
Terremoto en Rusia
Así funciona el sistema de alerta temprana de terremotos
El sistema implantado por Google ha logrado enviar 790 millones de avisos desde 2021 y detectar 18.000 seísmos. Su objetivo es evitar que se repita la tragedia de 2004

Cuando a las 11:25 de la mañana de ayer la tierra tembló, con una fuerza inusitada, en la remota región de Kamchatka, los sismólogos, y con ellos el planeta entero, recordaron con pavor lo ocurrido hace ahora 21 años en el Océano Índico. Un terremoto ligeramente más intenso que el registrado en Rusia generó un tsunami que se llevó por delante la vida de cerca de 250.000 personas. Pero esta vez se jugaba con ventaja gracias a un sistema de alerta temprana del que no se disponía hace dos décadas.
Todo comenzó en abril de 2021, cuando el gigante de internet, Google, comenzó a implementar alertas generadas por detecciones de Android. El ensayo inaugural fue en Nueva Zelanda y Grecia. A finales de 2023, el sistema estaba activo en 98 países. Desde entonces el sistema ha detectado más de 18.000 terremotos: algunos apenas temblores, de magnitud 1,9, mientras que otros eran gigantes geológicos de magnitud 7,8.
Para los eventos lo suficientemente significativos como para alertar a la población, se emitieron alertas para más de 2.000 terremotos, lo que culminó con el envío de 790 millones de alertas a teléfonos en todo el mundo gracias a los 2.500 millones de personas con acceso a esta tecnología, casi un tercio del planeta. Pero no es tan sencillo.
Uno de los aspectos más complejos de un sistema de alerta temprana de terremotos (EEW por sus siglas en inglés) es estimar la magnitud de un terremoto en tiempo real. Esto determina no solo su intensidad, también la distancia que recorrerá y a quién se debe alertar. Acertar con esto es crucial: si se subestima, se podría no advertir a las personas en peligro; si se sobreestima, se corre el riesgo de enviar falsas alarmas que minen la confianza pública.
Así, el desafío radica en el equilibrio entre velocidad y precisión. Los primeros segundos de un terremoto proporcionan datos limitados, pero cada segundo que se espera para emitir una alerta es un segundo menos de advertencia para quienes se encuentran en su camino.
El acelerómetro de un teléfono Android, el sensor que gira la pantalla cuando lo giramos en horizontal para ver una película, también puede detectar el temblor del suelo durante un terremoto. Si un teléfono detecta la onda P inicial (el mensajero inicial del terremoto, más rápido y algo más leve), envía una señal a nuestro servidor de detección de terremotos, junto con la ubicación aproximada del temblor.
Luego el sistema analiza rápidamente los datos de varios teléfonos para confirmar que se ha producido el movimiento geológico y estimar su ubicación y magnitud. El objetivo es advertir al mayor número posible de personas antes de que la onda S, más lenta y dañina, los alcance. Para recibir alertas, los usuarios deben tener conexión Wi-Fi o datos móviles, y tener activadas las Alertas de Terremoto de Android (AEA por sus siglas en inglés) y la configuración de ubicación (todo esto se puede configurar en Ajustes de nuestro teléfono). Las alertas se envían según la ubicación aproximada del dispositivo, lo que preserva la privacidad. Si no desean recibir estos avisos, se pueden desactivar las Alertas de Terremoto en la configuración del dispositivo.
La pregunta lógica es si sirve para algo. «Durante un terremoto de magnitud 6,7 en Filipinas en noviembre de 2023, nuestro sistema emitió la primera alerta tan solo 18,3 segundos después del inicio del seísmo – explica la compañía-. Las personas más cercanas al epicentro, que experimentaron la sacudida más intensa, recibieron hasta 15 segundos de aviso. Las personas más alejadas, que aún sintieron una sacudida moderada, recibieron hasta un minuto de aviso. En total, se alertó a casi 2,5 millones de personas». En el terremoto de magnitud 6,2 en Turquía ocurrido en abril de 2025, la primera alerta se emitió 8 segundos después del inicio del temblor. Las personas que experimentaron sacudidas moderadas o fuertes tuvieron un tiempo de aviso de entre unos pocos y 20 segundos.
Puede parecer poco, pero la realidad es que, en grandes urbes, resulta un tiempo suficiente para salir de un ascensor, bajarse de una escalera o alejarse de objetos peligrosos y buscar refugio.
Si bien el sistema depende de la red telefónica, casi todo el planeta está conectado y no es necesario recurrir a redes específicas o costosos sistemas de sismografía: bastan los móviles. «Las Alertas de Terremoto de Android (AEA) muestran que los teléfonos inteligentes pueden usarse para emitir alertas a gran escala con una eficacia comparable a la de los sistemas nacionales establecidos – explica Richard Allen, del laboratorio de Sismología de la Universidad de Berkeley -. Los grandes terremotos siguen siendo los más desafiantes para todos los sistemas de alerta temprana, y la implementación global de la AEA respalda los esfuerzos para mejorar la detección mediante la recopilación rápida y a gran escala de datos y su retroalimentación a algoritmos».
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