Guerras y conflictos
Asad y los rebeldes aceptan respetar el alto el fuego
Escepticismo entre la inteligencia occidental sobre la viabilidad de la paz. Damasco avisa de que proseguirán los ataques a los «terroristas»
Escepticismo entre la inteligencia occidental sobre la viabilidad de la paz. Damasco avisa de que proseguirán los ataques a los «terroristas»
El régimen sirio y el principal grupo de la oposición acordaron ayer sobre el papel respetar el alto el fuego propuesto por Estados Unidos y Rusia, que deberá entrar en vigor en la media noche del sábado. El Gobierno de Damasco lo anunció en un comunicado en el que acepta el «cese de las operaciones de combate» en su territorio. No obstante, la aprobación gubernamental es «sobre la base de la continuación de los esfuerzos militares de lucha antiterrorista contra el Estado Islámico, el Frente al Nusra y otras organizaciones terroristas vinculadas con Al Qaeda», matizó la nota publicada por la agencia de noticias Sana. «El Gobierno afirma su disposición a continuar su coordinación con la parte rusa para determinar las áreas y los grupos armados que estarán incluidos», continuó el comunicado. Además, el Ejecutivo de Bachar al Asad hizo hincapié en «la importancia de controlar las fronteras, detener el apoyo de algunos países a los grupos armados y prohibir que esas organizaciones fortalezcan sus capacidades o cambien sus posiciones, lo que puede llevar a socavar el acuerdo». Con ello se refería a los dos principales aliados regionales de la oposición siria, Turquía y Arabia Saudí, quienes han incrementado en las últimas semanas su ayuda militar a los rebeldes sirios después de que hayan perdido sus posiciones en el norte de la provincia de Alepo.
Por su parte, el Alto Comité de Negociaciones (HNC, por sus siglas en inglés), que acoge a las principales facciones de la oposición y rebeldes sirios, dijo estar «de acuerdo con una tregua temporal» siempre y cuando se cumplan sus principales demandas. Su aceptación de la tregua está condicionada a que el Gobierno sirio termine con el asedio a 18 zonas controladas por los rebeldes, libere a detenidos y detenga los bombardeos tanto aéreos como de artillería.
Las conversaciones de paz indirectas entre Damasco y el HNC fracasaron el pasado 3 de febrero por la amplia ofensiva del Ejército de Asad en el norte de Siria. La oposición puso como condición para retornar a la mesa de negociaciones que el régimen cumpla con la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU, que exige a las partes en conflicto levantar el bloqueo a las poblaciones asediadas para permitir la entrada de ayuda humanitaria.
Esta semana se ha llevado a cabo el reparto de ayuda humanitaria a las poblaciones más afectadas, bajo supervisión de la ONU y la Media Luna Roja siria. El enviado especial de Naciones Unidas a Siria, Staffan de Mistura, ha descrito el plan para el cese de hostilidades como alentador, pero reconoció que su aplicación sobre el terreno va a ser un reto. En el documento firmado el lunes por Moscú y Washington no se especifica dónde deberán parar los combates ni dónde deberán continuar las operaciones de lucha contra el terrorismo. Precisamente, la delgada línea con la que el régimen separa a los grupos «terroristas» de los «rebeldes» podría ser uno de los motivos por los que no llegara a respetarse el cese temporal de hostilidades por parte de Damasco y Rusia.
La inteligencia americana y europea desconfía de la viabilidad del alto el fuego. Desde que comenzó en septiembre la campaña de bombardeos rusos para apoyar al régimen sirio, los ataques aéreos no han hecho distinción entre grupos radicales y otras unidades rebeldes apoyadas por la CIA., calificándoles de terroristas. Mientras Moscú estaba negociando la posibilidad de un alto el fuego con Washington, los aviones rusos incrementaron sus ataques contra los rebeldes. En paralelo, en Damasco, la cuenta atrás ha empezado a correr para la celebración de elecciones legislativas, convocadas por el presidente sirio para el próximo 13 de abril.
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