Carrera armamentística

Así es Jiangsu Tipo 003, el portaaviones chino que hace temblar a Taiwán

El gigante asiático ha desarrollado este tercer portaaviones como muestra de su poderío naval y en un esfuerzo para asegurar los mares

Imagen de satélite de la construcción del tercer portaaviones chino de tipo 003 que debía haber sido inaugurado ayer viernes
Imagen de satélite de la construcción del tercer portaaviones chino de tipo 003 que debía haber sido inaugurado ayer viernesPlanet Labs PBCAgencia AP

El disputado Mar de la China Meridional está preparado para recibir un nuevo coloso como inquilino. Tras una larga pausa en los ajetreados astilleros de Jiangnan en Shanghai, un enorme portaaviones de alta tecnología, más rápido y con un mayor arsenal de armas que cualquier otro, está a punto de ser botado por la Armada china para adentrarse en aguas del río Yangtze. La esperada puesta en escena del superportaaviones “Jiangsu” Tipo 003 se ha hecho esperar debido a los bloqueos por coronavirus en todo el país. La República Popular suele emparejar los hitos militares con las fiestas y aniversarios existentes. Se esperaba la presentación del Modelo 003 para el 3 de junio, coincidiendo con el Festival del Barco del Dragón, fiesta nacional , así como con el 157º aniversario de la fundación de los históricos astilleros de Jiangnan. Sin embargo y según publicaciones en la red social Weibo, la botadura oficial podría retrasarse hasta el próximo 30 de junio.

Como muestra de su poderío naval y en un esfuerzo para asegurar los mares cercanos para proteger su seguridad nacional, el gigante asiático ha desarrollado este tercer portaaviones clasificado como Tipo 003, de diseño convencional (tipo CATOBAR, con catapultas de Despegue Asistida pero de Recuperación Detenida).

Portaaviones Tipo 003
Portaaviones Tipo 003Tania Nieto

De largo como la Torre Eiffel (unos 320 mts) es un buque de 85.000 a 100.000 toneladas de desplazamiento, equipado con tres catapultas electromagnéticas para el lanzamiento rápido de diversos aviones, una pista oblicua con cables de detención y dos elevadores más grandes que los utilizados en los anteriores portaaviones chinos, probablemente para acomodar dos aviones simultáneamente.

 

Es casi del mismo tamaño que los de la clase Ford de la marina estadounidense. Su autonomía operativa será de 10.000 millas náuticas sin necesidad de repostar. Esto supone más del doble del tamaño y el alcance de sus predecesores Liaoning y Shandong, que tienen un desplazamiento combinado de 45.000 toneladas y un alcance de 4.000 millas náuticas. A bordo viajarán 2.700 tripulantes y un destacamento de 85 marinos para realizar misiones de búsqueda y rescate.

A diferencia de los megabuques estadounidenses propulsados por energía nuclear, la nueva joya de la corona será impulsada por un sistema integrado de energía eléctrica y propulsión, compuesto por dos generadores de turbina de gas y cuatro generadores diesel-eléctricos. Estos producirán unos 150 megavatios de electricidad cuando se combinen.

Las pruebas de navegación y el montaje completo de la maquinaria podrían durar al menos dos años. De hecho, el Pentágono no espera que el transbordador esté operativo hasta 2024.

En adelante, serán tres los portaaviones chinos de los que tendrán que preocuparse Occidente y sus aliados, si bien está previsto un cuarto barco de propulsión nuclear. Se trata de todo un esfuerzo por parte de Pekín en la proyección de poder y en el dominio de la región Indo-Pacífica, a medida que se acerca la trampa al estilo de Tucídides entre China y Estados Unidos.

Seis grupos de combate de portaaviones

China se ha embarcado en un ambicioso programa de construcción naval para erigir seis grupos de combate de portaaviones antes de 2035, lo que indica la expansión global de sus intereses en materia de seguridad, su voluntad de desafiar el prolongado dominio de Estados Unidos en el Pacífico y sus esfuerzos por mantener la viabilidad de una opción militar contra Taiwan.

La Armada del Ejército Popular de Liberación de China (PLAN) pretende convertirse en la más poderosa del mundo , y eventualmente destronar a la Armada de Estados Unidos, para lo cual está creciendo a un ritmo vertiginoso. Por ello, su principal objetivo apunta a hacer retroceder a los estadounidenses en el Pacífico occidental mas allá de la primera cadena de islas hasta el Mar de China meridional. Razón por la que Washington se ha unido a Australia y Reino Unido bajo el paraguas del pacto AUKUS.

Pero para competir por la supremacía en los mares contra la armada más poderosa del mundo, es necesario también apostar por la calidad, construyendo buques más grandes y capaces, que permitan a China pasar de su estrategia de protección de las aguas territoriales a una de proyección de fuerza e influencia global. Para tales fines, los grandes buques de guerra son las herramientas por excelencia.

Estos serían decisivos para imponer un cerco a Taiwán, como complemento de los aviones de combate chinos con base en el continente y contribuirían a disuadir o combatir una intervención de la Casa Blanca.

Hasta hoy, la Armada china estaba dotada de dos cruceros de aviación, cuyo diseño se originó en la antigua URSS, con rampa tipo skyjump para el despegue de los aviones y pista oblicua y cables de detención para su recuperación (diseño tipo STOBAR). Su principal vector aéreo es el caza pesado J-15, derivado del J-11 y un prototipo del Su-33 (versión embarcada del Su-27) adquirido junto con su primer portaaviones a Ucrania. Este buque fue completado y modernizado en China, recibiendo el nombre de CNS Liaoning. Más tarde se construyó el CNS Shandong Tipo 002, una versión ampliada y mejorada del Liaoning, que aunque era más capaz que su predecesor.

Aunque estas embarcaciones sirvieron a este país para sus primeras incursiones como una verdadera armada, con operaciones aéreas dentro de una fuerza de tarea naval centrada en el portaaviones, su diseño sin catapultas limitaba significativamente el peso máximo de despegue del J-15 y restringía la variedad de su grupo aéreo embarcado. Pekín está modernizando y ampliando sus capacidades marítimas para dominar la región del Indo-Pacífico y, más concretamente, el estrecho de Taiwán.