Conmoción

El partido de Shinzo Abe gana las elecciones legislativas en Japón

Las estimaciones de los medios japoneses dan por hecha una nueva victoria del Partido Liberal Democrático

Votantes en un colegio electoral en Tokio
Votantes en un colegio electoral en TokioCHRISTOPHER JUEAgencia EFE

Con la nación aún conmocionada por el asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe, los ciudadanos acudieron a las urnas el domingo para elegir a los escaños de la Cámara Alta de la Dieta, el parlamento japonés. El acto en el que Abe participaba el viernes en Nara cuando recibió los disparos era un mitin de campaña para estas elecciones parlamentarias.

En ellas, el Partido Liberal Democrático (PLD) del actual primer ministro Fumio Kishida, y que Abe había liderado durante una década, se disputaba 125 de los 248 escaños para revalidar su amplia mayoría junto a su socio en coalición, el Komeito.

Los sondeos a pie de urna realizados por la cadena pública estatal y los recuentos no oficiales del diario The Yomiuri Shimbun, indicaban que el PDL iba encaminado a conseguir una importante victoria. Auguraban que el bloque de coalición obtendría entre 64 y 83 escaños.

Si bien es cierto que las estimaciones previas a este fin de semana otorgaban la mayoría de la cámara al bloque, algunos analistas políticos señalan que era probable que, tras el atentado, el PLD ganara una ola de votos de simpatía. Los resultados oficiales se obtendrán durante la jornada del lunes.

Las elecciones para elegir los representantes de la Cámara Alta, la menos poderosa del parlamento japonés, se consideran un referéndum sobre el gobierno en funciones. En este caso, el gobierno de Fumio Kishida y sus primeros nueve meses como primer ministro.

Un buen resultado en las urnas podría ayudar a Kishida a consolidar su mandato, brindándole la oportunidad de llevar a cabo su objetivo de aumentar el gasto en defensa o permitirle revisar la Constitución pacifista de Japón, algo que Abe no pudo conseguir durante su mandato.

Independientemente del resultado, éstas serán recordadas como unas elecciones sin igual en Japón, ya que se celebran a penas dos después de un crimen que repercutirá en la conciencia pública mucho más allá del domingo.

Atentado

Después de que el gobierno condenara el atentado, todos los actos electorales del viernes quedaron suspendidos y entre los funcionarios japoneses se abrió el debate sobre si las elecciones debían mantenerse o no. Mientras el país luchaba por asimilar la muerte de una de sus figuras políticas más influyentes, y tras horas de deliberación, el actual primer ministro anunció que las elecciones se celebrarían el domingo 10 de julio como estaban previstas, para «proteger la democracia ante la violencia».

Kishida aprobó la reanudación de los actos electorales el sábado con instrucciones para que aumentaran las medidas seguridad. Cuando el mandatario participó ese mismo día en un mitin cerca de Tokio, fueron destacables el aumento de presencia policial y los accesos con escáner de detección de metales. Ambas medidas poco habituales en el país, donde es común que este tipo de actos se celebren en plena calle, con modesta seguridad, y mostrándose cercanos a los votantes.

El asesino

Shinzo Abe participaba en un acto electoral a plena calle cuando fue disparado desde atrás. Según ha informado la televisión nacional, la Policía de Nara dijo que el ex primer ministro estaba protegido por un agente de policía especializado armado y algunos otros agentes locales, aunque no quisieron especificar el número de agentes.

«Es innegable que hubo problemas con la seguridad del ex primer ministro Abe, e inmediatamente identificaremos los problemas y tomaremos las medidas adecuadas para resolverlos», dijo Tomoaki Onizuka, jefe de la policía de la prefectura de Nara, en una rueda de prensa el sábado.

La policía arrestó al presunto autor del asesinato en el lugar de los hechos. Tetsuya Yamagami, un hombre de 41 años que había trabajado para las Fuerzas Marítimas de Autodefensa, el ejército de Japón disparó al ex primer ministro con un arma de fabricación casera.

En el momento de su detención, confesó a las autoridades que «estaba descontento con el ex primer ministro Abe y pretendía matarlo». Dijo a los investigadores que su madre se había arruinado después de gastar sus ahorros en apoyar a un grupo religioso, según un diario japonés que citó fuentes policiales. Dijo que atacó a Abe «por resentimiento».

Obtener un permiso de armas en Japón es un proceso largo y complicado. Por ello Yamagami se las ingenio con trozos de tubo, cinta aislante y una tabla para fabricar el arma del crimen. Aún no está claro que tipo de munición utilizó. La policía ha encontrado un arsenal de otras armas de fabricación propia y «posibles explosivos» en la casa de Yamagami. Las autoridades continúan investigando los protocolos de seguridad de ese día y los motivos detrás del crimen.

Tanto la comunidad internacional como Japón continúan consternados tras la tragedia. Según medios locales, el lunes se celebra un velatorio y el martes tiene lugar el funeral de Abe en un templo del centro de Tokio, al que asistirán familiares y amigos cercanos. De momento, no hay confirmado ningún servicio conmemorativo público.