Bali

El temor a una escalada permite una condena mayoritaria del G-20 a la guerra de Ucrania

China e India guardan silencio y evitan hacer declaraciones sobre el incidente en Polonia

Una fotografía facilitada por el Gobierno de Alemania en la que se ve un "corrillo" de los líderes internacionales discutiendo el disparo de un misil en Polonia en los márgenes de la cumbre del G-20 en Bali
Una fotografía facilitada por el Gobierno de Alemania en la que se ve un "corrillo" de los líderes internacionales discutiendo el disparo de un misil en Polonia en los márgenes de la cumbre del G-20 en BaliSTEFFEN HEBESTREIT / HANDOUTAgencia EFE

La segunda y última jornada de la cumbre del G 20 estuvo marcada por una reunión de emergencia tras el impacto de dos misiles en Polonia, y que ha supuesto la primera explosión en suelo de la OTAN desde que Moscú invadió Ucrania, hace más de ocho meses. Esto ha hecho temer una dramática escalada del conflicto. Las veinte principales economías cerraron la reunión con una declaración de firme condena de la guerra en Ucrania y una advertencia de que el conflicto está lastrando una economía mundial ya delicada: “La resolución pacífica de los conflictos, los esfuerzos para hacer frente a las crisis, así como la diplomacia y el diálogo, son vitales. La era actual no debe ser la de la guerra”, señalaba el comunicado.

Convocados por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, los líderes de Alemania, Canadá, Países Bajos, Japón, España, Italia, Francia, Reino Unido y la Comisión Europea participaron en el encuentro tras las explosiones mortales en Przewodow, un pueblo polaco cerca de la frontera con Ucrania. Sin formular acusaciones inmediatas, decidieron “permanecer en estrecho contacto para determinar los próximos pasos a la luz de la investigación”.

Al término del encuentro, Biden declaró que la información preliminar mostraba como “poco probable” que el misil hubiera sido disparado desde Rusia, citando la trayectoria del proyectil. “Voy a asegurarme de que averiguamos exactamente lo que ocurrió”. Asimismo, habló con el presidente polaco, Andrzej Duda, y prometió la ayuda de Washington para investigar la causa de la explosión.

El mandatario estadounidense también condenó los “totalmente desmedidos” ataques recientes de Rusia en Ucrania, y reiteró que apoya a Ucrania “plenamente en este momento” y “seguirá haciendo lo que sea necesario para darles la capacidad de defenderse”.

La deflagración del martes causó dos muertos y llevó a los polacos a considerar la posibilidad de activar el artículo IV del tratado de la OTAN, lo que desencadenaría consultas con el resto de la alianza, a un paso de invocar las disposiciones de defensa colectiva de la OTAN y llevar al pacto al borde de la guerra con Rusia.

El silencio de China e India

Algunos de los países del sur, como China e India, guardaron silencio el miércoles sobre la crisis de Polonia, negándose a condenar a Moscú y prefiriendo llamar a ambas partes a negociar.

Una andanada de ataques por parte de Rusia se consideraron una respuesta directa al discurso del martes en vídeo de Zelenski ante la cumbre, en el que expuso unplan de 10 puntos para la paz en su país, que incluía la reanudación de las exportaciones de alimentos ucranianos, un intercambio de prisioneros “todos por todos”, un tribunal especial de las Naciones Unidas para investigar los supuestos crímenes de guerra rusos y el fin del chantaje nuclear.

“Por favor, usen todo su poder para hacer que Rusia abandone las amenazas nucleares”, suplico a los líderes reunidos, refiriéndose a las repetidas amenazas de Putin de usar armas de destrucción masiva contra su país.

Impulsado por los acontecimientos, el miércoles se dirigió por segunda vez al G-20, pero varios líderes ya habían partido de la isla. Entre ellos, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, que voló el martes por la noche. Zelenski se apresuró una vez más a señalar a su enemigo, tras los ataques en Ucrania que dejaron a millones de hogares sin electricidad.

“Estado terrorista”

Los que se quedaron le escucharon en sus acusaciones: “Hay un Estado terrorista entre ustedes, y nos estamos defendiendo de él. Esa es la realidad”.

La jornada de clausura del G-20 estuvo marcada también por la declaración de clausura del encuentro, llamativa porque los mandatarios lograron enfatizar una denuncia de la guerra a pesar de las divisiones del grupo, que incluye no sólo a Rusia, sino también a países como China e India que tienen importantes lazos comerciales con Moscú y que se han abstenido de criticar abiertamente la invasión.

El texto negociado menciona la guerra en Ucrania de forma muy explícita: “La mayoría de los miembros condenaron enérgicamente la guerra en Ucrania y subrayan que está causando un inmenso sufrimiento humano y exacerbando las fragilidades existentes en la economía mundial: frenando el crecimiento, aumentando la inflación, interrumpiendo las cadenas de suministro, incrementando la inseguridad energética y alimentaria y aumentando los riesgos para la estabilidad financiera.”

El uso de las palabras “la mayoría de los miembros” fue una señal reveladora de las divisiones, así como el reconocimiento de que “había otros puntos de vista y diferentes evaluaciones” y que el G-20 “no es el foro para resolver cuestiones de seguridad.”

El comunicado también recuerda la condena de la agresión rusa mediante la resolución ES-11/1 de 2 de marzo de 2022, que “deplora en los términos más enérgicos la agresión de la Federación de Rusia contra Ucrania y exige su retirada completa e incondicional del territorio ucraniano”. La Carta de la ONU se recuerda en el punto 4, antes de una advertencia muy severa contra el chantaje nuclear de Vladimir Putin: “El uso o la amenaza de uso de armas nucleares es inadmisible”.

Por otra parte, pide una prórroga del acuerdo que permite la exportación de grano ucraniano, que expira el viernes y sobre el que Moscú deja dudas a pesar del riesgo de hambruna planteado por la ONU.