acceso humanitario sostenido y sin un alto el fuego verificable, los lanzamientos desde el aire serán, en el mejor de los casos, un alivio momentáneo.