
Defensa
La armada mas poderosa del mundo vislumbra el futuro: nada estará tripulado
Oficiales de la Armada de Estados Unidos han confirmado un cambio de estrategia, priorizando el desarrollo de buques de superficie completamente no tripulados frente a los opcionalmente tripulados, por su complejidad y coste

La Armada de Estados Unidos ha decidido modificar su estrategia para la guerra naval del futuro, rebajando la prioridad a los vehículos de superficie opcionalmente tripulados. Esta decisión marca un punto de inflexión en el despliegue de su fuerza marítima.
Asimismo, la Armada prefiere mantener a los marineros fuera de la próxima generación de buques no tripulados. El objetivo es reducir notablemente los requisitos operativos, los costes y la complejidad que implica la presencia humana a bordo.
En este sentido, este giro conceptual se perfila como el pilar de una nueva era naval en la proyección del poder militar. La autonomía se consolida como la divisa clave para la operatividad de sus flotas.
La estrategia modular para el futuro combate
Por otra parte, los pasos para materializar este cambio ya se han iniciado. En julio, el Pentágono publicó un aviso de pre-solicitud para la Embarcación de Superficie de Ataque Modular (MASC), que servirá de estandarte para esta transformación, según apuntan desde News. Este buque deberá transportar hasta dos contenedores de 12.19 metros, alcanzar 46.3 kilómetros por hora y tener una autonomía de 4,630 kilómetros en estado de mar cuatro. La Armada ya había consolidado sus requisitos para buques no tripulados medianos y grandes en un único concepto de tamaño. Además, opera con una estrategia de "dos vías": vehículos pequeños a corto plazo y plataformas mayores, como el MASC, para depósitos o sensores externos a largo plazo.
A su vez, esta transformación se manifiesta en el despliegue operativo. El escuadrón de buques de superficie no tripulados 3, “Hell Hounds”, fue establecido el pasado año como la primera unidad con esta capacidad. La Armada planea desplegar un grupo de ataque de portaaviones con un buque no tripulado asignado el próximo año. A pesar de la desmilitarización de las cubiertas, esta apuesta por la autonomía exige una profunda especialización de personal, creando nuevas carreras: una calificación de robótica para alistados y una trayectoria profesional para oficiales de guerra de superficie centrada en sistemas no tripulados, similar a la de los oficiales nucleares.
En definitiva, la Armada de Estados Unidos está inmersa en una transformación de envergadura que busca redefinir el combate naval del siglo XXI. Si bien la presencia humana directa en los buques se reduce, se incrementa notablemente la necesidad de especialistas altamente cualificados en tierra, encargados de operar y mantener estos complejos sistemas autónomos. Esta nueva doctrina tiene implicaciones estratégicas importantes para la seguridad global y marcará el futuro de las armadas.
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