Ecuador acude a las urnas roto por la violencia

Ecuador finalmente llega a la elección presidencial después de una de las campañas electorales más violentas de su historia. Dos candidatos se disputan el desempate: la correísta Luisa González y el empresario Daniel Noboa. El ganador tendrá un gobierno recortado, solo hasta mayo de 2025, pues completará el mandato del actual presidente Guillermo Lasso.

Lasso convocó a elecciones adelantadas en mayo pasado cuando decretó la «muerte cruzada» como hecho inédito en este país: la disolución del Congreso que quería destituirlo y la convocatoria a unas nuevas votaciones para el legislativo y el ejecutivo. En estos meses de campaña y de primera vuelta electoral ocurrida el 20 de agosto pasado, Ecuador ha mostrado la cara más violenta de su historia, con múltiples atentados a políticos, un candidato presidencial, Fernando Villavicencio, asesinado a tiros y carteles de la droga imponiéndose en zonas del país.

Entre 2020 y 2022, la tasa de asesinatos del país aumentó un 245%, y en 2023 hubo más atentados políticos, como los asesinatos de dos candidatos a las elecciones locales de febrero pasado, el del alcalde de Manta -una zona con gran presencia de grupos de narcotráfico- y el de un concejal en Durán, también en la costa del Pacífico, por donde se han detectado rutas para la extracción de estupefacientes. A finales de agosto, explotó un coche bomba en la capital, Quito.

En agosto, el presidente de Colombia Gustavo Petro mencionó que existe una franja de diez kilómetros en la frontera entre ambos países, aunque del lado colombiano, donde se ha instalado un enorme centro de producción de cocaína, que saldría por los puertos de Ecuador principalmente a Europa.

Quien gane la elección presidencial recibirá un país con esa historia reciente, y una epidemia de violencia que ha duplicado cada año los números de asesinatos desde 2020. En 2023 se podrían superar antes de cerrar el año los 4.824 homicidios del año anterior. La tasa de muertes violentas en el país ha avanzado en menos de una década de apenas 5 por cada 100.000 habitantes a 40 por cada 100.000. De poco han servido los 10 estados de excepción decretados por Guillermo Lasso desde 2021.

Muchas de esas muertes ocurren en las provincias costeras Guayas, Esmeraldas, El Oro y Manabí, donde la laxitud en la seguridad de los puertos ha permitido al narcotráfico implementar rutas para la exportación de cocaína hacia Estados Unidos. Además, en Guayaquil, la ciudad más poblada del país, se han registrado motines en las cárceles donde pandilleros del narco han logrado crear centros de operaciones aun tras las rejas.

Los 13 millones de ecuatorianos habilitados para votar llegan con dos opciones. Los sondeos de Comunicaliza, Telcodata y Negocio & Estrategia dan ganador a Noboa, pero con márgenes pequeños que van entre algunas décimas hasta los cuatro puntos de diferencia, casi siempre dentro del margen de error. En todos los casos, el porcentaje de indecisos supera el 10% y alcanza los 15 puntos.Un escenario electoral inédito por todos sus ángulos, excepto en uno: el enfrentamiento entre el correísmo y el anticorreísmo. La herencia de división que dejó Rafael Correa, presidente de Ecuador entre 2007 y 2017.

En 2021 el correísmo se impuso en la primera vuelta, como pasó ahora también. Pero la unificación de fuerzas para evitar su regreso al poder hicieron ganador a Lasso.