Disturbios
Atacada con bombas caseras una sede del Partido Comunista Chino
Al menos una persona ha muerto y ocho han resultado heridas al estallar hoy una serie de artefactos caseros frente a la sede provincial del Partido Comunista de China en la ciudad de Taiyuan, capital de la provincia de Shanxi (centro), informó la Policía local.
China sufrió ayer su segundo atentado en diez días. A primera hora de la mañana, una serie de explosiones frente a la sede del Partido Comunista Chino sembraron el pánico en Taiyuán, la capital de la provincia de Shanxi. El ataque se saldó con un muerto, 8 heridos y numerosos daños materiales. Ante las escasas explicaciones oficiales, fueron los ciudadanos quienes, a través de Weibo (el Twitter chino), informaban minuto a minuto de la situación, al igual que los medios. Así, la televisión CCTV aseguró que las bombas se encontraban ocultas en los parterres de la calle donde está ubicado el edificio, mientras que otras fuentes confirmaron a la BBC que la explosión se produjo por una furgoneta bomba.
Según las primeras hipótesis, los más de 7 artefactos utilizados eran caseros y algunos de los viandantes mostraban a las cámaras bolas metálicas y cables que, supuestamente, conformaban los explosivos. A pesar de que los primeros indicios descartan que se trate de un ataque terrorista como el de hace una semana en Tiananmen –el grupo radical independentista del Movimiento Islámico de Rukestán Oriental fue el responsable de la muerte de cinco civiles y decenas de heridos al hacer explotar un vehículo en la emblemática plaza–, las autoridades chinas no se atrevieron a desmentirlo. Aunque, quizá, lo que más alertó fue el hecho de que el atentado se produjera a tres días del comienzo de la tercera sesión plenaria del XVIII Comité Central del PCCh, una reunión de la cúpula del régimen comunista en la que se explorarán nuevas vías económicas después de que los últimos estudios han demostrado que el gigante asiático ha entrado en un periodo de ralentización.
En medio de este clima de inestabilidad social, el presidente Xi Jinping expondrá una nueva agenda político-fiscal con gran repercusión mundial en la que tendrá que poner de manifiesto hasta dónde pretende reformar su régimen económico y su aperturismo a Occidente, al mismo tiempo que reduce la presión sobre asuntos de importante calado como la estabilidad social.
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