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Asad se niega a dialogar con los rebeldes

El sátrapa sirio insiste en que son «terroristas financiados por Occidente»

Al Assad durante el discurso
Al Assad durante el discursolarazon

Si la oposición siria, respaldada por Occidente, es el «enemigo de la nación», difícilmente el llamamiento del presidente Bachar al Asad al «diálogo nacional» para poner fin al conflicto podría dar resultados. En una inusual intervención en la televisión oficial, Asad instó a los sirios a buscar una solución política para apagar las llamas de la violencia que devoran el país. Tras 22 meses de guerra que han dejado 60.000 muertos, el mandatario sirio insiste en seguir ostentando el poder y considera que la insurrección popular es una conspiración de Occidente y los opositores «unos terroristas». El conflicto «no enfrenta al poder y a la oposición, sino a la patria y a sus enemigos, al pueblo y a sus asesinos», esgrimió desafiante. El mandatario propuso un plan de paz que incluye una conferencia de reconciliación nacional, un nuevo Gobierno y una nueva Constitución, pero pone como condición que Occidente deje de armar y financiar a los rebeldes. «Los países involucrados deben comprometerse a no seguir financiando las armas y los hombres armados deben detener toda operación terrorista. Entonces, nuestras fuerzas cesarán inmediatamente las operaciones militares, conservando el derecho a replicar», puntualizó desde un púlpito ante una multitud enardecida que gritaba: «¡Por nuestra alma y por nuestra sangre, nos sacrificaremos por ti!».

En una alocución de una hora, el sátrapa afirmó que los países occidentales «cerraron todas las puertas del diálogo» y dejó claro que no tiene intención de abandonar el poder hasta que finalice su mandato en 2014. Para Asad cualquier transición deberá realizarse «en conformidad con los términos de la Constitución». Además, el presidente se plantea presentarse a las elecciones, acabando así con las aspiraciones de la oposición, que exige la salida de Asad. El discurso fue recibido con duras críticas por parte de la oposición, que tildó su arenga de «retórica vacía». La hoja de ruta propuesta por Asad fue inmediatamente rechazada por el CNS, ya que esta iniciativa prevé mantener al régimen en el poder.