
Vacunas
Así vive Florida la eliminación de la vacunación obligatoria que no convence ni a Trump: "Una auténtica barbaridad"
La decisión del estado, defendida en nombre de la libertad individual, ha encendido las alarmas de epidemiólogos y organizaciones médicas debido a sus riesgos

Florida ya se ha convertido en el primer estado de EE UU en suprimir la obligación de vacunarse, instaurada desde mediados del siglo XIX para garantizar la inmunidad colectiva en centros educativos. La medida, avalada por Joseph Ladapo, máximo responsable de la sanidad del estado, se ha justificado apelando a la libertad individual y comparando, de forma polémica, la imposición de vacunas con prácticas de esclavitud. La decisión ha generado un intenso debate nacional sobre los límites entre derechos individuales y salud comunitaria.
El anuncio ha coincidido con el despliegue político del movimiento MAHA (Make America Healthy Again), liderado por Robert F. Kennedy Jr., actual secretario de Salud de EE UU e histórico crítico del sistema sanitario. Inspirado en la retórica trumpista MAGA (Make America Great Again), Kennedy ha defendido que la expansión de enfermedades crónicas en EE UU se debe tanto a la industria farmacéutica como a agencias sanitarias, promoviendo alternativas sin validación científica, desde el consumo de leche cruda hasta dietas contra el autismo. Sus planteamientos han sido rechazados por la comunidad médica, que acusa al movimiento de alimentar bulos y teorías conspirativas.
El impacto de esta política trasciende el ámbito local. Amnistía Internacional y otras organizaciones de derechos humanos han denunciado que la junta antivacunas maneja un discurso simplista y peligroso, que erosiona la confianza de la ciudadanía en la ciencia. En un país donde las enfermedades crónicas y la obesidad ya suponen enormes desafíos sanitarios, expertos reclaman reforzar programas basados en evidencias, en lugar de medidas ideológicas que comprometen a millones de personas.
Una medida con consecuencias sanitarias y sociales
Expertos en vacunología y pediatría han advertido que la retirada de la obligación podrá tener efectos directos sobre la salud de los más vulnerables. Francisco Álvarez, de la Asociación Española de Pediatría, ha calificado en declaraciones a RTVE de “barbaridad” la pretensión de asociar la vacunación a la pérdida de libertad, subrayando que el verdadero sentido de la norma es proteger a niños inmunodeprimidos y evitar brotes en entornos escolares. Jaime Jesús Pérez, presidente de la Asociación Española de Vacunología, ha recordado en el mismo medio que la obligatoriedad siempre se ha vinculado a la escolarización y no a la ciudadanía, como forma de preservar la seguridad colectiva.
La American Medical Association incide que el paso dado por Florida “socava décadas de progreso en salud pública” y multiplica el riesgo de brotes de enfermedades prevenibles como polio, sarampión, tos ferina o varicela. La supresión de la obligatoriedad en Florida se entiende, para los organismos internacionales, como un paso atrás frente a más de 150 años de avances en la lucha contra epidemias. En palabras de Pérez: “Cuando disponemos de una herramienta sólida y segura, ¿qué sentido tiene renunciar a ella?”.
En contraste, España se mantiene como un referente mundial en materia de inmunización. Con coberturas vacunales superiores al 95% en la mayoría de grupos de edad sin necesidad de obligatoriedad, especialistas destacan la confianza de la población en la ciencia como un factor decisivo. Sin embargo, los especialistas de todo el planeta advierten de que no conviene caer en la autocomplacencia: no hay que bajar la guardia.
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