Polémico

Australia recibe a un Assange triunfal como héroe de la libertad de expresión

El polémico periodista se reúne con su familia tras ser liberado en Inglaterra al pactar con EEUU su culpabilidad en la difusión de secretos oficiales

Julian Assange aterrizó triunfal el miércoles en Australia después de catorce años, tras declararse culpable de un delito grave de violación de la Ley de Espionaje por su divulgación de documentos clasificados estadounidenses ante un tribunal federal en las Islas Marianas del Norte. El fundador de WikiLeaks, quien previamente había cumplido condena en una prisión de máxima seguridad en el Reino Unido y se había refugiado en una embajada ecuatoriana, regresó a su país natal como ciudadano libre. Este asombroso giro de los acontecimientos marca el fin de una larga y compleja saga judicial que ha involucrado a cinco países.

El retorno del promotor del sitio web de información confidencial y filtraciones gubernamentales se produce tras años de una diplomacia silenciosa y protestas públicas, en los que Canberra ha aprovechado el fortalecimiento de sus lazos con Washington y Londres para defender su liberación. En su intervención ante el Parlamento australiano el miércoles, el primer ministro Anthony Albanese se mostró "muy satisfecho" por el resultado del caso. "Independientemente de las opiniones sobre sus actividades, el proceso se ha alargado demasiado", aseguró, y añadió que "todo ha sido el producto de un trabajo cuidadoso, paciente y decidido”.

La esposa del periodista reveló en una rueda de prensa que "las negociaciones han sido complicadas, han durado meses. Hubo momentos en los que no estábamos cerca de llegar a ningún tipo de acuerdo". La que fuera también su abogada dijo que ha sido "un triunfo para Australia" y que Julian estaba "eternamente agradecido" por el apoyo. Además, han asegurado que “toda la información que se publicó era en interés de la ciudadanía". Por su parte, su abogada Jennifer Robinson añadió: "Esto es una victoria para Australia, para la democracia australiana y para la libertad de expresión. Es el resultado de 14 años largos de batallas legales. Julian está increíblemente agradecido por el apoyo recibido en Australia".

El polémico periodista abandonó el lunes una de las prisiones más severas británicas y viajó en un avión chárter hacia el remoto territorio estadounidense en el Pacífico. Durante una vista de tres horas en Saipán, se declaró culpable de un cargo penal de conspiración para obtener y divulgar documentos clasificados de defensa nacional, pero dijo que había creído que la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, que protege la libertad de expresión, amparaba sus actividades. "Trabajando como periodista, animé a mi fuente a que me proporcionara información clasificada para poder publicarla", defendió ante el tribunal. "Creía que la Primera Enmienda protegía esa actividad, pero acepto que era una violación del estatuto de espionaje".

La jueza del distrito estadounidense, Ramona V. Manglona, aceptó su admisión de responsabilidad, y destacó que no había víctimas personales por sus acciones. Ante un Assange tremendamente emocionado, la magistrada le deseó un feliz cumpleaños anticipado, ya que hará 53 años el 3 de julio, al tiempo que anunció su esperada libertad.

"Estoy agradecida de que el calvario de mi hijo esté llegando por fin a su fin. Esto demuestra la importancia y el poder de la diplomacia discreta. Muchos han utilizado la situación de mi hijo para impulsar sus propias agendas, por lo que agradezco a esas personas invisibles y trabajadoras que antepusieron el bienestar de Julian", ", afirmó su progenitora, Christine Assange.

Su vuelta a Camberra ha estado marcada por un significativo "coste financiero", según afirmaciones de su mujer Stella Assange, ya que no se le permitió abordar un vuelo comercial, y ahora se enfrenta a una deuda de 520.000 dólares con el gobierno australiano. Ante esta situación, sus seguidores lanzaron una campaña con el objetivo de recaudar fondos para sufragar los gastos. Hasta la mañana del miércoles, la iniciativa logró recaudar cerca de 400.000 dólares, demostrando el apoyo y la solidaridad de quienes le respaldan.

El escándalo de Assange se sitúa en la incómoda intersección entre el derecho de un país a mantener en secreto información de seguridad nacional y el de la sociedad a saber lo que hace un gobierno supuestamente responsable. Si bien la Casa Blanca consideró imprudente sus acciones por poner en peligro a sus agentes al publicar sus nombres, sus partidarios lo aclamaron como un héroe por promover la libertad de expresión y sacar a la luz crímenes de guerra.

Antecedentes

Nacido el 3 de julio de 1971 en Queensland, Australia, se destacó desde temprana edad por su interés en la informática y su habilidad para programar. Durante la década de los 90, logró ganarse reconocimiento en la comunidad hacker australiana, lo que le valió una aparición ante un tribunal en 1996 por su implicación en ataques informáticos. Aunque el juez dictaminó su culpabilidad, reconoció su “curiosidad intelectual", dejando constancia de su inquietud por explorar los límites de la tecnología y su potencial impacto en la sociedad. Este episodio sentó las bases para su posterior incursión en el mundo del activismo y la divulgación de información confidencial.

Se trata de una de las figuras públicas más polarizantes del siglo XXI hasta la fecha. Desde que creó WikiLeaks en 2006, la web que alcanzó notoriedad por la publicación de millones de documentos clasificados y análisis afines, ha galvanizado a los defensores de la libertad de expresión, indignado a los incondicionales de la seguridad nacional y fomentado el debate sobre los límites relativos de los derechos fundamentales.

Acusaciones históricas

WikiLeaks se hizo mundialmente conocida por revelar crímenes de guerra, abusos contra los derechos humanos y corrupción. La plataforma publicó en 2010 cientos de miles de documentos militares clasificados sobre las guerras de Washington en Afganistán e Irak, las mayores brechas de seguridad de este tipo en la historia militar estadounidense.

Assange fue acusado durante la administración del expresidente Donald Trump por la publicación masiva de documentos secretos, que fueron filtrados por Chelsea Manning, una exanalista de inteligencia militar estadounidense. Más adelante, Manning fue condenada a 35 años de prisión por espionaje y traición, pero en 2017 fue indultada por el entonces presidente saliente de Estados Unidos, Barack Obama.

Entre los más de 700.000 documentos publicados figuraban telegramas diplomáticos y testimonios sobre el campo de batalla, como un vídeo de 2007 en el que un helicóptero Apache estadounidense disparaba contra presuntos insurgentes en Irak, matando a una docena de personas, entre ellas dos periodistas de Reuters. Estas publicaciones fueron extremadamente embarazosas para el gobierno estadounidense, al revelar un lado sangriento y sin tapujos de la acción militar.

La administración estadounidense arremetió contra Assange por poner en peligro vidas al filtrar secretos de Estado a través de su plataforma. En ese momento, Joe Biden, quien ocupaba el cargo de vicepresidente, le llegó a comparar con un "terrorista de alta tecnología"

Durante la campaña de las elecciones presidenciales estadounidenses de junio de 2016, se produjo un importante acontecimiento cuando los "correos electrónicos de Clinton" fueron publicados por WikiLeaks. Esta filtración generó una investigación por parte del FBI, que finalmente concluyó sin presentar cargos. No obstante, este episodio se considera una de las razones por las cuales Hillary Clinton perdió frente a Donald Trump en las elecciones. Por su parte, Trump elogió públicamente al portal por estas revelaciones.

Estados Unidos acusó penalmente a Assange en 2019 de violar la Ley de Espionaje y pretendía extraditarlo desde Reino Unido. Los cargos iniciales -17 relacionados con espionaje y uno con uso indebido de ordenadores- conllevaban una pena máxima de 175 años de prisión, en caso de haber sido declarado culpable de todos los cargos. Paralelamente, se intentó cuestionar su condición de periodista, alegando que publicaba datos sin contexto y, por lo tanto, debía ser considerado un hacker.

Estas acusaciones se produjeron años después de una investigación sueca sobre una supuesta agresión sexual, que condujeron a su detención en 2010 en Londres. Assange aseguró que dichas imputaciones tenían motivaciones políticas y, tras meses de lucha contra la extradición huyó a la embajada de Ecuador en la capital británica.

Esos cargos se retiraron en 2017, pero permaneció en un pequeño apartamento de la embajada mientras seguía esquivando tanto a la policía británica como a los fiscales estadounidenses. Ecuador le retiró el asilo en 2019, lo que condujo a su dramática detención y encarcelamiento en la prisión londinense de Belmarsh, y a otro lustro de disputas legales antes de que se alcanzara el acuerdo actual.