Materias primas
Por qué las petroleras están hartas de Nigeria, el país con más petróleo de África
El rey africano de la industria petrolífera se ahoga en una crisis que ha dejado muy tocada a la región, siendo esta misma la principal culpable de su débil situación
El país africano más poblado, Nigeria, es una de las economías de mayor crecimiento del África subsahariana y un territorio con un futuro económico impresionante, incluso más avanzado que otros lugares del "primer mundo". La nación nigeriana lo ha tenido todo en las últimas décadas para despuntar por encima del resto, sobre todo por contar con las segundas mayores reservas probadas de petróleo del continente -al menos el 2,8% de las reservas mundiales-. Pese a ello, su industria petrolera afronta una importante crisis que ha llevado a que las empresas extranjeras estén abandonando el país.
Nigeria tiene unas reservas probadas de petróleo que superan los 36.000 millones de barriles (entre crudo rentable y técnicamente extraíble). Unas cifras parecidas a las de EEUU, aunque los nigerianos no han sabido explotar al máximo sus recursos. Un país que en su día llegó a producir hasta 2,5 millones de barriles diarios de petróleo, actualmente le cuesta llegar al millón.
Como de costumbre, el enemigo y culpable ante estas situaciones está en casa: piratas, vertidos de crudo y conflictos armados en la Delta del Níger, así como sabotajes continuos, la corrupción o la falta de estrategia e inversión. Razón de sobra para que las petroleras, que temen sufrir importantes pérdidas, abandonen el país y se refugien en otros lugares con una proyección de futuro mejor.
Cómo Nigeria ha pasado de ser el rey del petróleo a la última opción de las empresas petroleras
Aunque se trate de uno de los mayores productores de petróleo, el rey africano importa productos refinados del petróleo para su propio uso, lo que deja entrever la incapacidad de su tejido industrial y sus instituciones para aprovecharlo al máximo. El país depende casi por completo de costosas importaciones para satisfacer sus necesidades de combustible, y las autoridades invierten miles de millones de dólares anualmente en subsidios a los combustibles.
Además, es de especial importancia mencionar la crisis energética global que atraviesa nuestro planeta. Las rutas de petróleo y gas entre Europa y África se han modificado radicalmente, un daño incrementado por circunstancias como la pandemia de coronavirus, que paralizó por completo a los países y supuso un daño drástico para la economía mundial, o el estallido de la invasión rusa a Ucrania -una guerra que va a cumplir a finales de febrero los dos años-. Nigeria quiso reinventarse y revalorizar su valor, e irrumpió en con un proyecto energético con Europa, a través de España, al igual que la puesta a punto de la refinería de petróleo más grande de África. No funcionó.
Según explica el economista nigeriano Afolabi Olowookere a The Guardian, la participación del sector petrolero en los ingresos del gobierno cayó de casi el 47 por ciento, en 2017, al 7,4 por ciento, en la primera mitad de 2022. Asimismo, la participación del sector petrolero en el PIB de Nigeria también se redujo a la mitad en la última década: más del 13 por ciento en 2010, a menos del 6 por ciento en la actualidad.
Por su parte, la OPEP, la Organización de Países Exportadores de Petróleo que tiene como objetivo unificar las políticas petroleras de sus miembros -que controlan el 80% del total de las reservas probadas- tomó la decisión de que los pozos comenzaran a abrirse en todo tipo de países. Esto redujo el objetivo de producción de Abuja a 1.38 millones de barriles ante sus datos de producción, todo un revés para las autoridades nigerianas que se suma a los continuos recortes mensuales de la organización.
Vertidos de crudo, sabotajes y poca confianza de la OPEP: las razones que ahogan a Nigeria en la crisis del petróleo
Y más allá de las responsabilidades gubernamentales, están las que tienen que ver con los sabotajes por parte de bandas armadas y el vandalismo sobre los oleoductos. Un estudio del Instituto Internacional explica que cerca del 75% de los vertidos se deben a robos y sabotajes de grupos armados y crimen organizado, lo que implica una pérdida de 4.500 millones de dólares cada año solo en petróleo.
La Delta del Niger, que ha sido la cuna de varios conflictos y grupos armados en Nigeria desde hace décadas, también se ha convertido en uno de los lugares más contaminados de la Tierra por los continuos derrames. Asimismo, según los informes del gobierno, se necesita al menos una inversión de 12.000 millones de dólares para asegurar Bayelsa,otra de las zonas más afectadas por la contaminación provocada por el petróleo.
Shell, una petrolera histórica en la zona, anunció en los últimos días que abandona el sector petrolero de la región debido a los continuos peligros que supone, bajo su juicio, extraer allí. Una empresa que se suma a otras como Exxon, Enni, Equinor y Addax, que ya han vendido sus filiales o desinvertido sus pozos, entre otras cosas por motivos de seguridad. Además, lugares como Guyana o Brasil -y por supuesto, Estados Unidos- presentan una oferta de petróleo más atractiva, lo que ha hecho que las empresas se centren más en estos países americanos.
Nigeria, uno de los grandes del petróleo, necesita reinventarse. La fuga de petroleras es solo la punta del iceberg que se muestra ante fallos de estrategia, prevención o protección, sumado a los numerosos conflictos en el Sahel. El presidente busca revertir la situación, estableciendo cambios que, de momento, las empresas no creen.
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