Tribunales
Assange, ante su última carta para evitar ser extraditado a Estados Unidos: «Podría ser el próximo Navalni»
El fundador de WikiLeaks, en prisión desde 2019, es reclamado por Washington por 18 delitos de espionaje e intrusión informática
Centenares de personas se han congregado este martes ante el Tribunal Superior de Justicia de Londres bajo una inmensa pancarta con el mensaje de «Libertad para Julian Assange», mostrando así su apoyo al fundador de Wikileaks. El australiano se enfrenta a su última oportunidad ante la justicia británica para evitar su extradición a Estados Unidos, donde le acusan de espionaje por revelar documentos secretos relacionados con crímenes de guerras en Irak y Afganistán.
«Estados Unidos está abusando de su sistema judicial para hostigar, perseguir e intimidarnos a todos. Este juicio es un ataque a la verdad y al derecho de la ciudadanía a saber», denunció Stella Morris, mujer del ex hacker, arropada por los manifestantes. «Julian es un preso político y su vida está en peligro. Podría ocurrirle lo mismo que a Alexéi Navalni», recalcó en referencia a la muerte del opositor ruso.
Debido a su frágil salud, Assange, que permanece desde hace cinco años en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, a las afueras de Londres, no estuvo presente en la primera jornada de un juicio que ha acaparado gran expectación en todo el mundo. La defensa no cesa de repetir que este no es un proceso contra el australiano, sino que se trata de un atentado contra la libertad de prensa.
«Los delitos que se le imputan son de carácter político, lo que violaría el Tratado de extradición británico-estadounidense de 2003», señaló su abogado Edward Fitzgerald al enumerar sus objeciones ante el tribunal, al que pide permiso para presentar un recurso completo –en un nuevo juicio– sobre varios aspectos del caso que no recurrió anteriormente y también contra la orden de extradición firmada en 2022 por la entonces ministra del Interior, Priti Patel, cuya base legal cuestiona. Por su parte, la Fiscalía británica, en representación de la Justicia estadounidense, solicita que se le deniegue la autorización a recurrir y que se proceda a su entrega.
La vista preliminar continúa este miércoles cuando se podría conocer el veredicto de los dos jueces, Victoria Sharp y Jeremy Johnson. Si pierden, los abogados del fundador de Wikileaks ya han avanzado que recurrirán al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. Pero si esta corte emitiera una orden de suspensión de la entrega está por ver cuál sería la reacción del Gobierno británico de Rishi Sunak, ya que el núcleo duro del Partido Conservador pide que se ignoren sus requerimientos después de que la corte paralizara el polémico plan de enviar a Ruanda a los solicitantes de asilo.
«Es la primera vez en la historia de Estados Unidos que un editor ha sido procesado por obtener o publicar secretos de Estado», denunció el abogado del australiano. «Está siendo procesado por participar en la práctica periodística ordinaria de obtener y publicar información clasificada, información que es a la vez verdadera y de evidente e importante interés público», dijo Fitzgerald quien señaló además una trama de la CIA para secuestrar o matar a su cliente, según las acusaciones sobre una empresa de seguridad con sede en España que podría haber espiado a Assange durante los años que estuvo refugiado en la embajada de Ecuador de la capital británica.
«Extraditar a Assange significaría entregarlo directamente a manos de las mismas personas que conspiraron para asesinarlo», esgrimió su letrado. Mike Pompeo, exjefe de la CIA y secretario de Estado estadounidense en la Administración de Donald Trump, ha negado cualquier complot.
La batalla del australiano es una maraña legal sumamente compleja. En 2006, Assange fundó el sitio web Wikileaks y publicó una gran cantidad de documentos que exponían escándalos como la corrupción en Kenia, los disturbios tibetanos en China y los ataques con aviones no tripulados en Yemen. Cuatro años después, publicó más de 250.000 documentos clasificados del Departamento de Estado estadounidense en relación con el asesinato de civiles en Afganistán e Irak.
Tras ser detenido inicialmente en 2010 por un caso instigado por Suecia de supuesto acoso sexual, buscó refugio en la embajada de Ecuador en Londres, donde estuvo encerrado de 2012 a 2019. Pero cuando este caso fue archivado, fue arrestado de nuevo en abril de 2019 a instancias de Estados Unidos, donde podría enfrentarse a 175 años de prisión.
Las protestas convocadas este martes en Londres se replicaron en varias ciudades del mundo. «Todo el mundo nos está mirando», dijo la esposa del australiano, en referencia a la frase coreada en 1968 por los manifestantes que protestaban en Chicago contra la guerra de Vietnam.
Coincidiendo con el inicio del juicio, Assange fue nominado al Nobel de la Paz 2024 por la diputada noruega Sofie Marhaug, de la formación de izquierda Rojo. «Ha revelado crímenes de guerra occidentales y contribuido a la paz. Si queremos evitar la guerra, debemos conocer la verdad sobre los daños que provoca», declaró al periódico Dagbladet.
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