Xenofobia

Los manifestantes antirracistas toman las calles británicas

La ultraderecha cancela las más de cien protestas que había convocado en todo el país ante la espontánea movilización ciudadana

Liverpool (United Kingdom), 06/08/2024.- Police remove a protester who refused to remove their face mask outside the Merseyside Refugee Centre in Liverpool, Britain, 07 August 2024. Further far-right protests are expected throughout Britain on the 07 August 2024. Violent demonstrations have been held by members of far-right groups across Britain following a fatal stabbing attack in Southport, in which three children were killed and eight more seriously injured, along with two adults. (Protest...
Reino Unido despliega a 6.000 policías ante la convocatoria de un centenar de manifestaciones frente a centros de inmigrantesPETER POWELLAgencia EFE

Decenas de miles de personas tomaron esta noche las calles inglesas y evitaron el que iba a ser el peor día desde que empezaron las protestas y disturbios tras la muerte de las tres niñas de Southport. Había más de cien convocatorias de la extrema derecha previstas en cuarenta ciudades inglesas y norirlandesas. Estaban convocados ante mezquitas, centros y hoteles de inmigrantes, y también oficinas de los abogados de los inmigrantes en lo que fue interpretado como un ataque al sistema legal británico.

Sin embargo, cada una estas protestas fue contramanifestada por multitudes contra el racismo y contra el fascismo, por vecinos, locales que protegían sus comunidades. En Liverpool, norte de Inglaterra, cientos de personas formaron un escudo humano alrededor de la iglesia que acoge el centro de inmigrantes en la ciudad y que había sido señalado por la extrema derecha. En Birmingham, en el centro del país, se escucharon cánticos de “fascistas roñosos fuera”. En Brighton, en el sur, los manifestantes antiinmigración se juntaron para defender las oficinas de los abogados migratorios.

Mientras tanto, en el barrio de Walthamstow, en el noreste de Londres, una multitud de vecinos acudió al edificio de ladrillo rojo donde está en centro de inmigrantes para protegerlo de los ultraderechistas. Los centenares de personas se convirtieron en miles en pocos minutos. Alzaban pancartas antirracistas, antifascistas y a favor de la inmigración y de los refugiados. Muchas personas ondeaban banderas palestinas. Había mucha gente joven, negros y muchos residentes ingleses solidarios. Walthamstow es un barrio obrero con mucha inmigración de todas partes y, sobre todo, es un barrio con una larga tradición de defensa de derechos básicos.

“No creo que sean tan tontos de aparecer”, decía un vecino unos minutos antes de la hora de la convocatoria de la extrema derecha. “Londres es multicultural, no tiene sentido que vengan aquí”, decía otro. “El gobierno ha recortado ayudas sociales en los últimos años, pero esto no es culpa de los inmigrantes”, manifestaba una muchacha con una pancarta que proclamaba “no hay espacio para el racismo”. Más tarde empezaban a darse cuenta de que la extrema derecha no se presentaría y que lo mismo estaba sucediendo en el resto del país. Más de seis mil antidisturbios estaba preparados para lo peor. La extrema derecha canceló las protestas.

No sabemos todavía si la jornada del miércoles supuso el fin de los disturbios o si solo es una tregua y se reanudarán hoy. Y no sabemos si lo que frenó a la ultraderecha fueron las manifestaciones contra el racismo de anoche o las durísimas medidas legales adoptadas por el gobierno de Keir Starmer en los últimos días. Desde que puso en funcionamiento los juicios exprés para meter en la cárcel rápidamente a los acusados y desde que empezaron a procesar a los ciudadanos que incitaban al odio en las plataformas sociales. Republicar un mensaje racista o xenófobo en X se había convertido en delito.

Ayer mismo entraron en prisión los tres primeros detenidos por participar en los disturbios condenados por desorden violento y por quemar un coche de policía y agredir a un agente. Fueron sentenciados uno a tres años, otro a dos años y medio y otro a un año y medio. Los tres había participado en el ataque de la mezquita de Southport después de la vigilia por las niñas muertas. Sus fotos era emitida en todas las televisiones británicas todo el día como si se tratara de terroristas. El mensaje era claro. Les decían a los potenciales alborotadores que esto era lo que les pasaría si persistían en sus violentos impulsos.

Durante toda la jornada de ayer la BBC, SkyNews y el resto de canales nacionales emitían una y otra vez mensajes del primer ministro, de la Fiscalía y de los altos cargos policiales advirtiendo de que todos aquellos que provocaran disturbios pagarían por ello. El fiscal general del Estado, Stephen Parkinson, advirtió que los delitos de desorden violento acarrean cinco años de cárcel y los de provocación de graves disturbios. Declaró también que estaban dispuestos a estudiar los delitos de terrorismo.

En total, ya hay 428 detenidos, de los cuales 120 han sido acusados formalmente ante un juez en los dos días de juicios exprés. Este tipo de juicios ya fueron implementados por Starmer cuando fue el fiscal general del Estado para acabar con los disturbios de 2011. La pregunta ahora es si se han acabado los disturbios. Y cuál es el daño a la convivencia en las comunidades. Ayer se unieron para frenar la ultraderecha.