Guerra de Ucrania

La tecnología de Palantir, la clave en la lucha en Ucrania: ¿quién es el CEO Alexander Karp?

El cofundador de Palantir, la tecnológica que facilitó la captura de Osama Bin Laden, es un aliado clave de Zelenski en la defensa de Kyiv

El CEO de Palantir, Alex Karp
El CEO de Palantir, Alex Karp, interviene en las jornadas de de la Feria Internacional de Seguridad y Defensa de España (FEIDEF)INDIE COMMUNICATIONS, S.L.INDIE COMMUNICATIONS, S.L.

Esquía cinco horas diarias. Participa con regularidad en el Foro de Davos. Dirige un transatlántico, Palantir Techologies, una compañía privada de software y servicios especializada en análisis de macrodatos. Alexander Caedmon Karp es el hombre del momento. Le conocen como el nuevo Steve Jobs, o como el Elon Musk de la Inteligencia Artificial (IA). Otros le comparan fatalmente con J. Robert Oppenheimer, el padre de la bomba atómica, por la peligrosidad potencial de la herramienta con la que trabaja.

Es un gurú que asesora a servicios de inteligencia, Gobiernos y otras agencias públicas. En febrero, reconoció que trabajaba con Ucrania. De hecho, Karp fue el primero en presentarse en Kyiv para reunirse con el presidente Volodimir Zelenski, poco después de que diera comienzo la invasión rusa. El magnate destaca del líder ucraniano su altura moral, lo que le ha llevado a abrir en el país una oficina de Palantir. El viceprimer ministro ucraniano, Mijail Fedorov, reveló precisamente en Davos que la tecnología de Karp permite a sus tropas seguir en tiempo real la evolución de la guerra.

El CEO de Palantir rechazó ocupar un lugar destacado en el cartel de ponentes de la Feria Internacional de Seguridad y Defensa de España (FEIDEF), que se celebra esta semana en IFEMA. En su lugar, pidió una intervención de perfil bajo, poder ser entrevistado, explicarse a tumba abierta, como acostumbra. Así habló del papel de la IA en el campo de batalla. No eludió ninguna pregunta. Contestó a casi todo, aunque a su manera, cambiando de tema aleatoriamente y distrayéndose con quienes revoloteaban alrededor de la pequeña sala de conferencias.

Karp demostró estar tocado por la excentricidad que persigue al genio. Habla y le escuchan. “Soy muy popular en lugares donde ni siquiera lo hubiera imaginado”, dice, casi sorprendido. Es una estrella del rock, y lo sabe. Por eso actúa como tal, y habla: “El poder de los sistemas avanzados de guerra algorítmica es ahora tan grande que equivale a disponer de armas nucleares tácticas frente a un adversario con sólo las convencionales. El público en general tiende a subestimar esto. Nuestros adversarios ya no lo hacen”.

Palantir, cofundada por Karp en 2003 de la mano del popular inversor tecnológico Peter Thiel, quien fuera uno de los grandes apoyos del expresidente Donald Trump en Sillicon Valley, está especializada en el análisis de datos. Produce software de almacenamiento que después vende a entidades estatales. Tiene pocos clientes, pero son de peso. Dio sus primeros pasos en colaboración con la CIA, la agencia para la que facilitó la captura de Osama Bin Laden en su refugio pakistaní. Hace apenas unos meses, firmó un acuerdo con el Ministerio de Defensa de Reino Unido por valor de 91 millones de euros. También trabaja en España.

El CEO de Palantir, Alex Karp
El CEO de Palantir, Alex KarpINDIE COMMUNICATIONS, S.L.INDIE COMMUNICATIONS, S.L.

La compañía lleva décadas en el mercado, no sin controversia, pero ha saltado a la primera línea por su papel destacado en la guerra de Ucrania. En palabras del propio Karp, Palantir es “responsable de la mayor parte de los objetivos en Ucrania”. La empresa controla las operaciones de inteligencia vía software, a la postre, el factor que desnivela la balanza en la línea del frente. La tecnología de Palantir localiza a las tropas enemigas, alerta a los drones y ofrece estrategias de ataque. Es decir, automatiza la guerra.

“Cuanto más peligroso sea el mundo, más valdrá la ingeniería de software”, insiste Karp, siempre obsesionado por la rentabilidad económica, por los números. Hoy, Palantir tiene un valor estimado de 21.000 millones de euros. Pero tiene líneas rojas, y también tiene claro para quién trabaja: “Estamos por la victoria de Occidente, por una Defensa reforzada y por el uso de la fuerza en un contexto de guerra”. El magnate se muestra especialmente crítico con Rusia y China, a quienes considera las principales amenazas para su país, que presentan modelos de sociedad alternativos.

“Los beneficios a largo plazo del apoyo a la OTAN, Estados Unidos y Occidente en general son cruciales”, explica una y otra vez Karp, quien no duda en criticar el renacido movimiento pacifista. “Aproximadamente el 30% de las sociedades occidentales cree que la ausencia de armas traerá la paz, pero este es un pensamiento irreal e ilógico. La fuerza militar está detrás del mantenimiento de la paz”, subraya. Aun así, reconoce los problemas éticos que plantea el uso de IA sobre el terreno: “Si utilizas un algoritmo para generar una decisión militar y sale mal, ¿quién es el responsable?”.

Precisamente por este tipo de implicaciones, Palantir, y en concreto la figura de Karp, generan un fuerte rechazo social, sobre todo en Estados Unidos. Su personalidad, estrafalaria y desafiante, resulta en ocasiones cáustica. El producto que desarrolla, que él mismo describe como “potencialmente peligroso” por su nivel de vigilancia, preocupa en muchos sectores de la sociedad. Sin embargo, Karp se toma las críticas a la ligera, y se permite incluso bromear: “A las visitas les digo que no traigan comida a casa, que ya nos la tiran a la ventana”.