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Huelga general

Miles de israelíes protestan contra su Gobierno mientras este se prepara para tomar la ciudad de Gaza

El seguimiento de la huelga fue desigual, pero las protestas numerosas en las diferentes ciudades del país

O.Próximo.- AMP.- El Ejército de Israel mata a dos palestinos cerca de asentamientos israelíes en Cisjordania EUROPAPRESS

Desde temprano en la mañana del domingo y hasta bien entrada la noche, se sucedieron actos de protesta en Tel Aviv que exigían el regreso de todos los rehenes de Gaza, parones laborales en todos los sectores, concentraciones, disrupciones de tráfico y arrestos. Los medios reportaron que cientos de miles de personas dejaron de trabajar y se unieron a las protestas, como había pedido el Consejo de Octubre, que representa a algunos familiares de los rehenes y de los muertos el 7 de octubre de 2023 así como a los supervivientes del ataque que creen que la guerra contra Hamás en Gaza debe terminar, que los rehenes deben ser devueltos y que los dirigentes de Israel deben asumir la responsabilidad por no haber podido impedir la masacre de Hamás hace dos años.

El seguimiento de la huelga fue desigual, pero las protestas numerosas en las diferentes ciudades del país, carreteras de circunvalación, cruces y en la Plaza de los Secuestrados de Tel Aviv.

El Gobierno, crítico

A media mañana, ministros del gabinete y miembros de la coalición de Gobierno atacaron a los organizadores y a los manifestantes declarando que sus actos alejan más aún el retorno de los rehenes, según aseguró Benjamin Netanayhu. «Quienes hoy piden el fin de la guerra sin derrotar a Hamás no solo están endureciendo la posición de Hamás y distanciando la liberación de nuestros rehenes, también están asegurando que las atrocidades del 7 de octubre se repetirán una y otra vez y que nuestros hijos e hijas tendrán que luchar una y otra vez en una guerra sin fin», dijo Netanyahu al comienzo de la reunión semanal del gabinete, según informó la oficina del mandatario. «Para avanzar en la liberación de nuestros rehenes y garantizar que Gaza ya no sea una amenaza para Israel, debemos completar la misión y derrotar a Hamás», afirmó, añadiendo que Hamás sigue rechazando las condiciones de Israel para el fin de la guerra. «Insistimos no solo en que Hamás se desarme, sino también en que Israel haga cumplir la desmilitarización de la Franja gradualmente mediante acciones continuas contra cualquier intento de rearme u organización por parte de cualquier grupo terrorista».

Enfatizó que Hamás quiere que Israel abandone Gaza por completo, incluyendo el abandono del Corredor Filadelfia a lo largo de la frontera entre Gaza y Egipto y del perímetro de seguridad alrededor de Gaza. De lo contrario, «esto permitiría a Hamás reagruparse, rearmarse y atacarnos de nuevo».

Sus comentarios coincidieron con los de varios ministros de su coalición, quienes también acusaron a los manifestantes y huelguistas de sembrar la división y fortalecer a Hamás. «El pueblo de Israel se despierta esta mañana ante una campaña perversa y dañina que favorece a Hamás y entierra a los rehenes en los túneles», escribió el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, en X. «También intentan obligar a Israel a rendirse ante sus enemigos y poner en peligro la seguridad del Estado». Añadió que el número real de manifestantes que «decidieron perturbar la vida cotidiana de los israelíes» es relativamente bajo.

El ministro de Cultura, Miki Zohar, declaró que la perturbación de la vida de los civiles es un «premio al enemigo, que ve las imágenes esta mañana y se regocija». «La ira y las protestas deben dirigirse a la presión internacional contra Hamás», escribió Zohar en X, «para que libere a nuestros seres queridos, y no contra quienes hacen todo lo posible para traer a casa a los rehenes».

La oposición se pronuncia

En respuesta a Smotrich, Yair Golan, líder del partido opositor israelí Los Demócratas, escribió: «Durante 681 días, el pueblo de Israel se ha dado cuenta de que el Gobierno considera a Hamás un activo y a los rehenes una carga de la que quieren librarse».

Golan se refería a la afirmación de Smotrich realizada en el año 2015 en la que afirmo que «la Autoridad Nacional Palestina es una carga y Hamás un activo», algo de lo que se le acusa al Gobierno de Benjamin Netanyahu de haber mantenido en todos sus años de gobierno: contribuir al refuerzo de los extremistas islamistas para no tener que negociar un Estado palestino con Al Fatah, partido liderado por el presidente palestino, Mahmud Abás, enemigo de Hamás, y, así, crear mayor división interna palestina.

El líder de la oposición israelí, el centrista Yair Lapid, acusó al Gobierno de culpar «descaradamente» a los manifestantes de fortalecer a Hamás, escribiendo: «Nadie ha fortalecido a Hamás más que ustedes. Les transfirieron millones en efectivo, los empoderaron durante años, y los rehenes fueron tomados bajo su supervisión».

El también centrista Benny Gantz quiso pronunciarse y afirmó que el hecho de atacar a las familias de rehenes mientras se es responsable del cautiverio de sus hijos «nos debilita y divide» y que apoyarlos «es lo que fortalece a Israel».

El líder ultranacionalista de Yisrael Beiteinu, Avigdor Lieberman, denunció que el Gobierno está fortaleciendo a Hamás al suministrar combustible, electricidad, agua y fondos a Gaza, y afirmó que una comisión de investigación estatal revelaría la verdad.

Israel se prepara para atacar ciudad de Gaza

Mientras cientos de miles de personas protestaban en Israel el domingo, el Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) convocó una reunión de seis horas sobre la siguiente fase de la campaña de Gaza, centrada en uno de los escenarios más difíciles, según fuentes militares: la batalla por la ciudad de Gaza.

A la reunión asistieron generales de alto rango de Tel Aviv y el Comando Sur y giró en torno a tres temas relacionados el uno con el otro: el redespliegue de las fuerzas regulares, la movilización de decenas de miles de reservistas y la evacuación de casi un millón de civiles del mayor centro urbano de la Franja de Gaza, todo ello mientras Hamás sigue manteniendo rehenes bajo tierra.

Desde que el Gobierno israelí anunció que el próximo paso en la guerra era atacar a Hamás en los bastiones de la ciudad de Gaza y campos de refugiados del centro de la Franja, tomando el control de todo el enclave palestino para que hubiera un Gobierno temporal árabe sin detallar, la ya convulsa sociedad israelí se agitó más.

Tampoco el jefe de Estado Mayor, el teniente general Eyal Zamir, se mostró partidario de esta aproximación, sino de un ataque gradual y no ocupación total, si bien dijo que cumpliría con las órdenes del escalafón político.

Zamir recorrió el domingo el frente junto con otros altos comandantes, aprobando los planes operativos para la próxima fase. «Seguiremos transformando la realidad de la seguridad», declaró, haciendo referencia a las recientes operaciones israelíes en Irán, Yemen, Líbano, Cisjordania y Gaza. «Mantendremos el impulso de la Operación Carros de Guedeón, concentrándonos en la ciudad de Gaza, y lucharemos hasta la derrota de Hamás, siempre muy atentos a los rehenes».

Zamir prometió una «estrategia sofisticada, mesurada y responsable», empleando todas las capacidades terrestres, aéreas y navales de las FDI. Hamás, afirmó, «ya no posee las capacidades que tenía antes de esta operación; le hemos dado un duro golpe».

Mientras, los ataques israelíes en Gaza continúan y se acentúan. Ocho palestinos murieron y 226 resultaron heridos por fuego israelí en las últimas 24 horas, incluyendo 14 solicitantes de ayuda, según informó el Ministerio de Sanidad de Gaza dirigido por Hamás, que no distingue entre muertos civiles y combatientes.

El número total de muertos, según el ministerio, desde el comienzo de la guerra asciende a 61.944, incluyendo 10.400 fallecidos desde que Israel rompiera el alto el fuego en marzo.

Además, según las autoridades sanitarias de Gaza, siete personas más murieron de hambre en el enclave, entre ellas dos niños. En total, 258 palestinos han muerto de hambre en Gaza, incluyendo 110 niños, según la misma fuente.

Israel niega que haya hambruna en Gaza, sin embargo, en las últimas semanas ha permitido la entrada de más ayuda humanitaria por la presión internacional, según señaló el propio primer ministro. La ONU y otras organizaciones indican que para alimentar a los algo más de dos millones de gazatíes se necesitarían unos 600 camiones con suministros diarios.