Defensa

Así fue el ataque de Israel a Hamás en Qatar que dejó en evidencia a los EE. UU.

Un ataque israelí con misiles balísticos contra Hamás en Qatar ha cogido por sorpresa al ejército de Estados Unidos, desatando una notable crisis de confianza entre los dos históricos aliados al no haber recibido aviso previo alguno

Varios F-35 han intervenido en el espacio aéreo de Polonia tras la entrada de drones rusos en su territorio
Varios F-35 han intervenido en el espacio aéreo de Polonia tras la entrada de drones rusos en su territorioWikipedia

El choque de versiones entre Washington y Doha resume la tensión diplomática que provocó un ataque israelí en pleno corazón de Qatar. Mientras la Casa Blanca sostiene que el presidente Trump fue informado con antelación y que se avisó a las autoridades qataríes, desde el emirato la versión es radicalmente opuesta: aseguran que no tuvieron constancia alguna del suceso hasta que los misiles ya estaban en el aire. Esta divergencia ha generado, en palabras del teniente general Derek C. France, del Mando Central estadounidense, una tensión palpable entre ambos países.

De hecho, el principal motivo de la fricción fue que las propias fuerzas norteamericanas desplegadas en la región quedaron totalmente desprevenidas por la operación. Con la vigilancia militar centrada casi en exclusiva en monitorizar posibles amenazas procedentes de Irán, la incursión de su principal aliado en la zona pasó completamente desapercibida. Fueron sus propios sistemas de detección los que dieron la voz de alarma, pero lo hicieron cuando el ataque ya era un hecho consumado.

El objetivo de la maniobra era un complejo utilizado por Hamás en la capital qatarí. El bombardeo se saldó con la muerte de seis personas que participaban en una reunión de negociadores de la organización palestina, según ha desvelado el medio The War Zone. La precisión del ataque evidencia un trabajo de inteligencia previo de gran envergadura por parte de Israel.

Una operación de alta complejidad táctica

Asimismo, la ejecución del ataque fue una demostración de capacidad militar. La operación fue llevada a cabo por un escuadrón de quince cazas israelíes, que dispararon un total de diez municiones de precisión contra el objetivo designado en Doha. Este tipo de misiones de largo alcance son características de las capacidades de aeronaves de quinta generación, que son cada vez más demandadas por las potencias militares, como demuestra que el Reino Unido ha decidido la compra de nuevos F-35 para modernizar su flota.

En este sentido, la clave del éxito residió en una estudiada planificación. Las aeronaves lanzaron misiles balísticos desde el aire mientras sobrevolaban el Mar Rojo, una maniobra calculada para que la trayectoria de los proyectiles se aproximara al blanco desde una dirección inesperada, logrando así evitar las defensas antiaéreas qataríes. Esta táctica resalta la complejidad de la defensa aérea moderna, donde incluso los sistemas más avanzados pueden ser superados, generando un debate sobre si el Pentágono tiene suficientes misiles Patriot para hacer frente a todas las amenazas.

A pesar del incidente y de la polémica diplomática generada, el teniente general France se ha mostrado confiado en que el episodio no comprometerá el futuro acceso a las bases que Estados Unidos mantiene en territorio qatarí. Dichas instalaciones son de una importancia estratégica vital para sus operaciones en Oriente Medio.