Opinión

La soledad de Guaidó

Unos pocos opositores parecen haber olvidado lo que sacrificó Guaidó

Juan Guaido
Juan Guaidó, en una imagen de archivoLEONARDO FERNANDEZ VILORIAREUTERS

Solo y con una mochila a cuestas. Así se fue Juan Guaidó de Venezuela; esquivando un aparato judicial injusto que, al parecer, lo metería preso. Su ingreso a Colombia y posteriormente a Estados Unidos es probablemente el punto final de un experimento político que fracasó rotundamente. Esto sería importante aclararlo: lo que ha fracasado fue la estrategia, no necesariamente la figura política. Sin embargo, como es lógico, quien recibe la crítica más dura ha sido la pieza clave de un rompecabezas que nunca terminó de encajar.

Vale destacar que la mayoría de las fuerzas que se oponen a Nicolás Maduro han sido respetuosos con la decisión del expresidente interino de Venezuela. Unos pocos, sin embargo, parecen haber olvidado lo que ha sacrificado Guaidó, quien empujado por factores de poder muchos más relevantes en su momento, lo colocaron como pieza principalísima de una estrategia que buscaba desplazar a Maduro, a sus acólitos y a todo el aparataje cleptocrático.

Los errores de la oposición podrían enumerarse de manera sencilla. Sin embargo, resulta un despropósito acusar de «acomodaticios» o «egoístas» a líderes como Guaidó, Henrique Capriles y María Corina Machado. Los tres, con sus grandes diferencias, han sacrificado mucho en lo personal y han intentado, sí con errores y desaciertos, construir opciones que permitan el cambio democrático; eso es indudable.

En ese marco, la salida abrupta de Guaidó de Venezuela debe servir para llamar la atención de los que siguen dentro del país haciendo política. La solidaridad y la empatía dentro del grupo opositor resulta fundamental para cimentar los acuerdos que necesariamente tendrían que venir en caso de que se logre el cambio que la mayoría de venezolanos espera.