Elecciones

Así es el votante argentino del polémico Javier Milei

El populista crece entre los argentinos con bajo poder adquisitivo, mientras que no logra convencer ni a jubilados ni a funcionarios

El 22 de octubre habrá elecciones presidenciales en Argentina. Javier Milei concurre a esas votaciones sobre una espumante popularidad que se confirmó en las PASO, las primarias obligatorias del pasado 13 de agosto en las cuales salió sorpresivamente mejor posicionado.

La centro derecha de Juntos por el Cambio impulsa a Patricia Bullrich para derrotar al kirchnerismo que buscará votos para el actual ministro de Economía, Sergio Massa. La presentan como la ficha ideal, preparada, con apoyo institucional y especialmente confiable frente al liberal Javier Milei, considerado una incertidumbre.

El respaldo al abanderado de Libertad Avanza crece en los sectores de bajo nivel socioeconómico y entre los trabajadores informales, pero se distribuye de manera transversal en cuestión de edad y ocupación. Una encuesta realizada por la consultora Taquion Research, a partir del voto expresado en las PASO, determina que Milei no es el candidato de las cúpulas poderosas del país, al contrario.

"Contrario a lo sugerido durante toda la campaña, vemos que el voto hacia Javier Milei se compone por personas de todos los segmentos sociales: jóvenes, adultos, trabajadores públicos y privados. Sin embargo, algunos datos llaman la atención: seis de cada diez votantes son varones y es el candidato que más votos cosecha en el nivel socioeconómico bajo (66,7%) y entre los trabajadores informales", dice el estudio.

Entre quienes apoyan a Milei, los estudiantes suman 24,9% y marcan un contraste con su impacto en jubilados, donde solo rasca un 9,1%. El libertario agrupa el respaldo de jóvenes, pues los datos indican que 29% de sus simpatizantes son de la generación más joven, hasta los 29 años. El 31,3% son millennials de entre 30 y 42 años; 26,1% son de la Gen X y 13,6% de los baby boomers.

En términos socioeconómicos un 66,7% de sus electores son de un nivel socioeconómico bajo, el 26,4 de clase media y solo el 6,9% del más alto medido por Taquion. Y hay más datos: el 64% es propietario o reside en la casa familiar, mientras que el 27,5% alquila, lo cual marca mucho un debate vigente para estas elecciones: las modificaciones que se esperan para las leyes relacionadas a la vivienda.

A nivel laboral, el 54,6% de quienes optaron por Milei tienen un empleo. De ellos, el 73,5% se desempeña en el sector privado, a lo que se suma otro 21% del tercer sector. Solo un 5,5% de sus electores tienen trabajo en el sector público. Además, el 38% de los electores de Milei está en la informalidad.

Los números de Milei hablan de un público convencido de sus preferencias, especialmente los jóvenes. El candidato oficialista, Sergio Massa, tiene el 75% de sus votos en personas mayores de 30 años, y con tres de cada diez jubilados prefiriendo. La mitad de sus electores integran el nivel socioeconómico bajo. Su mayor votación se concentra en lo que en el país sureño serían "laburantes": gente con trabajo fijo del sector público o privado y con relación de dependencia.

Los jubilados también responden mejor a Patricia Bullrich y, aunque tiene buena votación de argentinos de sectores vulnerables, es la que agrupa la mayor cantidad de respaldos entre los electores "de nivel socioeconómico alto y personas mayores a 55 años, pertenecientes a la generación conocida como Baby Boomers".

Los números de Taquion no auguran resultados del 22 de octubre, pero dan una idea de quién acompaña cada propuesta electoral. El diario local "El Cronista" tuvo acceso a otro estudio sobre el votante de Milei, enfocado más en mensajes que en características, resultando en que la afirmación "los políticos son una casta" es vista con buenos ojos por casi 65% de su electorado. No obstante, solo 15,3% coincide con la idea de que "el Estado es un enemigo".

Reducción de impuestos

Ese sondeo afirma que los electores de Milei lo respaldan por sus propuestas, y luego porque es un outsider. Sobre lo primero, la que más seduce (90%) es la promesa de reducir los impuestos.

El apoyo popular de Milei luce eufórico en quienes lo acompañan en sus mítines. En sectores sociales organizados, no obstante, se han mostrado preocupaciones. Por ejemplo, los industriales han mostrado nerviosismo por la aplicación de un plan libertario.

"Vamos a terminar este año con tres dígitos de inflación, sin reservas y con 40% de pobreza, una descripción casi perfecta de los años 80 (...) Y esto nos presenta otro dilema: sobrerreaccionar, como lo hicimos a fines de los 80, hacia el otro extremo, buscando la solución mágica en donde la 'salida' se presenta a través de la apertura indiscriminada, la dolarización y futuro atraso cambiario, sabiendo que estas políticas dañan al sector productivo y, en consecuencia, a toda la sociedad", dijo el presidente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires, Martín Rappallini, en un foro esta semana.

En el sector de las pymes hay preocupación por una amplia apertura comercial que los pondría en jaque de no poder reducir costos y ser más competitivo ante las importaciones. Juan Nápoli, el asesor económico de Milei, ha dicho que "la dolarización no será inminente pero la decisión está tomada", mientras que desde su equipo se habla de una apertura con periodo de adaptación de hasta dos años.