El Salvador
Quién es Nayib Bukele: el pólemico ganador de las elecciones de El Salvador
El joven presidente salvadoreño es uno de los líderes más populares y polémicos del mundo
Tal y como venían anunciando todas las encuestas, todos los sondeos de boca de urna y todos los analistas políticos, Nayib Bukele, el joven empresario y político, se autoproclamó victorioso en las elecciones de este domingo 4 de febrero en El Salvador. Su carisma y, sobre todo, sus logros al frente del Gobierno del pequeño país centroamericano en su lucha contra la violencia de las pandillas, han hecho que Bukele se convierta en uno de los líderes más populares de la región y del mundo (por no decir "el más popular").
Sin embargo, algo tan constante como su gran popularidad son las controversias que siempre han acompañado a su gobierno. La última y -sin duda- una de las más importantes ha sido su polémica reelección como presidente, algo explícitamente prohibido en al menos cinco puntos de la Constitución de 1993. Aun así, el 30 de noviembre de 2023, el Parlamento -donde sus aliados tienen mayoría- le permitió dejar la jefatura del Estado durante 6 meses para poder ser reelegido, tal como había indicado la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador; una institución que controla desde el 1 de mayo de 2021, cuando se aprobó una moción en el mismo Parlamento para destituir a 10 jueces del tribunal que habían sido un estorbo para sus esfuerzos para combatir la delincuencia.
¿Quién es Nayib Bukele?
Nayib Bukele, actual presidente de El Salvador, proviene de una destacada familia de origen palestino que, a lo largo de los años, ha logrado acumular una considerable fortuna en su país adoptivo. Son ampliamente reconocidos por su contribución a la construcción de una de las primeras mezquitas en la región. En consonancia con la tradición familiar, el presidente Bukele también practica la fe islámica. De hecho, uno de sus hermanos ha seguido el camino religioso hasta convertirse en imán.
En términos de orientación ideológica, es indiscutible que la familia Bukele siempre ha mostrado una inclinación hacia el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), un grupo guerrillero de clara tendencia socialista. Bukele, en su juventud, se ofreció como publicista para este grupo cuando se transformó en un partido político. Posteriormente, se presentó como candidato para la alcaldía de Nuevo Cuscatlán, un cargo que ganó en 2012 y mantuvo hasta 2015.
Impulsado por su carisma, el FMLN presentó a Bukele como candidato para recuperar la alcaldía de San Salvador, que entonces estaba en manos de la derecha. Logró este objetivo en 2015. Sin embargo, en 2017, debido a desacuerdos con la cúpula del partido, Bukele provocó su propia expulsión. Tenía la intención de dar un giro centrista a su política para obtener más apoyo y tener la oportunidad de aspirar a la presidencia.
Después de su salida del FMLN, Bukele fundó el movimiento de centro Nuevas Ideas. Sin embargo, este grupo no pudo participar en las elecciones de 2019 debido a que no se registró a tiempo como partido político. Esta circunstancia obligó a Bukele a buscar una alternativa de emergencia. En este contexto, se inscribió como candidato de GANA, un partido de derecha y de oposición al FMLN, a escasos minutos de que venciera el plazo.
En 2019, Bukele hizo historia al convertirse en el presidente más joven de El Salvador. Asumió el cargo con una promesa de cambio y una postura de lucha contra la corrupción. Esto representó un desafío para el 'establishment' que había gobernado el país durante casi tres décadas, alternando entre el partido conservador ARENA y el FMLN de izquierda. Ambos partidos tuvieron presidentes que saquearon las arcas del país y dejaron solos a los ciudadanos frente a una terrible situación económica y aún más terrible situación de seguridad; mientras las pandillas extorsionaban y asesinaban con impunidad.
El primer mandato de Nayib Bukele comenzó el 1 de junio de 2019 y desde aquel momento, El Salvador ha comenzado su revancha contra las pandillas que asolaban al país. Como resultado de sus políticas, los datos oficiales muestran un drástico descenso en la tasa de homicidios, que pasó de 106,3 por cada 100.000 habitantes en 2015, a 2,4 el año pasado. Estas cifras explican, en gran medida, la popularidad del joven presidente salvadoreño.
Estos impresionantes resultados en términos de seguridad se han conseguido a través de medidas excepcionales, como la creación del Centro de Confinamiento del Terrorismo, una megacárcel con capacidad para 40.000 pandilleros. Políticas que, sin embargo, han suscitado preocupaciones sobre el respeto a los derechos humanos y la calidad democrática del país. Organizaciones como Human Rights Watch han denunciado abusos y detenciones arbitrarias.
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