Argentina elige a sus candidatos a la Casa Rosada

Este domingo, Argentina vive el primer paso de la carrera las elecciones presidenciales, con la realización de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Se trata de unos comicios donde participa todo el electorado en una cita que sirve para filtrar candidaturas de partidos y alianzas.

De esta forma, los candidatos que salgan favorecidos en las PASO son los que se presentarán en las elecciones del 22 de octubre, donde se elegirá al sucesor de Alberto Fernández en la presidencia de Argentina hasta 2027.

También se juegan sus candidaturas quienes aspiran al Legislativo, donde serán renovados 130 escaños de diputados de todo el país y 24 de senadores de ocho provincias. Y en ciudades como Buenos Aires o las provincias capitalina, Catamarca, Entre Ríos y Santa Cruz se escogen gobernadores.

Para la carrera presidencial, las PASO sirven como termómetro, una suerte de encuesta que augura resultados de cómo quedaría la disputa final. Ayer, se presentaban 26 precandidatos de 15 grupos políticos, alianzas y partidos. De allí que en el conjunto del oficialismo haya varios aspirantes, como también entre los grupos opositores. La realidad política finalmente da preminencia a dos bloques.

El kirchnerismo ha optado por presentar a Sergio Massa, ministro de Economía, junto a Agustín Rossi, jefe de Gabinete del Gobierno; frente a Juan Grabois y a Paula Abal Medina. Allí se definirá quién enarbolará la bandera de la izquierda y hasta del peronismo bajo la candidatura de la alianza Unión por la Patria, la reconfiguración del ahora desaparecido Frente de Todos.

Massa ha tenido aspiraciones presidenciales desde hace casi una década. Se presentó como precandidato en 2015 con su propio partido, pero no tuvo éxito. En 2022, asumió la cartera de Economía de un atribulado Gobierno de Fernández que ya entonces había roto relaciones con su propia vicepresidenta y expresidenta Cristina Kirchner, la «gran electora» de la izquierda argentina.

De hecho, el primero apoyaba al embajador en Brasil, Daniel Scioli, y la segunda al ministro de Interior, Eduardo «Wado» de Pedro. Pero Massa pudo más y logró que Unión por la Patria decidiera ponerlo a encabezar una «lista de unidad» en las PASO.

Durante las últimas semanas, Massa ha tenido que cabalgar su candidatura casi en solitario. Kirchner no se ha retratado con él y ni siquiera estará en Buenos Aires acompañándolo hoy. Y Alberto Fernández le ha expresado su apoyo en redes sociales, pero no lo ha acompañado en ninguna actividad. El actual presidente vive épocas bajas de popularidad.

Las propuestas de Massa, que se alejó del kirchnerismo y se enfrentó a Cristina en 2017 para luego volver, se basan en intentar enderezar la turbulenta economía argentina a través del «equilibrio fiscal, el superávit comercial e instrumentos del Estado para el desarrollo con inclusión».

Del otro lado, concurre Juntos por el Cambio, la coalición que llevó a Mauricio Macri al poder en 2015 y no pudo darle la reelección. Ahora tiene tres precandidatos en la puja, aunque las preferencias se decantan por dos de ellos: la exministra de Seguridad Patricia Bullrich y el alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. Ambos aparecen igualados en preferencias y no hay pronóstico claro.

La primera no ha presentado un programa de gobierno específico, pero sí ha dicho que respaldaría una «bimonetarización» de la economía, dejando libre la circulación del dólar, dando autonomía al Banco Central, unificando el tipo de cambio e impulsando una reforma laboral. Además dijo que implementará un paquete de medidas para reducir el gasto y bajar la inflación, que alcanzó 114% interanual en junio.

Bullrich cree que los planes sociales deben transformarse en seguros de desempleo con plazos específicos y obligatoriedad de capacitación para avanzar hacia un sistema donde nadie dependa del dinero del Estado para vivir.

Horacio Rodríguez Larreta ha basado su precampaña en combatir «los absurdos kirchneristas» y potenciar la inversión privada en Argentina. «Nuestro cambio se basa en tres pilares: la educación, el trabajo y la seguridad», aseguró en un acto en la capital.

Allí propuso «modernizar el sistema laboral», facilitar la creación de micro y pequeñas empresas, y establecer requisitos para acceso a subsidios sociales.

Hoy también se medirán los diputados de la izquierda más radical, Myriam Bregman y Nicolás Del Caño, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad (FIT-U), y el liberal Javier Milei, el «outsider» que ha venido creciendo en la política del país desde hace un lustro como un abanderado antisistema, «el Trump argentino».

Reivindicando el eslogan «que se vayan todos», el candidato promete «sacar a la maldita casta política». En su discurso suele adentrarse en temas macroeconómicos, pero recientemente ha optado por un mensaje más sencillo: destruir a las élites partidistas tradicionales, dolarizar la economía, eliminar el Banco Central, permitir llevar armas de fuego y abrir todos los mercados.

En las encuestas de intención de voto, la alianza libertaria aparece logrando un 20% de las preferencias electorales para las PASO. Se calcula que Milei necesita más del 23% para aspirar a tener una oportunidad electoral más robusta en las presidenciales de octubre.