
Bombardeo en Doha
Israel ya no está tan seguro de haber descabezado el grupo de líderes políticos de Hamás en Qatar
Varios oficiales israelíes en condición de anonimato han declarado a diferentes informativos que hay dudas de que dicho grupo haya sido diezmado

“La doctrina de seguridad de Israel es clara: su largo brazo actuará contra sus enemigos en todas partes”, declaró el ministro de Defensa israelí, Israel Katz este miércoles. “No hay dónde esconderse”, advirtió, horas después de que un edificio bajo en el barrio antiguo de Doha, la capital de Qatar, fuera bombardeado en lo que el Ejército israelí declaró que era una operación contra el liderazgo de Hamás.
La mayor parte de los líderes de la organización islamista en Gaza han muerto a lo largo de estos dos años de guerra por fuego israelí. Quedan los que están en Cisjordania y los que están en las cárceles de Israel.
Después de la euforia inicial, varios oficiales israelíes en condición de anonimato declararon a diferentes informativos que había dudas de que el politburó de Hamás de verdad hubiera sido diezmado.
El ataque fue llevado a cabo por diez aviones de la fuerza aérea que, según el Wall Street Journal, dispararon municiones de largo alcance contra la casa en la capital catarí donde se habían reunido los líderes políticos de Hamás para, según autoridades cataríes, discutir el acuerdo de alto el fuego en Gaza. Según el medio, los misiles fueron disparados desde fuera del espacio aéreo catarí y no violaron el espacio aéreo de Arabia Saudita ni de los Emiratos Árabes Unidos.
La decisión israelí de atacar en Qatar, mediador entre Israel y Hamás, aliado de Estados Unidos y éste, a su vez, aliado de Israel, abre muchos interrogantes. Además, la relación de Qatar con Israel está contaminada por una investigación en curso del caso ya apodado como Qatargate, por el que dos asesores de Netanyahu y personal de seguridad recibieron muchos millones de dólares del Estado del golfo, por personas y empresas interpuestas, en servicios de relaciones públicas y representación para el Estado catarí desde antes del Mundial de fútbol del que fue anfitrión.
Durante la noche del martes, oficiales israelíes que describieron el ataque en Doha (fueron difundidas fotografías de propaganda del primer ministro, Benjamin Netanyahu, con Katz y personal militar en lo que llaman la “fosa” de la sala de mando militar) destacaron la participación del Ejército y el servicio de seguridad interior, Shin Bet, pero no del Mosad, el servicio de seguridad exterior, que normalmente desempeñaría un papel importante en una operación contra figuras terroristas fuera de Israel.
El director del Mosad, David Barnea, tuvo un papel destacado en las conversaciones indirectas con Hamás para poner fin a la guerra y liberar a los rehenes, con la mediación de Catar, Egipto y EEUU.
El juego de los avisos o, solamente, el juego
"Israel la inició, Israel la llevó a cabo e Israel asume la plena responsabilidad. Es una operación cien por cien israelí", aseguró Netanyahu. Fuentes israelíes dijeron minutos después del ataque que habían recibido luz verde del presidente estadounidense, Donald Trump, para llevarlo a cabo.
Sin embargo, funcionarios de EEUU declararon al Wall Street Journal que Israel informó a EEUU del ataque minutos antes de producirse y no reveló el objetivo. Y después Trump declaró que había sido avisado por el ejército estadounidense sobre el bombardeo israelí en Doha y que inmediatamente ordenó al enviado especial estadounidense, Steve Witkoff, que informara a Qatar de lo que se avecinaba, "lo que hizo, sin embargo, desafortunadamente, demasiado tarde para detener el ataque".
El mismo medio reportó que interlocutores turcos y egipcios habían advertido a los líderes políticos de Hamás que reforzaran la seguridad en torno a sus reuniones en las semanas previas al ataque, citando entrevistas con oficiales israelíes, estadounidenses, cataríes y de otros países árabes.
Las autoridades cataríes criticaron el ataque como un “asalto cobarde y criminal” y “una violación del derecho internacional” en diversos medios, además de que había sido una “sorpresa total”.
Para muchos analistas, es difícil imaginar un escenario en el que el Gobierno catarí no conociera de antemano el ataque. Se comenta en Israel que EEUU no habría puesto en peligro sus relaciones con su principal aliado en el Golfo Pérsico por el ataque israelí del martes por la tarde. Qatar prometió en los últimos meses 1,2 mil millones de dólares en inversiones en EEUU, según el medio Calcalist. En Qatar está también la mayor base militar estadounidense en el extranjero.
Sin embargo, la periodista Gili Cohen, del ente público Kan, y Hagai Amit, del diario Haaretz, entre otros, señalan que podría ser que esta declaración catarí fuera solo palabrería dirigida al público árabe. Especulan que es posible que Qatar se viera obligado a aceptar la situación y que, lo más probable, es que la conociera de antemano.
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