Temblores en el dragón rojo
Xi Jinping reorganiza la cúpula del Partido Comunista tras las últimas purgas
El régimen chino está sumido en un misterioso caos tras las desapariciones de altos cargos afines al presidente y en medio de unas previsiones económicas poco halagüeñas
A raíz de una importante reestructuración de las instituciones del gobierno y del Partido Comunista, China ha dado a conocer nuevas alineaciones directivas de varios organismos centrales, entre ellos los encargados de supervisar el extenso sector financiero del país o de hacer frente a las reclamaciones de la población, de acuerdo con una publicación del medio chino Caixin.
Después de que el año pasado Xi Jinpingdesbaratara el código del Partido Comunista para promover a leales a su figura, ciertos observadores esperaban que su nuevo equipo gestionara con mayor agilidad los desafíos más acuciantes a los que se enfrenta el país asiático.
Por el contrario, parece que su Gobierno está sumido en un misterioso caos. La desconcertante purga de Xi de su ministro de Asuntos Exteriores en julio, seguida de la supuesta destitución de su jefe de Defensa menos de dos meses después, está ofreciendo una imagen de un país inestable de cara al exterior. Además, el líder chino también renovó entre otros a los generales que supervisan la Fuerza de Cohetes de China, que gestiona el arsenal nuclear de la nación, sin dar explicación alguna.
En medio de estas abruptas destituciones, parece que el régimen está recolocando a la directiva de ciertas instituciones clave para el país. Precisamente el mes pasado, informes de grupos empresariales revelaron que Liu Zhao, ex viceministro de Seguridad Pública, había sido nombrado jefe del grupo de inspección disciplinaria del Departamento de Trabajo Social del Comité Central del partido, encargado de gestionar con mayor eficacia las quejas públicas.
Liu se convirtió así en el último funcionario cuyo destino se hizo público desde que se creó el departamento en la última ronda de reformas institucionales iniciada por el Comité Central y el Consejo de Estado, el gabinete de China, en marzo. Anteriormente, en julio, se reveló la identidad del primer ministro del departamento, Wu Hansheng, ex alto cargo de la lucha contra el soborno, así como de tres viceministros.
Temor a una recesión
Otros cambios recientes en la cúpula han afectado a los directores de dos de los tres nuevos reguladores financieros de China -la Comisión Financiera Central (CFC) y la Administración Estatal de Regulación Financiera (SAFR) del Consejo de Estado-, que fueron establecidos para mantener la estabilidad y frenar los riesgos en el vasto sector financiero del país.
Ya en julio, el Consejo de Estado destituyó a Xia Xiande como viceministro de Asuntos Financieros. Fuentes diversas informaron a la redacción de Caixin de que Xia fue nombrado ese mes uno de los subdirectores de la oficina general de la CFC. El otro fue Wang Jiang, ex presidente del gigante financiero estatal China Everbright Group Ltd.
En las últimas semanas, China se ha enfrentado a la caída de los precios por el avance de la deflación, a un yuan en mínimos históricos y al creciente endeudamiento de su malogrado sector inmobiliario. Esto ha llevado a algunos economistas y analistas a afirmar que el país va camino de sufrir una grave recesión. Sin embargo, la segunda economía mundial ha tomado medidas para combatir el debilitamiento de su economía. Ha reducido en un tercio la cantidad de depósitos en divisas que deben mantener sus instituciones financieras y ha puesto en marcha una serie de medidas de estímulo para impulsar su alicaído mercado inmobiliario residencial. La demanda de crédito del país está mejorando, las presiones deflacionistas están disminuyendo y el yuan se está fortaleciendo. Sin embargo, algunos observadores del mercado creen que estas medidas pueden ser insuficientes para mantener a flote al gigante económico mundial.
Asimismo, la nueva oficina del partido encargada de supervisar los asuntos de Hong Kong y Macao se hizo pública en julio, con el nombramiento de un estrecho aliado de Xi Jinping, Xia Baolong, como responsable de la misma. Por su parte, Yang Wanming, uno de los cinco directores adjuntos de la oficina, fue trasladado a la presidencia de una organización de asuntos exteriores respaldada por el gobierno. El cometido de esta institución -según los planes aprobados por la Asamblea Popular Nacional en marzo- es” desplegar el poder de gobierno del gobierno central" en Hong Kong y "mantener la seguridad nacional", en virtud de una ley de seguridad impuesta a la ex colonia británica en julio de 2020 por Pekin para acabar con las multitudinarias protestas a favor de la democracia de 2019, una normativa que penaliza las críticas públicas a las autoridades por parte de cualquier persona y en cualquier parte del mundo. La oficina también se encarga de "apoyar" la integración de ambas ciudades con el resto de China.
Por otra parte, la recién creada Oficina Nacional de Datos de China y una comisión sobre el trabajo relacionado con los miembros del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional (APN), máximo órgano legislativo del país, también han nombrado a sus primeros responsables, Liu Liehong y Guo Zhenhua, respectivamente.
El reajuste institucional del pasado mes de marzo, el noveno desde el inicio de la era de reformas en China en 1978, ha incluido la reestructuración de los organismos del Comité Central, el Consejo de Estado, el CNP y la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, el máximo órgano consultivo político del país.
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