Contra la inflación

Biden interrumpe sus vacaciones para firmar su ley económica estrella

El presidente de EE UU confía en que este éxito aumente su popularidad de cara a las elecciones legislativas de noviembre

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, estampa su firma en la Ley de Reducción de la Inflación
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, estampa su firma en la Ley de Reducción de la InflaciónSusan WalshAgencia AP

Por segundo mes de agosto consecutivo, el presidente Joe Biden se veía obligado a interrumpir sus vacaciones. El verano pasado fue la estrepitosa retirada de las tropas estadounidenses en Afganistán las que pusieron fin a su breve descanso, pero al menos este año ha sido por una buena causa. La firma de uno de sus proyectos estrella de su Administración antes de su inmediata puesta en marcha: la “Ley de la Reducción de la Inflación”.

Los Biden volvían a la residencia presidencial en Washington por separado, procedentes de la isla Kiawah, situada en Carolina del Sur, con la primera dama Jill Biden positiva por covid en el último momento. Con todas las medidas necesarias para efectuar con seguridad la firma, Biden completaba ya desde la Casa Blanca el último paso -la firma del presidente estadounidense- antes de que entre en vigor uno de los que, se augura, será de los mayores éxitos de su mandato.

La conocida como Ley climática, sanitaria y fiscal destinará 430.000 millones de dólares por primera vez a pioneras medidas en todas esas materias, suponiendo el mayor avance de la historia reciente para Estados Unidos. “Con la promulgación de la Ley de Reducción de la Inflación, hacemos historia”, adelantaba el presidente Joe Biden antes de la firma.

Definida como “histórica” y transformadora” por la directora de medios hispanos de la Casa Blanca en entrevista para LA RAZÓN, Luisana Pérez valora la Ley de Reducción de la Inflación como una “ayuda para bajar los gastos de las familias”, cuyos cambios la sociedad estadounidense tendrá la oportunidad de “empezar a ver inmediatamente”, según añadió la portavoz de Biden.

Además de poner en marcha importantes avances para el cambio climático, la sanidad y las reformas fiscales en beneficio de la clase media estadounidense, con esta nueva norma el presidente también consigue cumplir con una de sus promesas electorales, que definió gran parte de su carrera hacia la Casa Blanca. “Durante décadas, los intereses especiales se han interpuesto en el camino del progreso de las familias estadounidenses. Eso termina con la “Ley de Reducción de la Inflación”, escribió el presidente de Estados Unidos en sus sus redes sociales en una serie de mensajes previos a la ratificación.

“La Ley es histórica en materia ambiental, nunca se han hecho cambios tan transformadores en materia climática” en Estados Unidos, enfatiza la portavoz de la Casa Blanca. Por otro lado, en materia sanitaria, la medida beneficiará especialmente a quien dependa de una prescripción médica. “Bajo la Ley de Reducción de la Inflación, los estadounidenses con Medicare, sin importar cuántas recetas tengan, no pagarán más de 2.000 dólares al año por sus medicamentos”, adelantó Biden, añadiendo que la norma hará “una gran diferencias para las familias” en ese sentido. Y, sobre todo, para los mayores de 65 años.

“El Congreso de Estados Unidos ha aprobado estos proyectos de ley bajo el liderazgo del presidente Biden”, quiso resaltar la directa de medios de la residencia presidencial. Y, con ellos, “la idea es la creación de empleos, la reducción de los costos para las familias y seguir con el progreso económico” como prioridad de esta Administración. Para ello, la Casa Blanca recuerda que “los últimos dos meses la gasolina ha bajado y es parte de todos esos progresos y prioridades que el presidente tiene en materia económica”.

Como efecto rebote para Biden, si disminuye la inflación también aumentará con toda probabilidad la popularidad del presidente estadounidenses. En un momento, además, clave. A falta de menos de tres meses para las decisivas elecciones legislativas de mitad de mandato. Demócratas y republicanos se juegan el control de ambas Cámaras del Congreso y, según todas las encuestas, la batalla augura ser muy ajustada.